Las empresas europeas pierden la guerra ante Rusia

Las empresas europeas pierden la guerra ante Rusia

Han sufrido pérdidas directas de al menos 100.000 millones de euros en sus operaciones desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. 

El presidente de Rusia, Vladimir Putin.Getty Images

Las mayores empresas europeas han sufrido pérdidas directas de al menos 100.000 millones de euros en sus operaciones desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022, según publicó el diario británico Financial Times.

La encuentra, realizada por el mismo medio a través de un estudio de informes anuales y estados financieros para el 2023 de 600 grupos europeos, muestra que 176 empresas han experimentado amortizaciones de activos, cargos por cambio de divisas y otros gastos puntuales como resultado de la venta, cierre o reducción de operaciones rusas.

Esta cifra, sin embargo, no incluye las repercusiones macroeconómicas indirectas de la guerra, según ha destacado el medio marroquí Atalayar. Estas, a través del aumento de los costes de la energía y las materias primas y la aceleración de las ventas de armas, han supuesto elevados beneficios para las empresas de defensa y los grupos petroleros y gasísticos.

Así, este medio señala que, según un estudio de la Escuela de Economía de Kiev, más del 50 % de las 1.871 entidades propiedad de europeos en Rusia antes de la guerra siguen operando en el país, entre ellas la italiana UniCredit, la austriaca Raiffeisen, la suiza Nestlé y la británica Unilever.

Otras investigaciones, como la lista de posiciones de empresas elaborada por Jeffrey Sonnenfeld —profesor de la universidad estadounidense de Yale— o el estudio del IMD y la Universidad de St-Gall, han abordado la situación de las empresas europeas que siguen bloqueadas en Rusia. El primero tiene en cuenta todas las actividades empresariales en Rusia, mientras que el segundo estudio se centra sólo en las inversiones de capital en forma de filiales, que suelen ser más costosas de abandonar.

Salir de Rusia no es tarea fácil

La realidad es que salir de Rusia no es tarea fácil, y cada vez se complica más. Según destaca el medio marroquí, gran parte de la economía rusa depende de la acción de actores externos. 

Las empresas occidentales que querían salir del mercado ruso buscaron compradores para sus activos, pero llegar a un acuerdo se ha complicado por las obstaculizaciones del Gobierno ruso. A pesar de esto, las principales empresas abandonaron el país, sufriendo elevados costes y grandes pérdidas.

Y el Kremlin tomó medidas para complicar la retirada aún más. Primero, las autoridades prohibieron directamente la retirada de inversores en una serie de sectores estratégicos (banca y finanzas, energía e infraestructuras) y dificultaron al máximo la repatriación de beneficios. Tras esto, el Gobierno exigió a las empresas extranjeras que pagaran cualquier retirada de activos rusos con una “contribución voluntaria” al presupuesto ruso del 10 % de su “valor de mercado”.

Además, se ha obligado a las empresas occidentales a vender sus participaciones en activos rusos con un descuento del 50 % y a pagar un “impuesto voluntario de salida” a Rusia. En abril, Rusia firmó un decreto que otorga al Estado ruso el derecho a controlar temporalmente los activos de empresas o individuos de países hostiles, incluidos Estados Unidos y sus aliados.

Y en junio Putin firmó un nuevo decreto que exigía que las empresas que se hicieran con activos occidentales en Rusia fueran propiedad al 100% de nacionales, amenazando a las empresas privadas con la expropiación. Esto permitió a Rusia controlar los activos locales de Danone y Carlsberg A/S al mes siguiente.

Como consecuencia, según el análisis del Financial Times, más de 2.000 empresas están buscando la manera de abandonar el mercado ruso, mientras que otras actúan como si la guerra aún no hubiera estallado, según el estudio de Yale.