Ucrania se desorienta con las nuevas bombas planeadoras

Ucrania se desorienta con las nuevas bombas planeadoras

"Rusia ahora se está adaptando de maneras que a Ucrania le resultan difíciles de defender", reconoce un análisis del diario 'The Washington Post'.

El cuerpo de un hombre de 59 años yace en el suelo tras un ataque de Rusia sobre Jarkov con bombas planeadoras, el 27 de marzo pasado.Ivan Samoilov /Gwara Media/Global Images Ukraine via Getty Images)

Desde aviones de combate distantes, Rusia atormenta a Ucrania con bombas planeadoras que explotan en edificios de apartamentos y plantas eléctricas. Es lo que ha constatado el diario norteamericano The Washington Post. En su última radiografía de situación de la guerra, destaca como trascendental este nuevo uso, que constata el poderío de Moscú a la hora de hacer daño a infraestructuras esenciales. 

"Rusia ahora se está adaptando de maneras que a Ucrania le resultan difíciles de defender", sostiene su análisis. El ejemplo más reciente es ese uso de bombas planeadoras: se trata de municiones antiguas que transportan hasta media tonelada de explosivos, equipadas con alas y sistemas de guía para volar largas distancias con cierta precisión. Permiten que los aviones rusos se mantengan alejados y disparen, fuera del alcance de los sistemas antiaéreos ucranianos. Junto con los misiles balísticos y de crucero y los drones, Rusia ha estado golpeando las ciudades de Ucrania durante días.

Las bombas planeadoras o deslizadoras (glide bombs) son generalmente bombas de aviación dotadas de superficies de control de vuelo, lo que mejora tanto la precisión como el alcance, permitiendo golpear a decenas de kilómetros del punto de lanzamiento. Fueron ideadas hace ya más de un siglo y, gracias a la miniaturización de los componentes electrónicos y a la evolución de las tecnologías de posicionamiento tanto inerciales como por satélite, se han convertido en "herramientas capaces de infligir un gran daño, manteniendo a la aviación relativamente a salvo de la acción de los antiaéreos enemigos y todo ello a un coste inferior al de los misiles", indica la revista especializada Ejércitos.

Este refuerzo contrasta con la situación de los ucranianos, cuyas tropas de primera línea de Ucrania "están disminuyendo y son vulnerables". Después del sorprendente éxito de Ucrania al rechazar a los soldados rusos al comienzo de la guerra, e incluso de un intento de montar una contraofensiva el año pasado, "el panorama militar del país se ha vuelto sombrío", añade. 

No es que Ucrania haya fallado, aunque todo es mejorable, sino que se le ha sumado una especie de tormenta perfecta que lo ha llevado a no tener la iniciativa y a soportar la actual situación de estancamiento. Uno de los reveses más importantes es que el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, y su mayoría republicana han retrasado la ayuda al país durante seis meses, "sin ninguna buena razón". "Con la Cámara nuevamente reunida y la pelea por el presupuesto federal terminada, Ucrania necesita finalmente recibir la atención que merece", señala el prestigioso diario.

Ucrania podría equiparse mejor con el proyecto de ley de ayuda que aprobó el Senado para proporcionar 64.000 millones de dólares en apoyo militar, económico y humanitario. Necesita más baterías de misiles del sistema de defensa aérea Patriot para mantener a raya a los aviones y misiles rusos; necesita recibir cazas F-16 para desafiar directamente a los aviones rusos. No son milagrosos, por sí solos, pero sí pueden ser determinantes para la defensa nacional, si no para la ofensiva o la reconquista. 

El presidente Volodimir Zelenski está "desesperado", dicen las fuentes del diario norteamericano, por conseguir más municiones de defensa aérea, que se están agotando, así como proyectiles de artillería. Está previsto que los F-16 lleguen sólo a finales de año. El mandatario dijo el fin de semana pasado que el país necesitaría 25 sistemas de defensa aérea Patriot, cada uno con entre seis y ocho baterías, para proteger a toda la nación. Ahora tiene sólo tres sistemas Patriot y algunos lanzadores de repuesto. En cuanto a los proyectiles de artillería, Rusia dispara unos seis por cada uno que dispara Ucrania.

La infantería de Ucrania está "destrozada y expuesta" y es "evidente" en la reciente retirada de la ciudad de Avdiivka. Al menos, Zelenski ha dado ya el paso de reformar las leyes y llamar a un nuevo reclutamiento para rebajar las edades pero, a la vez, mejorar las condiciones del servicio a la patria

"La situación militar de Ucrania no es del todo desesperada", dice el Post, pese a todo. "Ha ampliado significativamente el uso de drones para destruir refinerías de petróleo a cientos de kilómetros dentro del territorio ruso y ha mantenido un corredor en el mar Negro para sus vitales exportaciones de cereales", constata. 

Pero enfrenta la perspectiva de un desgaste en el campo de batalla mientras los civiles están bajo un "constante bombardeo de terror" por parte de bombas, misiles y drones rusos. El fin de semana pasado, la ciudad de Kharkiv fue atacada por drones rusos que impactaron un edificio de varios pisos dos veces en rápida sucesión, un despreciable “doble golpe” en el que la explosión inicial atrajo a los primeros intervinientes y luego los mató el segundo. Las defensas aéreas limitadas sólo pueden hacer mucho para detener estos ataques.

"Aunque Rusia no puede quebrar el notable espíritu del pueblo ucraniano, este podría ser el año en que Rusia supere las cada vez más delgadas líneas de Ucrania. Sin duda, Putin cuenta con esto, combinado con meses de retraso en Estados Unidos y con las esperanzas de que regrese al poder el expresidente Donald Trump, quien instó a los republicanos de la Cámara de Representantes a retener la ayuda", concluye.