La última vez que España estuvo en 'guerra' fue en 1995 y seguro que no lo recuerdas

La última vez que España estuvo en 'guerra' fue en 1995 y seguro que no lo recuerdas

Se trató de un conflicto entre dos grandes potencias en el que hubo desde disparos al apresamiento de un buque. 

Autoridades canadienses miden el tamaño de las redes del buque español Estai, tras ser llevado al puerto de Nueva York (EE.UU.).JON LEVY/AFP via Getty Images

Seguro que no lo recuerdas, pero la última vez que España estuvo en 'guerra' corría el año 1995. No se trató de un conflicto bélico como tal, pero hubo ráfagas de ametralladora, un buque apresado, acusaciones de piratería y una suerte de velada declaración bélica que apenas duró unas horas. Fue lo que se conoció como la Guerra del fletán, un conflicto diplomático que enfrentó a dos potencias de la talla de Canadá y España, a raíz de una serie de incidentes relacionados con la pesca. 

El cénit de este enfrentamiento tuvo lugar el 9 de marzo de 1995, cuando la Armada canadiense acabó apresando al buque pesquero gallego Estai. Para hallar el verdadero origen del conflicto hay que remontarse a un año antes, a 1994, cuanto entraron en vigor los términos acordados en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (1982). 

Todo se debe a la disputa que mantenía Canadá reclamando los derechos de pesca sobre los conocidos como Grandes Bancos, actualmente incluida en su zona exclusiva económica (ZEE) del norte del océano Atlántico. Este caladero se localiza en la plataforma continental frente a Terranova y Labrador, espacio natural que Canadá venía años defendiendo que estaba sometida una sobreexplotación pesquera, sobre todo de la especie del bacalao.

Fuego de ametralladora y acusación de piratería

En este sentido, aquel 9 de marzo de 1995, fue apresado el buque pesquero con base en Vigo (Galicia). Todo comenzó cuando una patrulla del Departamento de Pesca y Océanos de Canadá, junto con los barcos de la Guardia Costera Canadiense y de la Armada canadiense dio el alto al Estai y se lanzó a su persecución en aguas internacionales, es decir, fuera de la zona económica exclusiva.

Con el objetivo de zafarse de sus perseguidores, el Estai cortó las redes y protagonizó una escapada que duró varias horas, hasta que la patrullera canadiense CCGS Cape Rogers abrió fuego y soltó una ráfaga de ametralladora calibre .50 a la proa del barco gallego. Mas no solo eso, el barco de la Guardia Costera de CCGS Sir Wilfred Grenfell disparó sus cañones de agua a alta presión contra otros buques gallegos que venían en ayuda del Estai.

El buque gallego acabó siendo apresado por la Policía Montada de Canadá en aguas internacionales y la Armada de dicho país recuperó las redes del Estai, claves en la posterior acusación de que utilizaban un arte ilegal, por la dimensión del enmalle de estos útiles. Tanto España como la propia Unión Europea tacharon esta operación canadiense de "piratería".

Tensión y llamada al boicot

Los 26 marineros que componían la tripulación del Estai fueron llevados al puerto de San Juan de Terranova en Canadá, entre fuertes abucheos de ciudadanos canadienses. En ese puerto se acabó perdiendo la carga del barco de Vigo, 200 toneladas. Desde Bruselas también reclamaron la libertad inmediata de los tripulantes e incluso amenazaron con un boicot a los productos canadienses.

Lejos de quedarse ahí la historia, el 26 de marzo de 1995, volvió a escalar la tensión con un nuevo caso de acoso a dos congeladores gallegos, los Verdel y Mayi IV, también con cañones de agua a presión. España tomó cartas en el asunto de la protección de sus buques y la Armada Española envió al patrullero Vigía (P-73). Allí pasó desde el 10 de marzo de 1995 al 2 de abril de 1995, cuando fue relevado por el patrullero Serviola que posteriormente recibió relevo del Centinela.

El 14 de abril de ese mismo año fue cuando se produjo el momento de mayor tensión. El Gobierno de Canadá anunció el embajador español que la armada canadiense iba a detener de nuevo a barcos gallegos y que no dudaría en usar la fuerza y disparar contra los pesqueros y buques que acudieran a ayudar. Finalmente, la UE y España cedieron a las exigencias.