Cinco alimentos que parecen sanos y no lo son tanto

Cinco alimentos que parecen sanos y no lo son tanto

Ojo con las apariencias.

Imagen de archivo de una mujer sorprendida ante la nevera.Getty Images/Onoky

Estás cansado o cansada de ver los avisos y alertas. Efectivamente, sabes que por mucho que un refresco lleve la palabra light en la etiqueta, eso no es sinónimo de saludable. Sin embargo, hay un buen puñado de alimentos que, a priori, han entrado en el imaginario colectivo como muy saludables, pero realmente, no lo son tanto. 

En este sentido, y según una información publicada por Esquire con una amplia lista de casos, hay cinco alimentos que destacan por aparentemente ser conocidos como saludable, pero con una serie de matices a tener muy en cuenta, según la experiencia de diversos nutricionistas y expertos. 

No pierdas detalle de los siguientes cinco alimentos antes de que llegue la hora de volver a hacer la lista de la compra. Y recuerda que que no sean tan saludables, no quiere decir que tengas que borrarlos de tus hábitos alimentarios de un plumazo, cada caso es particular.

1- El zumo

Hay que aclararlo, esto no va de si zumo natural que puedas exprimir tú a diario o de zumo industrial que haya sometido a un proceso de adicción de conservantes. Estamos hablando del primero. ¿Por qué entra en este listado el zumo? Por un motivo claro, por su consumo en detrimento de las propias piezas de fruta, una recomendación mayoritaria de los nutricionistas de, al menos, consumir una al día.

No obstante, esto no quiere decir que el zumo no sea saludable. Lo que ocurre es que al exprimirlo se pierde por el camino una buena cantidad de fibra que sí es muy saludable. El resultado final es un concentrado de fruta que tiene mayor nivel de azúcar. Lo importante es no confundir el consumo de un zumo diario con el de una pieza de fruta.

2- Leche de avena

La que se ha erigido en una gran alternativa para los alérgicos a la lactosa o, simplemente, aquellos que desean dejar de tomar leche animal, requiere de una especial atención al etiquetado. Se trata de la leche de avena, cuya composición varía según marca o fabricante, pero que de primeras ya cuenta con una diferencia clave con la leche más consumida, la de vaca.

La leche de avena cuenta con mayores niveles de grasa y azúcar que la de vaca, al tiempo que existe una menor concentración proteica. Conviene ser muy minucioso a la hora de leer el etiquetado en el supermercado y tomar decisiones entre una leche de avena u otra.

3- Carne... vegana

No, sustituir el consumo excesivo de carne por una alternativa vegetariana o vegana no es una mala idea. Todo lo contrario. Lo que es una mala idea es recurrir a los preparados vegetales de 'carne' y creer que estás comiendo sanísimo. Se trata de ese tipo de productos que pueden contener proteína de soja procesada, el aceite de canola o el colorante de caramelo; componentes perjudiciales para la salud. 

En lugar de este tipo de preparados, lo aconsejable es apostar por alternativas que cuenten con proteínas enteras como los frijoles, las lentejas, los huevos, los productos lácteos o la soja fermentada.

4- Yogures de sabores

No tan rápido. No, los yogures no son malos, puesto que constituyen una fuente importante de calcio y productos probióticos. Pero no todos los yogures son buenos. Hay que hacer especial hincapié en un tipo de yogur que tiene un gran nivel de consumo, pero no cuenta con los mismos estándares saludables de un yogur natural. Se trata de los yogures de sabores azucarados, que acostumbran a tener un alto contenido de azúcar.

5- Mantequilla vegetal

El equivalente al refresco light con la mantequilla es la mantequilla vegetal.  Aunque muchos piensan que las mantequillas que se elaboran con grasa vegetal son más sanas que las de grasa animal, pero la realidad es que estas también pueden tener grasas saturas, perjudiciales para la salud en un consumo excesivo.