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Los republicanos, amantes de la derrota

Los republicanos, amantes de la derrota

Se sienten orgullosos de las taras del sistema porque son ejemplos del excepcionalismo americano. Esa expresión que a bastante gente todavía gusta en este país y que incluye en el paquete nunca mirar cómo otros países han resuelto con bastante solvencia esos problemas.
Queremos debates, no tomaduras de pelo

Queremos debates, no tomaduras de pelo

No sólo deberíamos dar por descontado que los debates electorales se van a celebrar, sino que como ciudadanos descreídos y exigentes tenemos que reclamar formatos sin corsés. No se trata de escuchar monólogos de tres minutos tasadísimos, sino intercambio de ideas, proyectos y promesas. Lo que inevitablemente implica que los candidatos se repliquen e incluso --sí, incluso-- se interrumpan. Entre el debate entre Rajoy y Rubalcaba de hace cuatro años y un debate en La Sexta Noche existe un amplísimo término medio.
Hay debates y debates

Hay debates y debates

El debate es la mejor figura opuesta a la exposición monopólica que gobierna hoy día los modelos didácticos. O tenemos aulas expositivas (alguien hablando en posición dominante y otros oyendo en posición dominada) o tenemos aulas interactivas. Para un maestro del siglo XXI, el arte de generar debates es una competencia esencial.
Votar, o cómo equivocarse a sabiendas

Votar, o cómo equivocarse a sabiendas

Las promesas electorales engañosas son bromas de mal gusto gastadas a una ciudadanía ingenua que sigue fijándose más en su rutina de voto, en espontáneas promesas electorales caídas de la nada, en lugar de en la realidad diaria a la que se enfrenta.