economía colaborativa

¿Podremos domesticar el capitalismo a base de apps? (y 3)

¿Podremos domesticar el capitalismo a base de apps? (y 3)

Lo que aquí planteo es una pequeña revolución de ciertos usos y costumbres. Sería preciso hacer un esfuerzo, por supuesto, para integrar en el mundo de los pagos digitales a los analfabetos electrónicos, pero en un país en el que muchas abuelas se pasan el día conectadas al WhatsApp no me parece impensable que se pudiera dar con una fórmula integradora.
Economía colaborativa: ideas para un año electoral

Economía colaborativa: ideas para un año electoral

Veo poco margen para que la famosa economía colaborativa pueda constituirse, ni de lejos, en la espina dorsal del modelo social y productivo del siglo XXI o del XXII. A menos que encontremos la manera de generar los recursos ingentes que siempre requerirá el bienestar colectivo de los ciudadanos en una sociedad avanzada.
La economía colaborativa y el final del capitalismo

La economía colaborativa y el final del capitalismo

Según Jeremy Rifkin, el motor de esta transformación que está llevando al capitalismo a su final no es ningún agente extraño en forma de meteorito, ni está alentado por intereses en principio contrarios al mismo capitalismo, sino que está en el engranaje del propio sistema, forma parte de su naturaleza
Papá Noel me va a traer...

Papá Noel me va a traer...

Si fuéramos niños preocupados por la economía familiar, por la empresa de muebles de nuestro padre, por la start-up que nuestra madre está pensando en crear el año que viene, o por las perspectivas de autoempleo de nuestra hermana mayor, ¿qué les pediríamos que les pudiera ser útil? ¿Qué pediríamos, de todas formas, para nosotros mismos?
Índice de desarrollo equilibrado

Índice de desarrollo equilibrado

Propongo una fórmula bajo la óptica de una visión socialdemócrata del desarrollo, una sociedad que avance en derechos y no en la pérdida de los conseguidos, donde la prioridad sea un desarrollo equilibrado más que un crecimiento desorbitado que no reduzca las desigualdades.
Se puede, ya lo creo que se puede

Se puede, ya lo creo que se puede

Bastan un puñado de visionarios promotores y unos pocos miles de ciudadanos activos para que estas iniciativas fructifiquen en propuestas sostenibles en el plano ético, y viables en el plano económico. Quizás pasaron los tiempos de esto o lo otro. Los ciudadanos queremos esto y lo otro también.
¿Somos generosos por defecto?

¿Somos generosos por defecto?

Cuando lo escuché por primera vez, no me lo creía. Resulta que en los bancos de favores la gente prefiere hacer estos antes que recibirlos; que en los bancos de tiempo la gente prefiere entregar el suyo a solicitar el de otros; que, con las monedas locales, prefiere que se las deban a deberlas ellos. Nada muy racional.