El líder del PP duda de que la reforma del Gobierno, que todavía debe ser aprobada en el Congreso, sea mejor que el planteamiento que el primer ministro galo aprobó por decreto y que ha incendiado las calles.
El presidente galo, victorioso tras una doble moción de censura, dice que "hay que escuchar la cólera" de los ciudadanos, pero no tolerará un desbordamiento".
El Gobierno francés fía su supervivencia a un partido conservador dividido, con el presidente aferrado "hasta el final" a su polémica reforma, contestada en la calle.
Miles de personas de personas se han congregado en la Plaza de la Concordia de París, a unos pasos del Parlamento francés, para denunciar el "paso forzado" del Ejecutivo.