Estos días de navidad son propicios al exceso, al ruido, a la melancolía por los tiempos que se fueron; pero ni siquiera el anuncio de la ONCE nos hace olvidar que nos están reacomodando en un orden neoliberal, maleducado y poco democrático, sin oposición. Las formas de vida comunitarias -la urbanidad, en suma- no se pierde por gusto, sino por mal gusto, cuando nos resignamos a la basura del consumo.