Gustavo Petro puede convertirse en el primer presidente de izquierdas del país, aupado por las protestas callejeras y el cansancio de una derecha para las élites.
El líder del Pacto Histórico lidera las encuestas tras años de protestas sociales y con la derecha deslavazada. Su promesa es justicia social y reconciliación.
La época del neoliberalismo ha arrasado el continente, las calles arden y toca cambio. Las elecciones de Brasil y Colombia de este año serán clave para analizar la tendencia.
Lorena Ruiz-Huerta, portavoz de la formación morada en la Asamblea de Madrid, ha vulnerado la neutralidad exigida al apostar por el izquierdista Gustavo Petro.
Es fácil decir que Colombia tiene potencial y recursos para ser un país pujante y avanzado en infraestructura como Chile, pero es difícil aceptar que para llegar a disfrutar de esas ventajas tenemos que cambiar el chip y entender que nos falta madurar mucho como sociedad y como Estado.
Al perder de nuevo las alcaldías de Bogotá y de Medellín y la gobernación de Antioquia, quedó demostrado por enésima vez que Uribe es inútil a la hora de endosar votos. Por otro lado, el triunfo de Peñalosa en Bogotá, como antítesis de lo que los capitalinos han tenido últimamente, es un mensaje contundente a la izquierda.
Dada su brillante trayectoria parlamentaria y su incuestionable rectitud, muchos bogotanos -incluido el autor de estas líneas- confiamos en la capacidad y el liderazgo del nuevo alcalde para encontrarle una salida a ese laberinto de confusión, saqueo y desgobierno en que estaba la ciudad.