¿Estamos dando de comer a nuestros hijos o alimentando la polémica?
"Ya he acabado", me susurra mi hijo de dos años, adormilado. Me vuelve a colocar la parte de arriba del pijama, se da la vuelta, me abraza y se queda dormido. Me quedo despierta en la oscuridad un rato. Uno de los mejores momentos del día consiste en observarle a mi lado, dormido, saciado, feliz y seguro.