Nada sería más trágico ahora, para este Nuevo Mariano reconvertido al aznarismo, que el hecho de que Artur Mas se decantara por una solución negociada. De ahí las provocaciones continuas de Rajoy, trazando la raya en el suelo -si te saltas la ley, habrá consecuencia -, como un pandillero bravucón en busca de camorra política.