El desierto más árido del planeta con la intensidad solar de Venus y sin lluvia desde hace 400 años

El desierto más árido del planeta con la intensidad solar de Venus y sin lluvia desde hace 400 años

Su superficie ha llegado a ser comparada con la de Marte.

Desierto de Atacama, ChileGetty

El desierto más seco del mundo está en Sudamérica

El desierto de Atacama representa una zona de especial interés en el estudio geográfico del planeta debido a sus múltiples características, que lo convierten en el desierto más árido y más seco del mundo, el situado a una mayor altitud y, lo más interesante, la región del planeta que recibe una mayor radiación solar. Concretamente, este último aspecto tiene su máximo en una pequeña área situada a 40 km al este de San Pedro de Atacama y a 1.708 km de Santiago de Chile, a más de 4.000 metros de altura sobre el nivel del mar.

El lugar no polar más seco del mundo

Así, este mismo año, la Sociedad Meteorológica Americana publicaba en un estudio los resultados de cinco años de mediciones de insolación en esa zona concreta del desierto. Los resultados realmente apasionantes para la comunidad científica, pues se corresponden a datos mayores que los encontrados para la zona más alta del monte Everest, o para la superficie de Venus. Pero ¿por qué ocurre esto en el desierto de Atacama? Pues bien, los expertos avalan a que se trata de una combinación de diversos factores entre los que se encuentran la latitud y ubicación geográfica tan cercana al ecuador, la falta de nubes, humedad o aerosoles en la atmósfera que permite el paso directo de los rayos solares sin desviarse, la altitud de la zona, o la topografía del desierto, dado que, al constar de diferentes montañas y valles, puede enfocar la radiación solar en ciertas áreas, concentrándola aún más.

Niveles de aridez

El desierto de Atacama ocupa el puesto de zona no polar más árida y seca del planeta. De hecho, ciertas simulaciones donde se intenta recrear las condiciones ambientales de la superficie de Marte han tenido lugar en él. Esto es debido a un aspecto muy simple: en el desierto no llueve.

Se trata de una consecuencia de una corriente conocida como corriente de Humboldt que fluye a lo largo de la costa oeste de Sudamérica hacia el norte y que ayuda a mantener bajas las temperaturas del océano Pacífico cerca de la costa chilena. Como consecuencia, crea una estabilidad del aire que colabora a la reducción de la formación de nubes. Tanto es así que se estima que hay zonas del desierto donde no ha llovido en décadas.