La Comisión Europea propone reducir un 90% las emisiones de CO2 para 2040

La Comisión Europea propone reducir un 90% las emisiones de CO2 para 2040

Con el objetivo de colocar a la Unión Europea en la carrera de la industria verde y alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo.

Imagen de archivo de la sede de la Comisión Europea en Bruselas, el edificio Berlaymont.Getty Images

La Comisión Europea ha propuesto este martes un objetivo de reducción de emisiones de CO2 para 2040 como senda para colocar a la Unión Europea en la carrera de la industria verde y alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo, un hito que tendrán que acordar los Estados miembros y el Parlamento Europeo.

La Ley Europea de Clima fija ya un recorte de emisiones de gases de efecto invernadero en 2030 de al menos un 55% respecto a 1990, como primer gran acelerón de la UE para contribuir al objetivo global de limitar el ascenso de las temperaturas a 1,5ºC a final de siglo. Esa norma establece, además, que en 2050 la Unión Europea debe liberar sólo el dióxido de carbono que sea capaz de absorber.

El objetivo para 2040 marcará el ritmo del esfuerzo al que deberán adecuarse en la próxima década los Veintisiete, que entre 1990 y 2022 ya han rebajado sus emisiones en un 32,5 %, además de ofrecer una perspectiva a las inversiones a largo plazo de cara a la carrera tecnológica con Estados Unidos y China. La cifra se irá materializando después a través de normas que afectarán a actividades como el transporte, la energía o la agricultura.

Este último sector, responsable del 11 % de las emisiones de la UE, inquieta especialmente ante las protestas que se extienden por países como Francia, Bélgica, España o Portugal, donde agricultores y ganaderos cargan, entre otras, contra la regulación medioambiental y climática.

90% y fósiles

El debate se centra en una reducción de en torno al 90% y se espera que la Comisión proponga varios escenarios distintos para debatir, así como una senda para alejarse de los combustibles fósiles.

Ese recorte de CO2 se presentará en "neto", concepto que se obtiene de sumar la rebaja de emisiones en "bruto" y los gases de efecto invernadero que la UE pueda absorber con sumideros naturales como bosques o mares o tecnologías como la captura y almacenamiento de CO2, si bien el exceso de esperanzas que Bruselas pueda poner sobre esas tecnologías inquieta a algunos analistas.

Nivel de ambición

La ONU quiere que las economías ricas como la europea alcancen la neutralidad climática en 2040. También piden ese grado de esfuerzo organizaciones ecologistas como Greenpeace, que considera que la UE debe ir más rápido que otros territorios porque tiene una mayor responsabilidad histórica en la crisis climática.

Por su parte, el Consejo Asesor de Clima de la UE, órgano consultivo de expertos independientes que asesora a la Comisión Europea, ha recomendado una reducción de entre un 90 y un 95 % en 2040 y la retirada "urgente" de los subsidios a los combustibles fósiles. Y entre los Estados miembros, un grupo de once países liderados por Dinamarca -entre los que figuran Alemania, Francia y España- reclaman oficialmente un objetivo "ambicioso", mayor concreción.

Debate político

"Lo realmente importante es ahora", dice en una charla con la prensa el presidente de la comisión de Medioambiente del Parlamento Europeo, el liberal francés Pascal Canfin, quien cree que una meta del 90 % colocaría a la UE en "la trayectoria correcta" para alcanzar el cero neto y favorecería los intereses económicos y geopolíticos de los Veintisiete.

La comunicación del Ejecutivo europeo llega a cuatro meses de las elecciones a la Eurocámarade junio, que pondrán fin a la legislatura y renovarán los altos cargos de las instituciones comunitarias, por lo que el objetivo para 2040, previsiblemente, no se aprobará formalmente hasta el próximo ciclo político comunitario.

El apoyo o rechazo de los partidos y de los Estados miembros a esa cifra nutrirá el debate preelectoral, agitado por las protestas de los agricultores contra el alza de los costes y los escasos márgenes, pero también contra las exigencias medioambientales del Pacto Verde Europeo.