El misterioso vecino que deja décimos de lotería de Navidad en los buzones

El misterioso vecino que deja décimos de lotería de Navidad en los buzones

Este sí que es el verdadero espíritu de las fiestas... 

Una persona vende lotería de Navidad, en diciembre del año pasado, en las calles de Madrid.Eduardo Parra / Europa Press via Getty Images

El 22 de diciembre se acerca y, con él, el sorteo de la Lotería de Navidad. Quien más, quien menos, busca números, compra los de la empresa o el bar de siempre, ha visto el anuncio más esperado del año... Antes de que llegue la decoración, la lotería ya prepara el camino a unas fiestas que deberían estar marcadas por la solidaridad y la bondad. Y aunque los billetes y participaciones parezcan muy prosaicos, puro dinero, no, también tienen detrás historias que conservan el verdadero espíritu de las fiestas. 

Ese es el caso de un caso que se vivió el año pasado en Galicia, recuperado ahora en estas previas del sorteo. Entonces, los 13 vecinos de A Vila, una pequeña aldea de Lobios, en la provincia de Ourense, recibieron en su buzón un sobre anónimo con un décimo de la Lotería de Navidad. Como si de un anuncio se tratara. 

Siempre igual: un sobre blanco con su nombre escrito a mano y en su interior, el mismo número, el 2.854. Los vecinos se preguntaban unos a otros, tratando de averiguar de dónde salían estos décimos. Sólo podían aclarar, por el sello, que provenían de una administración lejana, en Teruel. Hubo algunos beneficiarios del presente que por poco lo pierden, porque ahora se pasan los días sin que miremos el buzón, dada la reducción de comunicaciones en papel. 

El sorteo pasó, la Navidad también, y nunca nadie supo quién fue el vecino generoso que compró billetes para todos, en busca de suerte para un pueblo entero. Zacarías González, uno de los agraciados con el regalo, señaló a La Voz de Galicia: "A mí ya me tocó la lotería, la persona que fue tiene mucho valor, no lo hace cualquiera". No es poco, en un entorno rural, gastarse 260 euros en décimos para su gente cercana. 

La sospecha (buena) quedó en el grupo de turistas que acuden a la zona cada año, de vacaciones. Cada verano se triplica la población, y visto el origen de los billetes, se cree que pudo ser un detalle de alguien que disfruta mucho de los locales en cada veraneo. También se pensó en un deseo de algún vecino fallecido recientemente, pero esa vía de investigación tampoco se pudo confirmar. 

Un misterio hermoso que regó de ilusión todo un pueblo. ¿Se repetirá este año?