Philips deja las bombillas

Philips deja las bombillas

Ahora se dedica al mundo de la salud.

Una bombilla.Getty Images

En el siglo XIX, Philips se alzó con la fama tras conseguir un acuerdo con el Zar de Rusia. Contrataron sus servicios para iluminar el Palacio de Invierno de San Petersburgo. Necesitaron, ni más ni menos, que 50.000 bombillas. 

Los cambios económicos y sociales del siglo XX favorecieron a la empresa, que consiguió ser la que más empleados tenía a su cargo en Países Bajos, con más de 2.000 trabajadores. Al estar asentados en la ciudad de Eindhoven, su ubicación favorecía el comercio internacional, además de que los costes laborales eran más bajos que en la capital. 

Expansión en el mercado

Tratando de expandir su negocio, en 1914 inauguraron su primer laboratorio de investigación para impulsar nuevas fuentes de luz. Además, crearon tubos de vacío, con los que entraron de lleno en el negocio de la tecnología de la salud. Y después crearon la radio, fabricando todos sus componentes. En 5 años lograron ser el mayor fabricante de radios del mundo. 

En los años 30 se lanzaron a fabricar máquinas de afeitar, con una novedad: una afeitadora eléctrica rotativa. Pero, siempre, sin dejar de lado el mercado de las bombillas. En 1924 se reunieron con el resto de fabricantes de bombillas del mundo con el objetivo de repartirse el mercado, así como para establecer la duración estándar de las bombillas. 

Y ya a mediados del siglo XX, sus ventas se dispararon con la llegada de la televisión. Además, lanzaron también su propio sello discográfico, así como el primer reproductor de audio. También crearon el primer reproductor portátil para coches. Y en 1982 se alía con Sony para lanzar el primer disco compacto, una unión que se extendió durante muchas décadas. 

Pero, cuando estaban viviendo una de sus épocas más prolíficas, su margen de beneficio comenzó a descender y en 1990 sus pérdidas alcanzaron los 2.000 millones. Tuvieron que despedir a 45.000 de sus 250.000 trabajadores. Así que se vieron obligados a dejar atrás muchos de los negocios que ya tenían en marcha.

Desde el año 2016, Philips ya no fabrica bombillas, su producto estrella desde los inicios. Ahora ese nicho de mercado lo explota una empresa totalmente ajena a ellos, Signify. 

¿A qué se dedica ahora?

En la actualidad Philips ya no es una empresa tecnológica. De hecho, se dedica al cuidado personal y a la salud. Comercializa cepillos eléctricos, principalmente. Pero también aparatos para la depilación, maquinas afeitadoras o cámaras para vigilar bebés.