El 'Vinder' existe: va a comprar vino y ojo a cómo acaba la historia

El 'Vinder' existe: va a comprar vino y ojo a cómo acaba la historia

El dependiente que vende vinos y forma parejas.

Pareja en una tienda de vinosGetty Images

El tuitero Diego (@exabogado) ha contado a través de su cuenta en la red social X una divertida anécdota que ha vivido como dependiente de una tienda de vinos, en la que además de vender botellas ahora realiza otra original tarea: hace de celestino.

El usuario de la red social ha contado que todo empezó cuando un hombre entro a su tienda buscando un vino para regalar y, tras la asesoría del tuitero, optó por llevarse la última botella en stock del vino de la marca ReManija CS.

Mientras el dependiente asesoraba al hombre, en la tienda también entró una mujer, que se fijó exactamente en la misma botella que se quería llevar el chico, siendo ésta la última disponible.

Tras la asesoría, el hombre dijo que en un rato volvía a por la botella y salió de la tienda sin comprar nada, y fue en ese momento cuando la mujer le comentó al dependiente que ella también estaba interesada en ese vino, pero que le sabía mal llevárselo por si el chico volvía a por él.

Ante esta situación, el vendedor le sugirió a la mujer que se llevase ella la botella, ya que el chico "había perdido la oportunidad", cosa que ésta aceptó. Pero mientras la chica buscaba otro vino más para llevarse, volvió a aparecer en la tienda el hombre del principio, queriendo llevarse la preciada bebida.

Al ver entrar al cliente, el dependiente se acercó y le dijo "perdiste", indicándole que la citada botella ya se la iba a llevar la mujer, pero fue entonces cuando ella se metió en la conversación y le ofreció la botella al chico, diciéndole que se la llevase él.

El cliente aceptó la oferta y el dependiente, al ver la actitud bondadosa de la mujer, le obsequió con un descuento en los otros vinos. 

Pero la historia no acaba aquí, ya que al pagar la citada botella, el hombre se dejó las gafas en el mostrador y ella le avisó. Fue entonces cuando el vendedor no pudo aguantar más y le dijo al hombre entre risas que ya le debía mucho a la mujer, que tenía que invitarla a cenar como agradecimiento.

Espacio Eco
Un proyecto de Ecoembes

Finalmente, gracias a la intervención del dependiente, los clientes intercambiaron el Instagram. "Ahora vendo vinos y formo parejas. Voy a agregar al servicio atar lazos y tirar el tarot", ha bromeado el tuitero.