Durante dos años creyeron que su hijo había muerto a manos de Putin hasta que una imagen lo cambió todo
Una historia de supervivencia y esperanza que ha terminado en Ucrania con un reencuentro que, a día de hoy, parecía imposible.

El infierno de Valeriia y Roman Biletskiy ha terminado. Después de conseguir escapar de una Ucrania asediada por la invasión de Rusia en febrero de 2022, han vivido dos años de angustia y duelo creyendo que su hijo de 25 años, Roman Jr., había muerto en la cruenta batalla de Mariupol, la ciudad mutilada que enseñó al mundo el verdadero rostro de Putin. Pero todo ha cambiado, según The Mirror, desde que en el último intercambio de presos de guerra entre Rusia y Ucrania lo reconocieron en una de las fotografías publicadas en el regreso a casa de los soldados ucranianos.
Roman Jr., capturado por el ejército ruso en mayo de 2022, fue uno de los 189 ucranianos que liberó Rusia en la víspera de la Nochevieja de 2024 tras la mediación de los Emiratos Árabes Unidos. Este último intercambio, según Associated Press, incluyó desde soldados, guardias fronterizos, miembros de la guardia nacional y dos civiles. A cambio, Ucrania le entregó 150 soldados rusos a Moscú.
Originaria de Jersón, la familia Biletskiy huyó de Ucrania en febrero de 2022, justo cuando los tanques rusos entraron en su ciudad. Su viaje de huida los llevó primero hasta Polonia y, más tarde, a EEUU, donde se establecieron en el estado de Washington. Atrás, además de todas sus pertenencias y recuerdos, se quedaba también su hijo. "Fue muy duro, pero entendí que, probablemente, no íbamos a volver pronto a Ucrania. Así que respeté su decisión de quedarse. Sabía que era un luchador, fuerte, capaz de cuidarse, aunque nunca dejé de preocuparme por él”, explicó el padre de Roman Jr. al canal KIRO 7.
Durante más de dos años, Valeriia y Roman Sr. no tuvieron noticias de su hijo. El temor de que hubiese muerto en prisión los consumía. "No sabíamos dónde estaba ni si lo estaban torturando. ¿Y si lo habían matado?", relató la madre al canal KING 5. Pero esa angustia terminó cuando la pareja reconoció a su hijo en una foto del intercambio de prisioneros de guerra. Entre los 189 ucranianos liberados, la imagen mostraba a su hijo, sano y salvo, volviendo al hogar por el que había arriesgado su vida para protegerlo.
La confirmación de que no estaban alucinando y que la persona que habían visto en las fotografías del intercambio de presos era su hijo, llegó después a través de una llamada telefónica, en la que pudieron hablar con Roman Jr., que les dijo: "Mamá, no llores. Mamá, estoy en casa". Aunque ahora está libre, las secuelas de la guerra no han terminado. Sus heridas físicas y emocionales requieren tiempo para sanar. Para ayudarle, la familia ha creado una campaña de recaudación de fondos que ya ha conseguido casi 5.000 dólares.