España alza la voz en el campo con Morata de líder y se pone las botas ante Georgia 

Pedía el capitán Álvaro Morata "centrarnos a partir de ahora" en lo deportivo. Leído el comunicado conjunto de condena a los "inaceptables comportamientos" de Luis Rubiales, la selección quería huir del ruido. Atenazada por las urgencias futbolísticas en el camino hacia la Eurocopa y salpicada por las críticas a su tardanza en posicionarse en 'el caso', había ansiedad por jugar en Georgia. 

Que el balón rodase fue la liberación de una selección —también la de un criticado Luis de la Fuente— que acabó firmando una goleada de escándalo. 1-7 con triplete de Morata y un debut para la historia, el de Lamine Yamal, que además marcó su golito. 'La Roja' acabó poniéndose las botas... las suyas propias, porque hasta el vuelo previo al partido fue movidito y no llegó el material hasta última hora. Un contratiempo más en un contexto muy a la contra.

Pero todos esos fantasmas que tanto amenazaban empezaron a irse en apenas un minuto, gracias a una doble ocasión clamorosa de Morata y Asensio. El aviso del torrente de juego durante toda la primera parte. Cuatro goles —y otros tantos que pudieron serlo— para evitarse un susto grande pensando en la Eurocopa. Y para hablar, exclusivamente, de fútbol. Como quería 'La Roja'. 

Por las dos bandas, con Asensio y Olmo hartándose a meter balones al área, con Morata de estilete y la movilidad de Fabián siempre presente, el juego lo monopolizaba España. Enfrente, el único peligro era la velocidad en las contras lideradas por su faro, Kvaratskhelia. Cada balón que tocaba la estrella del Nápoles significaba fiesta en las gradas de Tibilisi. Carvajal apareció en un momento difícil para evitar males mayores. 

El balón no tardaba en volver al área georgiana. Pudieron ser Asensio, Olmo, Le Normand... pero fue Morata el que abrió la lata en el 21', con un testarazo inapelable a una rosquita de seda de Asensio. Sin apenas tiempo de reacción, Fabián, otro de los destacados, dejó un centro raso por la izquierda que acabó impactando en Kvirkvelia para el 0-2. 

Por entonces, Mamardashvili se multiplicaba para frenar la sangría, pero ni las meritorias paradas del guardameta valencianista evitaron que siguiera la fiesta visitante. Olmo, hiperactivo, encontró su premio en el 37'. Salió caro, eso sí, porque justo antes de su derechazo se llevó un duro golpe en la rodilla. No tardó en pedir el cambio, igual que Asensio. Tocados los dos, se fueron al banco ya con el 0-4, porque en un suspiro había caido el cuarto. Una veloz combinación Fabián-Morata tras robo, que acabó transformando a placer el capitán.

Un susto y un debut para la historia

El sobresalto médico permitió vivir un momento histórico, el del debut de Lamine Yamal con la selección, el jugador más joven en vestir 'La Roja' con unos 'insultantes' 16 años y 57 días. De la Fuente quería asegurarse el diamante en bruto del Barça, que también aspiraba a ser llamado por Marruecos. No tardó en hacerse notar el adolescente de Mataró, que acabaría celebrando por partida doble.

La lluvia arreció al comienzo de la segunda parte y, con ella, apretó Georgia... ayudada por un clamoroso fallo de Unai Simón. El Puskas no se lo llevará, pero el 'punterazo' Chakvetadze valió para hacer un 1-4 que embraveció a los suyos. Más aún lo hizo una contra local, instantes después del gol, que pilló por completo a la zaga española. Fue un sustito, pero a De la Fuente no le hizo ninguna gracia. Pasado el momentum, España volvió a controlar el juego.

En elló resultó clave la entrada de Mikel Merino. Dio sentido al caos y además le puso en bandeja el quinto a Morata. Hat-trick del capitán, más cómodo hablando en el campo que ante los medios. Casi no había terminado de celebrar lo suyo cuando Nico Williams se regaló el 1-6 con una jugada marca de la casa: velocidad, regate y definición.

Quedaba la rúbrica, que hoy le tenía que tocar al debutante. Otra acción fantástica del delantero del Athletic para regalarle el 1-7 a Yamal, que selló con un gol su histórica primera vez. 

Sobraron los 20 minutos restantes. Sin nada ya en juego, salvo varios constipados y el temor a alguna lesión, sólo quedaba la duda de si caería el octavo. Joselu lo buscó sin suerte. A esas alturas poco importaba. 

España alza la voz en el campo... y respira en su camino a la Eurocopa, hasta auparse al segundo puesto del grupo. El martes toca recibir a la débil Chipre y a pensar en retos mayores en octubre.