Cómo lidiar con las redes sociales durante la pandemia y por qué todos somos 'influencers'

Cómo lidiar con las redes sociales durante la pandemia y por qué todos somos 'influencers'

“Hay que poner el acento en nuestro comportamiento, no ser un policía de balcón".

Getty Images

Abrazos sin mascarilla, fiestas, comidas multitudinarias, viajes por toda España. Es la realidad que se han encontrado muchos españoles cuando abren una red social, especialmente Instagram, durante este verano. Como si la pandemia nunca hubiera existido.

Cuando nos bombardean constantemente con estas imágenes pueden pasar varias cosas: nos dejamos llevar y relajamos la norma sanitaria o nos volvemos policías de balcón.

“Hay que poner el acento en nuestro comportamiento, no ser un policía de balcón. Cada uno se tiene que responsabilizar de su comportamiento y, como mucho, dar consejos a esas personas cercanas que nos puedan escuchar”, explica Sergio García, miembro del Colegio de Psicólogos de Madrid.

El experto cuenta que obsesionarnos con otras personas puede “desembocar en agresividad”, por lo que lo mejor es “quedarse con que lo estamos haciendo bien”.

Además del enfado, otro sentimiento recurrente es pensar que estamos perdiendo el tiempo al no hacer lo mismo, algo que lleva presente desde que comenzó el confinamiento. Esa necesidad de recuperar el tiempo perdido es natural, pero es necesario “poner las cosas en perspectiva”.

“Es lógico que surjan sentimientos de perder el tiempo, pero estamos salvando vidas haciéndolo bien. La imagen es muy atractiva, pero no hay que dejarse llevar ni relajar las recomendaciones sanitarias”, sentencia el profesional.

Todos somos influencers

Así como los demás influyen en nosotros, nosotros también podemos influir sobre el comportamiento de las personas que nos rodean. “Todos somos responsables de nuestros actos y reproducimos lo que vemos a nuestro alrededor. Si vemos que nuestra familia o amigos relajan la norma, nosotros también podemos caer en hacerlo”, explica García.

Es lo que se conoce como Ley del espejo, la tendencia a imitar lo que nos rodea. Por eso lo que hace cada uno, aunque parezca insignificante, puede tener impacto a nuestro alrededor.

“Influencers somos todos, y yo puedo influir en mi vecino porque salgo de casa con mascarilla”, cuenta el psicólogo. De igual forma, “si el vecino del quinto sale sin mascarilla y a su madre no le pasa nada y a él tampoco, puedo pensar, ‘a mí tampoco’, pero hay muchas madres que pueden estar en peligro”.

Los gestos y el comportamiento son casi más importantes que las charlas, especialmente en el sector joven de la población donde, según García, no se ha hecho pedagogía. “Hemos apostado por la prohibición, no por la educación”.