Jack el Destripador es la leyenda: la verdadera historia es la de sus víctimas

Jack el Destripador es la leyenda: la verdadera historia es la de sus víctimas

El podcast 'Canónicas' relata la vida de las mujeres que murieron a manos del asesino en serie. Vivir en la calle no las convertía en prostitutas.

Jack el Destripador en Londres.Getty Images/iStockphoto

Películas, documentales, libros, artículos... La leyenda de Jack el Destripador ha ido creciendo desde que en 1888 se le conociera como el asesino en serie responsable de la muerte de, al menos, cinco mujeres en el barrio londinense de Whitechapel. Las sospechas sobre su identidad en el siglo XIX fueron múltiples, pero ninguna con el peso suficiente para ponerle nombre y apellidos. Ahora, Canónicas, la serie de Podium Podcast, no busca identificarlo, sino poner el foco sobre la interesante vida de sus víctimas y dejar claro que vivir en la calle no las convertía en prostitutas, aunque algunas de ellas lo fueran.

De Jack the Ripper, el nombre en inglés, se conoce, al menos, su modus operandi: cortes en la garganta, mutilaciones genitales y abdominales, extirpación de órganos y desfiguración del rostro. El resto es un mito. “Es algo muy curioso porque he intentado descubrirlo todo de él y a día de hoy no sabemos nada. Hay gente que afirma que ha descubierto que es Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes, y de algo que sí hemos podido investigar muy poquita gente es de estas mujeres, porque no han llamado tanto la atención como él”, explica Laura Martínez, periodista y directora del podcast.

La conclusión es que no todas acabaron en la calle por la prostitución. “Tildarlas de prostitutas es una forma de alejarlas de nosotros, de decir a ‘no nos va a pasar porque no somos prostitutas, no estamos en la calle’. Es categorizarlas, aunque mantuvieran sexo alguna vez para pagarse una cama pero, ¿esto significa que eran prostitutas? ¿Cuántas mujeres en la era victoriana debían hacer esto para poder conseguir un plato de comida? ¿Y que sean prostitutas te da derecho a quitarles identidad, a borrarlas del mapa, de la historia? Dos de ellas practicaron la prostitución de manera ‘profesionalizada’, pero de las otras no hay pruebas”, reflexiona.

Las víctimas

1. Mary Ann Nichols. Se encontró en la calle por la infidelidad de su marido, divorciarse era impensable en aquella época.

2. Annie Chapman. Palacios, palacetes y hasta Buckingham Palace son algunos de los escenarios de Annie Chapman. Era hija de guarda real y de sirvienta. Su marido era chófer de los carruajes de las personalidades más importantes de Londres. Se codeó en un ambiente de nobles y grandes empresarios, aunque era de clase media.

3. Elisabeth Gustafdotter. Se crió en la Suecia rural. Decide hacer borrón y cuenta nueva viajando hasta Londres.  Allí se convirtió en Elizabeth Stride y regentó un café. Inventaba historias de su pasado cuando los clientes le preguntaban.

4. Catherine Eddowes. Quedó huérfana en plena adolescencia. Vivía en un pueblo cerca de Birmingham. Se enamoró de un trotamundos, Thomas Conway, un exsoldado que estuvo cuatro años en la India. Juntos recorrieron los pueblos de Inglaterra en un ejercicio de trovadores y juglares. Su destino acabó en Londres con un trágico final, como el que tenía algunos de los poemas que había escrito a lo largo de su vida.

5. Mary Jane Kelly. John Kelly cruzó el mar de Irlanda para asentarse con sus nueve hijos en Gales. Mary Jane era la mayor. Allí se casó con Davies, pero murió en una explosión en la mina. Después de aquello, se resguardó en el cuidado de su prima hermana quien, según Mary Jane, ‘la introdujo en los hábitos de la mala vida’. Su asesinato fue el más sanguinario de los cinco.

La investigación de esta serie ha hecho que Laura Martínez haya conocido “a cinco mujeres” y que, aunque ya no existan, se sienta “muy cercana a ellas porque han estado” en su día a día mucho tiempo.

Cómo llegó a ellas

La serie Canónicas recopila voces de expertos que llevan 20 años investigando sobre este asunto. La directora del podcast reconoce que entiende que siempre haya interesado la figura de Jack el Destripador “por el morbo, por entender la mente criminal, por comprender cómo alguien ha sido capaz de hacer algo así”.

Sin embargo, si alguien le ha revelado estas historias “es porque estas mujeres también han podido contarla por sí mismas, pero no se les ha dado espacio”. ¿Cómo las encontró? Viviendo en Londres, le apeteció hacer una ruta de Jack el Destripador. La guía apenas mencionó al asesino, y contó la historia de una de esas mujeres: “Yo estaba alucinando por su vida, tan interesante, y ni siquiera dijo su nombre (...) Me hizo preguntarme qué ocurrió con las otras y me hizo sentir culpable por ensalzar la leyenda de Jack el Destripador”.

En España le ha costado bastante encontar a historiadores con los que documentarse, pero los hay, y finalmente ha conseguido hacer una recopilación de voces expertas con ellos y otros de Estados Unidos e Inglaterra tras año y medio de trabajo. Tanto, que han logrado dedicar un capítulo a cada una de las víctimas. “Es la historia de cinco mujeres sin categorizar, es muy difícil salir del relato oficial porque hay mucho ruido sobre Jack el Destripador”, añade.

  Una ilustración de archivo de Jack el Destripador en las calles de Londres.Getty Images/iStockphoto

La importancia del cine y el auge del podcast y el True Crime 

Ya ocurrió con El perfume. Historia de un asesino (2006). El cine resta identidad a las víctimas. Según Laura Martínez, “el cine y la cultura en general. Ha sido un relato que en 130 años ha sido un mantra. Me he dedicado a preguntar a gente de la calle y, aunque no conocieran la historia decían ‘ah, sí, el asesino de prostitutas’. Eso es el boca-oído, que le ha dado los tintes de leyenda, porque incluso decían: ‘Ah, ¿pero que esto pasó en la vida real?’. Si en el cine y la cultura el relato se cuenta siempre desde el mismo punto de vista, cala de la misma forma”, explica la directora.

Ella se confiesa culpable. Culpable de ser amante del True Crime, de que le encante conocer los casos, la psicología criminal, las vísceras... No sólo le atrae, le “aturde”.

El podcast es diferente. “La escena la creas tú como oyente y muchas veces lo que puedas imaginar es mucho peor de lo que el cine te pueda mostrar. El ambiente, el sonido tiene muchas posibilidades de crear atmósferas en el que entra el lenguaje mental, la imaginación. El cine te ayuda con la imagen, pero la mente puede ser mucho más perversa”, declara.

Canónicas no es solo la historia de cinco mujeres 

Este podcast, en el fondo, también es un recorrido por el Londres victoriano. Estas mujeres representan a una clase social concreta y a una época concreta. Porque como agrega Laura Martínez, “les pasó a ellas porque coincidió, pero podría haberles pasado a cualquier otra mujer con las mismas condiciones. No era tan raro acabar en la calle en la época victoriana, había muchísima pobreza y mucha diferencia con la burguesía”. Estas cinco víctimas no vivieron vidas excepcionales. De hecho, razona la directora, “es algo que sigue pasando... La gente suele decir: ’¿Qué hacían solas en la calle? ¿Por qué iban vestidas así? Como si fuese culpa de ellas”.