Las siete maravillas alternativas del mundo

Las siete maravillas alternativas del mundo

Siete joyas poco conocidas que no tienen nada que envidiar a las oficiales.

Habiendo visitado todos los países del mundo, tengo que reconocer que me he vuelto muy fan de hacer listas. Quizás uno de mis rankings preferidos de siempre es el de las siete maravillas alternativas. No contento con la lista de maravillas oficiales (que en mi humilde opinión, algunas sólo fueron elegidas por la popularidad de sus países) siempre busqué reunir mi propia lista. Imprescindible no tener colas interminables de turistas agolpados a la entrada listos para pelearse por la mejor selfie. Esta es mi lista de siete joyas poco conocidas que no tienen nada que envidiar a las oficiales:

Pirámides de Meroe, Sudán

Sudán tiene de hecho, más pirámides que Egipto. A unas pocas horas en coche de Jartum se puede llegar a Meroe. Os recomiendo contratar un tour con equipo de acampada para pasar la noche ahí y disfrutar de las pirámides al atardecer y al amanecer. Sí, habéis oído bien, se puede dormir entre las dunas a los pies de las pirámides. Literal. Apenas son visitadas, y por lo tanto las típicas normas de horarios y recintos protegidos no aplican. Solo los bereberes locales con sus camellos hacen compañía a este complejo arquitectónico impresionante. Si firmáis el libro de visita, veréis que apenas reciben un turista al día. Brutal.

Ruinas Mayas de Tikal, Guatemala

Con todos mis respetos para las ruinas mayas de Chitzén Itzá, no tienen nada que hacer en comparación con Tikal. El aspecto salvaje y las grandes dimensiones de estas ruinas guatemaltecas hacen que la famosa pirámide mexicana quede empequeñecida. Si a eso unimos que las visitarás con una fracción de la gente, realmente queda poco más que añadir. El amanecer desde el Templo IV a 70 metros de altura con la vista de la selva es una experiencia difícil de olvidar.

Nido del Tigre, Bután

Soy un fanático de la región de los Himalayas y las construcciones y templos de budismo tibetano. Desde mi viaje al Tibet con 20 años, allá por el 2009, esos púrpuras con dorado y blanco tan característicos han sido difíciles de olvidar. En Bután consiguieron el más difícil todavía, construyendo un templo en un acantilado escarpado a 900 metros sobre el Valle de Paro. La caminata hasta allí tiene una merecida recompensa y la experiencia no defrauda ni lo más mínimo.

Iglesias talladas en roca de Lalibela, Etiopía

Imaginad iglesias enteras talladas en la roca. Esculturas elevadas a la enésima potencia. Si además se trata del lugar de culto habitual de la gente local, ya que apenas reciben turistas, pasan a ser sin duda una experiencia única en el mundo. Cuando visitéis, procurad que sea en fin de semana, para poder disfrutar de las misas y la congregación de feligreses etíopes del domingo.

Ruinas romanas de Leptis Magna, Libia

Quizás las mejores ruinas romanas fuera de Italia. Su estado de conservación es exquisito debido a los sedimentos depositados por los ríos al encontrarse en un delta que va a parar al Mediterráneo. En época colonial italiana, con Mussolini, se hicieron esfuerzos para desenterrar la ciudad y se cree que aún queda más de un 80% por descubrir. Cuenta con baños romanos, fuentes, plazas, puerto, teatro, coliseo, circo, mercado… Hoy día se pueden explorar sus calles y monumentos centenarios, si bien es cierto que debido a la guerra civil libia apenas hay visitantes más allá de algunas familias locales en el fin de semana. No os podéis perder la vista del teatro desde lo alto de las gradas con el mar de fondo.

Rascacielos de adobe de Shibam, Yemen

Al igual que Libia, no recomiendo visitar Yemen justo ahora que la guerra sigue azotando al país. Sin embargo, apuntaros este nombre para un futuro: Shibam. Se trata de una ciudad de adobe con rascacielos centenarios de hasta 11 pisos, apodada la Manhattan del desierto. Yemen fue mi país 188, y en mi reciente viaje el pasado septiembre conseguimos “colarnos” en esta maravilla tan poco conocida. Escuchar la llamada a la oración en una de sus mezquitas mientras disfrutaba de un paseo por las calles vacías fue sin duda uno de los momentos preferidos de mis viajes. Debido a las constantes amenazas de Al Qaeda en Shibam, en los últimos años tan solo un puñado de extranjeros han conseguido visitarla, y sin duda fui un gran afortunado de poder hacerlo en ese momento.

Como veis, estos secretos bien guardados son infinitamente menos conocidos que las maravillas oficiales, mucho menos concurridos y, quizás, hasta más espectaculares. Y vosotros, ¿habéis estado en alguna de estas? ¿Habéis visitado alguna otra gema poco conocida? Si os interesan los destinos poco comunes, no dudéis en seguirme en mi Instagram: @wanderreds.