No hace falta amar el ajedrez para disfrutar de 'Gambito de dama'

No hace falta amar el ajedrez para disfrutar de 'Gambito de dama'

La serie de Netflix es engañosa a primera vista.

Anya Taylor-Joy en 'Gambito de dama'.Netflix

El título de la nueva serie estrella de Netflix no es muy atractivo, Gambito de dama. Ni para quienes no sepan que se refiere a un movimiento de apertura en una partida de ajedrez ni para quienes lo sepan y no sean amantes de este deporte.

Alto ahí. Ésta no es una serie sobre ajedrez, es una serie sobre la vida de una joven ajedrecista que crece en un mundo de hombres en los años sesenta, en plena Guerra Fría. Y, sobre todo, es una ficción que pone muy fácil al espectador disfrutar de una buena historia.

Gambito de dama es la adaptación de la novela homónima (1983) de Walter Tevis, aunque los creadores también se han inspirado en la biografía del que fue campeón mundial de ajedrez entre 1972 y 1975, Bobby Fischer.

Otro de los mejores ajedrecistas de la historia, Garry Kasparov, y el famoso entrenador Bruce Pandolfini han asesorado a los guionistas de la serie —Scott Frank y Allan Scott— para que clavaran la precisión del juego. Sin embargo, no es el ajedrez el que domina la narrativa: es la interpretación de la protagonista, Anya Taylor-Joy, que habla incluso con la mirada.

La actriz de 24 años ya demostró su profesionalidad nada desdeñable en la película de terror La bruja (2015), y ahora se ha reivindicado como una joven promesa de la interpretación dando vida a Beth Harmon en su etapa adulta. Porque aguanta todo el peso de la trama, menos en los dos primeros episodios, los de la infancia del personaje, que cuentan con la actriz Isla Johnston.

Beth Harmon, a la que se presenta entre los 8 y los 22 años, tiene una vida traumática desde pequeña. Se quedó huérfana, la llevaron a un orfanato —un cliché que no resta credibilidad a la historia porque ahí es donde nace su idilio con el ajedrez— y es adicta a las pastillas y al alcohol. Por tanto, nada tiene que ver con esos documentales en pleno auge sobre deportistas. Esta serie es todo un drama con mucha consistencia, adictivo.

El ajedrez cobra gran protagonismo, pero no deja de ser una metáfora de su vida: Harmon tiene que sobrevivir sola —como en este deporte en el que no hay equipos—, sin familia, y en un mundo de hombres. Y así, con esa realidad adversa, es como consigue seguir adelante con su vida y convertirse en una ajedrecista conocida mundialmente.

Precisamente por eso, porque no se rinde a lo previsible, a lo que muchos esperaban ver en ella, Gambito de dama ha sido la sorpresa de Netflix de este otoño, se estrenó el 23 de octubre y sigue a la cabeza de los contenidos más populares de la plataforma en España.

  Lo más popular de Netflix en España el 12 de noviembre de 2020.Netflix

A lo largo de siete capítulos, la serie muestra la inteligencia y el intelectualismo que se asocian al ajedrez a la vez que logra conmover al espectador concentrado en la pantalla. Sí, concentrado, porque no es una ficción hecha para pasar el rato, sino para seguirla con atención y no perderse ni un detalle de ella. Así que no vale verla con el móvil en la mano.

Además, si no se quita el ojo de la pantalla se puede descubrir cómo han crecido niños que han marcado una época en el cine por su participación en películas taquilleras como Thomas Brodie-Sangster (Love Actually) o Harry Melling (Harry Potter).

  Thomas Brodie-Sangster en 'Love Actually' y en 'Gambito de dama' / Harry Melling en 'Harry Potter' y en 'Gambito de dama'.

La verosimilitud es incuestionable, porque todo está cuidado en la serie, desde la fotografía hasta los escenarios. La estética está increíblemente pulida. Como dice la revista Time, Gambito de dama es un “drama de prestigio absorbente”.

Los creadores se han arriesgado tanto que muchos espectadores se podrían haber quedado con la etiqueta de que es ‘una serie de ajedrez’, sin atreverse a ver ni el primer capítulo. Pero no, no es una serie de ajedrez. Aunque incluso dan ganas de aprender a jugar.