Regeneración

Regeneración

Una novela negra ambientada en nuestro país en la que el periodismo se enfrentará a la corrupción política, policial, y a sus propias contradicciones.

Desde hace tiempo se viene empleando en la política de nuestro país la  palabra regeneración. Esa capacidad biológica que algunos seres tienen para reconstruir sus órganos y funciones dañados, parece deseable  que se produjera no solo en las instituciones del Estado y los partidos políticos, sino también en otros ámbitos de la sociedad, incluidos los medios de comunicación.

De eso trata la trama de una novela negra ambientada en nuestro país en la que el periodismo, el viejo de papel y el nuevo digital, se enfrentarán a la corrupción política y policial y a sus propias contradicciones.

En el  movimiento del 15 M, del que este 2021  se cumplirán 10 años, se acuñó el “no nos representáis”, dirigido a muchos estamentos intocables hasta ese momento.   Ese lema tuvo  su contra réplica, por parte de los políticos que se sentían aludidos, en la necesidad de una regeneración pero lo cierto es que no se produjeron los cambios necesarios para que los órganos del Estado volvieran a representar democráticamente a los ciudadanos, si algún día lo llegaron a hacer plenamente.

 Muy por el contrario, el gobierno  del PP reaccionó ejerciendo la fuerza que le confería su mayoría de diputados legislando e imponiendo la Ley Mordaza frente a los escraches y las manifestaciones ciudadanas. Las condenas contra la libertad de expresión proliferaron estos años  en un contexto en el que el máximo órgano del poder judicial no se ha renovado por discrepancias entre los partidos políticos. La crisis económica se cargó a la espalda de los más débiles, que sufrieron  que la vivienda social fuera moneda de cambio entre los gobiernos autonómicos y los fondos buitre que se las adjudicaron para hacer negocio subiendo las rentas de alquiler. 

En el sector no se habló nunca de regeneración, sino más bien de transformación

La Casa Real habla de transparencia y de recobrar la ética que demandan los españoles, solo cuando al rey emérito se le ha descubierto una fortuna amasada durante años en paraísos fiscales y ha tenido que regularizar ante Hacienda una parte mínima de sus ingresos turbios para no incurrir en delito fiscal.  También el Rey Felipe VI parece creer, a su manera, en la necesaria regeneración  de la Jefatura de Estado. Quizá llega tarde.

Muchos  medios de comunicación no han hecho  autocrítica. Han navegado muchas veces en la ola del poder y llegan tarde también para volver a conectar con sus lectores. En el sector no se habló nunca de regeneración, sino más bien de transformación. Hablaban de mantener la esencia del periodismo, tanto en el formato menguante y casi residual de los viejos periódicos de papel como en el nuevo modelo de los digitales. Eso sonaba bien, pero no era fácil de conseguir cuando las redacciones eran diezmadas por los despidos y los recursos de los periodistas para hacer su trabajo eran escasos. Todo ello en medio de un creciente panorama en el que crecían poderosos intereses por la desinformación. Las fake news y la utilización interesada de mensajes falsos y partidistas en las redes sociales, contaminaron la política y  los medios. Todo ello más allá de los intereses financieros que se escondían tras la propiedad de algunos periódicos. Por no hablar de la regeneración  que parece imposible en la televisión pública , incapaz de consensuar durante años la figura de su presidente o de su director de informativos, que acabó siendo nombrado a dedo. 

En medio de ese panorama trascurre la novela, que en absoluto pretende ser un tratado sobre todo lo comentado. Hay ingredientes de novela negra como el extraño asesinato del presidente de la Sareb, el del banco malo que se quedó con las viviendas de los “bancos buenos”, y que será investigado por un inspector de policía que se verá obstaculizado por oscuros intereses, o la periodista que dejará su puesto de trabajo en un relevante y decadente periódico de Madrid para contar lo que está pasando en un nuevo diario digital, sin saber que  desde las cloacas del estado se lo intentarán impedir. 

Regeneración, quizá sea solo una palabra aplicable a la  ficción o a la biología de algunos seres que no están entre los que nos gobiernan y los que buscan manipular la información. Para ellos cobra más sentido la famosa paradoja de Lampedusa en la que para que todo siga igual  es necesario que todo cambie.