Por qué el sexo maduro puede ser el sexo sabio

Por qué el sexo maduro puede ser el sexo sabio

Vigilar el suelo pélvico, buscar la líbido y tener orgasmos terapéuticos, entre los consejos de las expertas.

Una pareja pasando un rato íntimo en la bañera.Andrii Iemelyanenko via Getty Images/iStockphoto

En una escena de la segunda temporada de Fleabag, el personaje interpretado por Kristin Scott-Thomas se marca un monumental monólogo sobre el dolor que sufren las mujeres durante toda su vida hasta llegar a la menopausia. “Sí, todo tu suelo pélvico se desploma y te dan sofocos y a nadie le importa, pero eres libre”, le cuenta a la protagonista.

Esa libertad de la que habla la serie no es igual para todo el mundo, ya que el sexo en la madurez sigue siendo un tabú. De ahí que se ovacionara a Petra Martínez (de 77 años) en los Premios Feroz cuando habló de la masturbación a los setenta y se valore que Loles León (71) hable abiertamente de su vida sexual.

“Cada vez empiezan a ser más visibles cuerpos de diferentes edades. Hasta ahora, a partir de una determinada edad y mucho más en mujeres que en hombres, esos cuerpos eran invisibles. Se negaba la posibilidad de ser cuerpos deseables y deseantes”, cuenta la sexóloga y terapeuta de pareja Elena Requena

La experta marca esa invisibilidad a partir de la menopausia en el caso de las mujeres. Todo lo relativo a la erótica y la sexualidad a partir de estas edades era vetado y ni se hablaba ni entraba en el imaginario colectivo”, añade. 

Hasta ahora, a partir de una determinada edad y mucho más en mujeres que en hombres, esos cuerpos eran invisibles. Se negaba la posibilidad de ser cuerpos deseables y deseantes
Elena Requena, sexóloga.

Es la misma situación a la que se ha enfrentado Mireia Grossmann, fisiosexóloga, en todos sus años de profesión. “Incluso en el mundo sexual, el sexo en la madurez sigue siendo un tabú”, cuenta la experta, que defiende que los cambios que llegan con la edad no tendrían que dar miedo. “Cuando llega la madurez tiene que haber cambios y adaptaciones, hay que reajustarlo todo”, explica. 

“Es tan tabú que es difícil pedir ayuda cuando necesitas hacer cambios, pero lo bueno es que ahora hay mucha información. Cada vez va calando más la idea y la gente es consciente de que hay cosas que se pueden hacer para que la vida sexual sea plena a cualquier edad”, señala Grossmann, que tiene un espacio de salud en Barcelona. 

La importancia del suelo pélvico

La fisiosexóloga explica que los cambios cuando llegan los 50 o los 60 se dan más en el cuerpo de la mujer por la menopausia. “Los tejidos quedan frágiles, pero dependiendo de cómo partan podemos tener un problema o no. Si la vagina llega en plenitud, la menopausia será un movimiento importante pero no un desastre”, señala Grossmann. 

Por eso la experta recomienda centrarse en el suelo pélvico “porque es una parte fundamental del sexo” para luego evitarse disgustos. “Lo ideal es cuando tenemos 40 o 45 años tomar conciencia del suelo pélvico. Habría que prevenir, sin sustos. Igual que después de cada parto lo ideal es que una se haga un examen para ver que todo en el suelo pélvico esté bien, hay que hacer lo mismo antes de que llegue la menopausia”, señala. 

Si la vagina llega en plenitud, la menopausia será un movimiento importante pero no un desastre
Mireia Grossmann, fisiosexóloga y experta en suelo pélvico.

Requena también insiste en que los cambios no tienen porque “ser ni percibirse como algo negativo”. “Forma parte de nuestra biología y entenderla es fundamental para nuestro desarrollo tanto físico como sexual. De ahí que sea tan importante conocerse, conocer nuestro cuerpo y nuestro deseo”, recomienda la sexóloga. 

Multitud de beneficios

Tener una vida sexual plena en la madurez no aporta más que beneficios, algunos probados científicamente. En un estudio publicado por The Journals of Gerontology se demostró que la función cognitiva de las personas mayores de 50 años mejora si practican sexo con frecuencia.

La investigación se desarrolló entre las universidades de Oxford y Coventry y los participantes tenían entre 50 y 83 años. Todos ellos respondieron a preguntas sobre su vida sexual y quienes lo practicaban más habitualmente tuvieron mejores resultados en pruebas de memoria y además, se sentían menos solos y tristes.

Para Elena Requena, las relaciones sexuales en esta etapa vital tienen los mismos beneficios psicológicos y físicos que en cualquier otra edad. ”Fortalecen nuestros vínculos, nuestra forma de relacionarnos, es un excelente tonificante a nivel físico y emocional y nos ayuda a conocer nuestro cuerpo, nuestro deseo y nuestra forma de estar en el mundo. Esto, como puede percibirse, es infinito, y por lo tanto acabará cuando nuestra vida concluya”, sentencia la sexóloga. 

“El sexo, los orgasmos y en definitiva el placer son hormonas que nos hacen sentir bien y es un círculo que se alimenta. Cuando tienes líbido tienes vida, y viceversa. El placer es una fuente de vida, es movimiento, un motor que pone en marcha todo”, reivindica Grossmann.

De hecho, la fisiosexóloga anima a practicar orgasmos terapéuticos, porque son “gimnasia vaginal”. “Los músculos que no se contraen no existen y cuando tenemos un orgasmo se contraen, así que si no tenemos orgasmos los músculos de la vagina están tristes. Si tenemos orgasmos tenemos más posibilidades de que esos músculos no se atrofien”, explica la experta, que los aconseja aunque no haya demasiadas ganas. 

Si se tiene pareja se puede compartir, pero el placer es nuestra responsabilidad. Qué pasa, ¿si estoy sola estoy muerta? Pues no
Mireia Grossmann.

La masturbación a cualquier edad

“Cada persona tiene que buscar el placer y cómo conseguirlo, hay que recordarle al cuerpo que tiene la responsabilidad de su placer”, sentencia Grossmann. La experta defiende que la sexualidad plena al llegar a los sesenta no es “cosa de pareja”. “Si se tiene pareja se puede compartir, pero el placer es nuestra responsabilidad. Qué pasa, ¿si estoy sola estoy muerta? Pues no”, insiste la fisiosexóloga, que invita a la masturbación a cualquier edad.

Defiende lo mismo Elena Requena, que lo relaciona “con el conocimiento de uno mismo”, además de con el placer. “Si una persona siente el deseo de masturbarse, es totalmente legítimo que lo haga. Independientemente de su edad. Así que, si nos apetece masturbarnos, hagámoslo, y estará maravillosamente bien. Y si no nos apetece, independientemente de la edad, también es legítimo. La erótica de cada persona es única y ese es el verdadero valor”, reflexiona la experta.

Si una persona siente el deseo de masturbarse, es totalmente legítimo que lo haga. Independientemente de su edad
Elena Requena.

Una oportunidad de reinventarse

Más que un handicap, la madurez puede ser el momento más estimulante para el sexo. “Es multidimensional, lo sabemos pero no lo aplicamos”, señala Grossmann, que habla del sexo maduro como un reto para ser un “sexo sabio”.

“Por supuesto hay territorio para cambiar y mejorar, pero mientras la vagina y el suelo pélvico no se recuperan, hay que abrirse a otras cosas, es una oportunidad de reinventarse. Tiene mucho potencial, lo tienes que buscar más, enriquece, hay más tiempo”, apunta. Además, lo ve como una oportunidad de ir más allá del sexo centrado en la penetración. “Como en la juventud funciona mejor no te planteas otra cosa, así que la madurez es un buen momento para experimentar”, insiste Grossmann.

Abrirse a nuevas formas de placer no es solo una manera de experimentar sino también para recuperar la líbido. “Se habla mucho de que la líbido cae y entonces se acabó el sexo, pero no baja del cielo, hay que ponerse pico y pala”, defiende Mireia Grossmann. La experta invita a buscarla y poner el sistema en marcha poco a poco para recuperarla sin miedo a no volver a disfrutar del sexo: “Muchas mujeres tiran la toalla y eso no se puede permitir, mientras estemos vivas hay posibilidad de cambio”.