Baldur's Gate 3 se convierte en uno de los mejores videojuegos de rol de la historia 

Tras pasar más de 150 horas enganchado a una trama de fantasía virtual llena de conspiraciones, monstruos, masacres en mazmorras, personajes pintorescos y colosales aventuras, puedo decir, sin temor a errar, que Baldur's Gate 3 es de los mejores juegos de rol de la historia de los videojuegos. Sobre esto no debe haber debate.

Baldur's Gate es un videojuego de fantasía medieval desarrollado por Bioware allá por 1998, que nos sitúa en los Reinos Olvidados (Dungeons & Dragons). Este título revolucionó el género dentro de la industria del entretenimiento digital. Poco después llegó su secuela, Baldur's Gate II: Shadows of Amn y su epílogo Throne of Bhaal. La saga continuó con el aclamado Neverwinter Nights e incuso tuvieron 'hermanos' por parte de la desarrolladora Black Isle Studios: Planescape: Torment y Icewind Dale. Indudables joyas de indiscutible calidad.

Ahora, 25 años después, Larian Studios toma la responsabilidad de idear y hacer realidad el número tres en la saga. Muchos copiaron la fórmula y no todos confiaban en el éxito de la gesta. Tonterías. El juego de los sueños de cualquier jugador de rol: dentro de la coctelera mezcla una buena cucharada de narración cinematográfica, una pizca de caos dentro de un mapa con infinidad de acciones por hacer y espolvorea por encima (a modo de cobertura) la deliciosa sensación de los clásicos juegos de rol de tablero junto a sus inseparables dados. Tritura, mete todo en el horno y... ¿qué sale? Una obra maestra.

Es enorme, profundo... Tres actos, tres epopeyas. Llenas de personajes que muy probablemente pasarán a la historia del videojuego, cuidadas mazmorras, misiones únicas y con un claro factor importante: cada decisión que tomemos, tendrá su eco al final de nuestro camino. Debemos ser responsables a la hora de escoger un camino o... incluso, saber a quién perdonarle la vida. Diría que podría calzar una frase del gran Gandalf el Gris en El Señor de los Anillos: "El valor no es saber cuando quitar una vida, sino cuando perdonarla". Amigos, amigas... eso es Baldur's Gate. Las consecuencias son lo importante, no te salgas del camino.

Para poner en situación la trama sin desvelar mucho, revelaré que comenzaremos infectados con un parásito metido en una masa cerebral, un renacuajo, y hay que ir a contrarreloj para que esa cosa no te convierta en un Azotamentes (seguro que este nombre te suena de Stranger Things), quitándote tu identidad y apariencia, y convirtiéndote, por ejemplo, un calamar con piernas... Esa es la pequeña chispa que inicia la gran aventura de Baldur's Gate 3. Después te espera un idílico paisaje en la Costa de la Espada lleno de peligros: una ciudad construida sobre una arboleda que está en apuros, goblins por doquier, un misterioso pantano, adorables y temibles criaturas que pueden ser adoptadas como mascotas... Es aquí donde empezaremos a conocer a nuestros compañeros de aventuras y fechorías, quienes además comparten tu destino, pues ellos también tienen otro renacuajo metido en su cabeza.

En cada acto, una vez superados, no solo cambiaremos de ubicación; la historia se volverá más oscura, nuestros enemigos serán más retorcidos, tirando incluso a veces por el puro horror. Nos rodeará una atmósfera más opresiva, situaciones que reflejan cómo el mundo toma una dirección más desgarradora. Y como afrontes esos peligros depende del héroe o del villano en el que te hayas convertido. Tú eres el autor de esta historia. ¿A qué lado se inclinará la balanza?

Baldur's Gate 3 me dejó boquiabierto. Es extenso, denso, abrumador, fascinante, todo a la vez y te atrapa. Larian Studios ha sabido darnos en la patata y trasladarnos a la adolescencia de nuevo, a las infinitas tardes donde estás tan dentro que pierdes la noción del tiempo. El título requiere paciencia, mucho aprendizaje, sí, pero una vez superado el obstáculo, estarás en sus manos y gozando como nunca de uno de los mejores juegos de rol de la historia de los videojuegos.