La aldea de Málaga que estuvo 50 años abandonada y saqueada que hoy es considerada un "paraíso rural"
Renació en los años 90 gracias a una pareja.
Podría ser un pueblo blanco más de la sierra andaluza, con calles estrechas y pequeñas casas encaladas. Sin embargo, la aldea de El Acebuchal, en la provincia de Málaga, tiene una historia muy distinta detrás.
Ubicada en un enclave privilegiado en el parque natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, entre Frigiliana y Cómpeta, fue un pueblo que se perdió en la Guerra Civil al ser desalojado y abandonado durante nada menos que 50 años.
Durante la Guerra Civil, se supo que los 200 habitantes de aquella aldea prestaban ayuda a los rebeldes maquis y en 1949 quedó completamente vacío después de que su último vecino abandonase la localidad, siendo solo visitado por los propios vecinos que saqueaban sus casas para construirse otras en las inmediaciones.
Su ubicación y sus idílicas calles han llevado a que revistas como Traveler la califiquen como un "paraíso rural" que ha revivido gracias a Virtudes Sánchez y Antonio García ‘El Zumbo’, descendientes de sus primeros pobladores, quienes en los 90 volvieron a colocar una "primera piedra" en la aldea.
La familia García Sánchez se encargó de rehabilitar las casas incluyendo desde la electricidad a regenerar los comercios, creando también el bar El Acebuchal, en el que se reúnen tanto los 134 habitantes como los visitantes nacionales y extranjeros.
Allí pueden disfrutar de recetas tradicionales de la aldea y carne de caza, pero también se pueden quedar en sus alojamientos turísticos como el hotel tres estrellas, The Lost Village El Acebuchal, regentado por otra pareja de vecinos.
Entre sus calles se pueden ver las casas encaladas con macetas de colores, la capilla de San Antonio, pero su ubicación "escondida" hace que sea un paraje perfecto para realizar rutas en la naturaleza a través de los bosques y la ruta que forma la Gran Senda de Málaga.
Por El Acebuchal cruza la GR249, que arranca precisamente cerca del barranco de la villa, y el resto del recorrido muestra el paisaje alpino de la Sierra de Almijara, con picos y laderas inclinadas. Tal es la importancia de la ruta para el pueblo, que se ha convertido en parada obligada para quienes la recorren.
