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¡Ay, Carmona! ¡La España de cerrado y sacristía!

¡Ay, Carmona! ¡La España de cerrado y sacristía!

No me gustan nada las trazas del risueño Antonio Miguel Carmona. Temo que su supuesto apoyo a Manuela Carmena en el Ayuntamiento de Madrid pueda resentirse ante la presión de los inquisidores del Partido Popular y medios afines, que acumulan otra vez la rabia del mal perder, como tras las elecciones de 2004.