Casarse de blanco
"A ver... ¿Y usted de qué se queja, si hasta se ha casado vestido de blanco...?" El juez de guardia, o lo que fuere, me había lanzado esa pregunta absurda. Me encontraba en una pequeña sala, con estradillo al fondo, de la Dirección General de Seguridad (DGS), en la Puerta del Sol de Madrid.