Abandonad toda esperanza

Abandonad toda esperanza

Yo ya lo tengo asumido: Pedro Sánchez va a gobernar siempre. Entiéndanme: siempre. Para toda la eternidad. Desde que me resigné a la idea me encuentro mucho mejor.

El presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez.EFE/ Emilio Naranjo

Yo ya lo tengo asumido: Pedro Sánchez va a gobernar siempre. Entiéndanme: siempre. Para toda la eternidad. Desde que me resigné a la idea me encuentro mucho mejor. Se lo recomiendo a todos mis amigos. Conseguirá la investidura. Gobernará cuatro años. No dos ni tres. Cuarenta y ocho meses. Contra todo pronóstico, ganará las elecciones del 2027. Gobernará cuatro años. Contra todo pronóstico, ganará las elecciones del 2031. Gobernará cuatro años. Y así ad mortem en un futuro lejano, tras lo cual no sé cómo pero seguirá gobernando. Convertido en una inteligencia artificial. En el metaverso con Yolanda Díaz. Montado en el caballo del Cid. Siempre consiguiendo en el último momento, y de la forma más cínica y tramposa imaginable, sacar medio milímetro de ventaja en la photo finish.

Conseguirá la investidura. Gobernará cuatro años. No dos ni tres. Cuarenta y ocho meses. Contra todo pronóstico, ganará las elecciones del 2027. Gobernará cuatro años

Se acabó esa agonía de precipitarse a diario sobre los medios informativos esperando encontrar una última esperanza a la que aferrarse. “Uy, el acuerdo se está retrasando más de lo que se esperaba. ¿Y si finalmente no hay acuerdo?”. No. “A lo mejor el PNV ahora se echa atrás porque piensa que… porque calcula… yo qué sé”. Que no. “Voy a leerme entera esta noticia sobre Page a ver si insinúa en algún momento que queda una milésima de posibilidad de que los socialistas manchegos al menos se abstengan”. La última ha sido lo de Podemos: “Meca, ¿y si ahora Belarra & co. la lían, las bases dicen que no al pacto, y Sánchez se queda con… con… ¡sólo 174 votos a favor!”. Que no. Que no y que no. Que no va a ocurrir nos pongamos como nos pongamos. Nos enfrentamos a un poder superior.

Dentro de cinco mil millones de años, agotado su oxígeno, el Sol se convertirá en una gigante roja, y aumentará su tamaño hasta ocupar las órbitas de los planetas más cercanos. Entre ellos, estará el nuestro. Sánchez se enfrentará entonces a uno de los retos más difíciles de sus 5.000.000.005 años en el gobierno. Al ritmo que va, es probable que el PSOE sólo haya sacado tres diputados en esas últimas elecciones, pero, no obstante, conseguirá liderar un gobierno de coalición gracias a sus pactos con fuerzas progresistas, como la Unión de Cucarachas Mutantes o el Partido Nacionalista Vasco —que, aunque entonces España abarcará únicamente el interior de la M-30, seguirá contando con representación en el parlamento español—. No importa, absorbido por el Sol, Sánchez seguirá en el poder.

“Abandonad toda esperanza”, se leía a la entrada del infierno de Dante. Es un poco la idea. El actual líder del PSOE no es el único político que está dispuesto a empobrecer grave e irreversiblemente a la clase obrera española con tal de seguir en el poder. Tampoco es el único cuya suerte le permite apretar cinco veces el gatillo en la ruleta rusa y salir ileso. No es el único político cuyo partido rival es incapaz de marcar un penalti en una portería vacía. Pero sí es el único en el que estas tres características se dan a la vez, y eso le confiere más superpoderes que si de pequeño le hubiera picado una araña demagógica y megalomaníaca. Obsesionado por cómo le juzgará la Historia, no se da cuenta de que la Historia no le sobrevivirá. Asumámoslo y empecemos a dormir tranquilos.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.