¡Os apoyo, estáis despedidos!

¡Os apoyo, estáis despedidos!

Pues no, la parodia de la religión y de los localismos no tiene por qué estar sometida a controles de calidad superiores a los de las parodias de la política, del deporte, de la gastronomía o de las relaciones sexuales.

Un momento de la parodia del programa 'Està passant', de TV3.

Reivindico enfáticamente el derecho a hacer humor muy muy malo sobre los dioses y las religiones. Pero malísimo. Claro, escribo a cuento del revuelo levantado por el gag sobre la Virgen del Rocío que emitió TV3 durante la Semana Santa. Toda la intelectualidad se ha puesto muy digna con el cuento de “claro que se puede hacer humor sobre la Virgen, pero que sea bueno”, “lo que nos molestó de Està Passant no fue que se rieran de un símbolo andaluz, sino que lo hicieran sin un mínimo de calidad”. Pues no, la parodia de la religión y de los localismos no tiene por qué estar sometida a controles de calidad superiores a los de las parodias de la política, del deporte, de la gastronomía o de las relaciones sexuales.

Reivindico enfáticamente el derecho a hacer humor muy muy malo sobre los dioses y las religiones

Porque el gag de Està Passant fue una buena mierda. Eso es difícilmente discutible. No cuesta trabajo imaginarse a los guionistas reunidos incapaces de dar con una buena idea. “No sé… y si la Virgen del Rocío… espera… no sé”. “¡Ya lo tengo! Podíamos hacer que… no… no es buena idea…”. “¿Y si el Toni le dice que han crucificado a Jesús, y ella… y ella…?”. “Pues que se tire pedos y se cague encima”. “Mmm… sí, eso ya me gusta, vamos a darle una vuelta…”. “¡Sí, tiremos por ahí!”. “¡Espera! ¡Mucho mejor! Que hable mucho de que quiere follar, y follar, que se queje de que no folla, con muchos tacos… La Virgen diciendo muchas veces ‘follar’”. “¿Pero pasa algo más?”. “No, sólo la Virgen diciendo ‘follar’…”. “Me parece pobre… ¿y si le ponemos acento andaluz!”. “¡Sketchazo!”. “¡Gagazo!”. “¡Monty Python!”.

Pero está bien. No vi el resto del espacio. Pongamos que hubiera habido un gag previo en donde Laura Borrás sólo quiere follar, y follar, y se queja de que no puede follar y de que tiene muchas ganas de follar. O que hubiera habido un gag posterior sobre el Barça, en donde Laporta y Negreira no paran de hablar de que quieren follar, y follar, y se quejan de que no pueden follar y de que tienen muchas ganas de follar. Pues serían los tres gags igual de aceptables. “Ya, pero es que el gag de la Virgen pretende reírse de los andaluces y de los catalanes de origen andaluz”. Pues claro. Insisto: la parodia de la religión y de los localismos puede ser igual de mala que cualquier otra parodia, puede ser igual de tendenciosa que cualquier otra parodia, puede tener agendas políticas ocultas como cualquier otra parodia.

Alguien comentó alguna vez que el feminismo no habrá conseguido sus objetivos cuando las mujeres ocupen los mismos puestos que los hombres, sino cuando las mujeres que ocupan esos puestos puedan ser tan mediocres como los hombres que siempre los han ocupado. El laicismo no consiste en conseguir que se pueda hacer humor sobre una Virgen en televisión, sino en lograr que esos gags puedan ser tan rematadamente malos como los que se refieren a Ayuso, a las escenas de la guerra de los sexos o a Belarra. Si estuvieran bajo mi dirección, habría escrito un mensaje de apoyo a todos los guionistas de Està Passant, animándolos a no dejarse influir por la terrible campaña en contra que han recibido estos últimos días. Y a continuación los despediría a todos.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Licenciado en Filosofía y doctor en Psicología. Es profesor titular de Psicología Clínica de la Universidad de Oviedo desde antes de que nacieran sus alumnos actuales, lo que le causa mucho desasosiego. Durante las últimas décadas ha publicado varias docenas de artículos científicos en revistas nacionales e internacionales sobre psicología, siendo sus temas más trabajados la conformación del yo en la ciudad actual y la dinámica de las emociones desde una perspectiva contextualista. Bajo la firma de Antonio Rico, ha publicado varios miles de columnas de crítica sobre televisión, cine, música y cosas así en los periódicos del grupo Prensa Ibérica, en publicaciones de 'El Terrat' y en la revista 'Mongolia'.