Claves de la cumbre España-Francia: el momento de elevar las relaciones a un nivel preferente

Claves de la cumbre España-Francia: el momento de elevar las relaciones a un nivel preferente

De la cita de Barcelona, Macron y Sánchez lograrán un Tratado de Amistad que abra un tiempo nuevo en defensa, transportes, energía y diplomacia común. 

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, saluda a su homólogo español, Pedro Sánchez, el 10 de marzo pasado, en una cumbre europea en el Palacio de Versalles.Albert Cara / Anadolu Agency via Getty Images

Pedro Sánchez y Emmanuel Macron encabezan este jueves en Barcelona una cumbre hispano-francesa diferente. Las relaciones entre los estados han sido históricamente buenas, leales, pero ahora van a llevarse un paso más allá, hasta un nivel preferente por encima de las etiquetas propias de la diplomacia, que se ha de concretar en una intensa "amistad y cooperación". Son las palabras que bautizan el tratado que van a rubricar los dos presidentes y que viene a ser, negro sobre blanco, la muestra de que París quiere ampliar su eje de acción con el vecino del sur. 

Francia sólo ha firmado antes otros dos Tratados de Amistad y Cooperación como el que tendrá con España. Sus contrapartes son Alemania (con quien lo acordó, por razones históricas de lazos tras la postguerra, en 1963) e Italia (país con el que Macron impulsó una nueva alianza en tiempos de Mario Draghi, en 2021, descafeinada por la llegada de la ultraderechista Giorgia Meloni). España sólo tiene algo similar con Portugal, desde hace un par de años. 

Ahora, eleva a Madrid a la categoría de socio prioritario, en una reunión a la que asistirán 11 ministros por cada nación y que, más allá del nuevo marco, aportará varias claves políticas de primer orden: una fuerte voluntad de ahondar en las apuestas comunes a los lados de los Pirineos -por estrategias nacionales, por desafíos comunes y hasta por sintonía entre sus presidentes-, un intento de lanzar una alianza con influencia europea y capacidad de marcar agenda y amasar mayorías, y la escenificación de que en Cataluña hay normalidad y se pueden realizar eventos de estado y proyección internacional sin alteraciones. La presencia del presidente catalán, Pere Aragonès, en los actos, lo constata así desde el flanco institucional.

España y Francia, en palabras de la Embajada de España en París, mantienen "relaciones diplomáticas de primer orden" que s"on consecuencia tanto de la vecindad geográfica como de la común pertenencia a numerosos organismos internacionales" como la UE. En algunos temas, como economía o cooperación la lucha contra el terrorismo, estas relaciones son "especialmente estrechas". 

Lo que avanza

La Moncloa explica que la necesidad de contar con un tratado de esta naturaleza y amplitud se decidió en la XXVI Cumbre Hispanofrancesa, celebrada en Montauban (Francia) en marzo de 2021 y se ha ido trabajando sobre ella en este tiempo, hasta hacerla cuajar.

El nuevo tratado francoespañol contempla un enorme abanico de campos de cooperación bilateral. Prácticamente, no hay área que no toque, de la economía a la seguridad. El Consejo de Ministros del martes autorizó al Gobierno a firmar el acuerdo y avanzó entonces sus principales líneas maestras, con más lazos en Defensa, asuntos transfronterizos, Justicia o transportes. 

España y Francia buscan sistematizar e institucionalizar su relación bilateral defensiva, "aumentando la ambición de su desarrollo y el grado de concertación" en numerosas áreas de interés compartido, incluida la coordinación bilateral en organismos como la UE o la OTAN, indica el Gobierno en su nota. Cabe destacar que, por primera vez, se crea un Consejo franco-español de Defensa y Seguridad, conformado por los ministros de Asuntos Exteriores y Defensa, que se reunirá anualmente para examinar las cuestiones de política exterior y los avances en materia de política de defensa y seguridad.

Se prevé igualmente más cooperación en Justicia y asuntos de Interior, en este caso por medio de "mecanismos estructurados de diálogo", a través de consultas periódicas entre los ministros de Interior y de la creación de un grupo de trabajo franco-español sobre cuestiones migratorias, y se crea también una nueva rutina de consultas anuales para abordar la cooperación en cultura, educación, ciencia, juventud y deportes.

Asimismo, el Ejecutivo español explica que se desarrollarán la cooperación en materia de economía, industria, conectividad y turismo, y los respectivos ministros se reunirán periódicamente para promover nuevas cooperaciones y fomentarán la organización anual de un foro económico y empresarial bilateral.

La transición hacia energías renovables, el desarrollo de interconexiones entre ambos países, así como la coordinación en Política Agrícola Común y la Política Pesquera Común, se reforzarán por este acuerdo, añaden las partes. 

El nuevo Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia contempla, finalmente, el desarrollo de la cooperación transfronteriza, con la creación de un comité de Cooperación Fronteriza de carácter consultivo. 

Lo que espina

Hasta en las relaciones más engrasadas, hay cuestiones espinosas. Entre París y Madrid también las hay y también habrá que tratarlas en Barcelona. Una de ellas es la reapertura de pasos fronterizos que llevan dos años cerrados por decisión de Macron y que generan molestias a los españoles que tratan de acceder al país vecino. 

Actualmente, existen 38 pasos entre las fronteras que pintan los mapas pero en enero de 2021 el presidente galo anunció unilateralmente el cierre de nueve de ellos. ¿Por qué? Por seguridad, respondió. Macron decidió restablecer controles aleatorios y reducir los accesos porque lo justificaba así la amenaza terrorista (se acababa de producir un atentado mortal en una iglesia de Niza, perpetrado por un tunecino que entró ilegalmente desde Italia, y que acabó con tres muertos) y por la llegada a Francia de migrantes sin papeles desde la frontera sur europea, o sea, desde España. 

La Agencia EFE cita fuentes del Palacio del Elíseo para explicar que, según Francia, la misma amenaza para la seguridad que se daba entonces "sigue presente", por lo que no se ve la necesidad de levantar ese veto por el momento. En la cumbre, se va a trabajar en "crear las condiciones en Francia y España para la reapertura", según estas fuentes, que deben nacer del nuevo grupo de trabajo sobre inmigración que se va a crear y que, a su entender, debe permitir desplegar brigadas de vigilancia mixtas y unidades operativas en la frontera. Es un asunto que ha generado "discusiones intensas" entre los vecinos y de la que España se ha quejado, por el cuello de botella que genera para transportistas o turistas, por ejemplo. 

Escozor generó también meses atrás la idea de Sánchez -apoyado por Alemania y la UE- de impulsar el MidCat, el frustrado proyecto para construir un gasoducto desde España hasta Francia, vía Pirineos catalanes. Era un intento más para evitar la dependencia de gas de Rusia, en plena invasión de Ucrania, y rebajar de paso los precios. Pero Macron dijo no y no ha sido. Argumentaba, fundamentalmente, que la infraestructura tardaría mucho en construirse, que no daría una respuesta rápida a las necesidades del continente y que va contra la política europea de eliminar los combustibles fósiles para el año 2050. Además, El Elíseo dudaba que pueda servir en un futuro para el transporte de hidrógeno verde, una fuente de energía que todavía no está bastante madura como para determinar qué alcance tendrá

Al final, la alternativa ha sido el H2Med, el primer corredor de hidrógeno renovable de la Unión Europea, un proyecto convertirá a España en una de las principales referencias de hidrógeno verde a nivel mundial, estará impulsado por los gobiernos de España, Portugal y Francia e incluirá dos infraestructuras transfronterizas, la rama portuguesa y la gala. En la cita de este jueves, Macron y Sánchez podrán cortar flecos pendientes y ajustar el calendario de este proyecto que sí convence a las dos partes; la enemistad parece resuelta, aunque fue fea. 

En materia de transportes, hay también algunos temas que debatir sin tanta sonrisa: está el Corredor Mediterráneo, un ferrocarril que lleve a Algeciras a Ucrania y que necesita del desbloqueo de tramos en suelo francés para avanzar -en concreto, entre Perpiñán y Montpellier-, la Y Vasca -que plantea un enlace entre Irún y Burdeos que complete la conexión por alta velocidad con Madrid, pero que no interesa especialmente a las autoridades francesas- y la anomalía de que puedan llegar trenes desde París a Sants (Barcelona), pero no a la inversa.  

Lo común y lo doméstico

En una cumbre de esta naturaleza se acaban entremezclando lo común, lo bilateral, y lo doméstico, lo particular. Para España, será una oportunidad de tantear a uno de los países com más peso de Europa, junto a Alemania, cuando en el segundo semestre del año tiene que asumir la presidencia rotatoria del Consejo de la UE. Ver si comparte su agenda, sus apuestas y prioridades, si puede tener a Francia de su lado en cuestiones que le interesan. También está la vertiente catalana, la necesidad de afianzar la nueva normalidad con la Generalitat, en un tiempo nuevo de votos en el Congreso y reformas legales como la de la sedición, el hecho ya tan poco común de que Sánchez y Aragonès puedan hacerse una foto en paz, por más que se anuncien protestas aisladas de independentistas cerca del lugar donde se celebra el evento. "Los enemigos de las instituciones catalanas desearían mi ausencia", ha dicho el anfitrión catalán.

Para Macron, el encuentro supone apostar por sus grandes vecinos, en todas las direcciones, para fortalecer su papel en Europa, huérfana de liderazgos nacionales tras la marcha de Angela Merkel, en un momento de incertidumbre total, entre la postpandemia y la guerra en suelo europeo. En lo energético, Francia quiere hablar con España porque baraja la posibilidad de pedir una extensión del mecanismo de la llamada "excepción ibérica" para fijar los precios de la electricidad. Lo quieren en toda Europa y lo quieren más allá de mayo que es cuando caduca -Madrid ha planteado ya que se extienda a 2024-, si es que antes no se logra una reforma duradera del mercado eléctrico, que es lo que prefiere realmente, un cambio "perenne". 

El presidente galo estará en Barcelona pero, a ratos, la cabeza se le puede ir a su país, donde justo mañana hay convocada huelga por su polémica reforma de las pensiones, que hará que la edad mínima aumente de los 62 hasta los 64 años. Su ministro de Empleo se queda en París, por si acaso. 

Lo que se aporta cada cual

Con los datos del Ministerio de Exteriores en la mano, el intercambio económico a los dos lados de la frontera explica el buen entendimiento entre los estados. No hay más que verlos: las exportaciones españolas a Francia en 2021 -último del que hay referencias completas- alcanzaron los 41.000 millones de euros, con una variación del -2% sobre la cifra del análogo periodo de 2020. Las importaciones españolas de Francia fueron de 27.000 millones de euros, lo que supone una bajada del 1%. Las importaciones han decrecido principalmente los meses de enero y febrero con una variación del -6,6% y -11,7% respectivamente. Las operaciones de exportación e importación en 2021 han dado como resultado una variación del saldo comercial de un 1% respecto al 2020. El saldo de intercambios sigue siendo favorable a España, arrojando un superávit de 13.779 millones, un 1% menos que el obtenido en el año 2020. 

Francia continúa siendo nuestro primer cliente con 20,2% del total de mercado, muy por delante de Alemania, que ocupa el segundo lugar con un 13,1%. La cuota de Francia pierde 0,6 décimas respecto al análogo periodo de 2020. Como proveedor, Francia sigue ocupando el segundo lugar en el ranking, detrás de Alemania. Sus ventas a nuestro país han representado el 13,8% de las importaciones totales españolas, empeorando tres décimas la cuota correspondiente a 2020.

En el año 2021 los aparatos y materiales eléctricos, así como las materias plásticas y sus manufacturas se han beneficiado de una mayor subida en la exportación. Nuestras exportaciones a Francia se encuentran concentradas en los vehículos automóviles y la maquinaría que suponen más del 30% del total. A estos productos le siguen en la lista los combustibles y aceites minerales, así como los aparatos y materiales eléctricos y las materias plásticas y sus manufacturas con alrededor de un 7% de la cuota.

Las exportaciones se han diversificado ligeramente en 2021 con respecto al año anterior, pues, a pesar de que los 10 primeros capítulos concentran el 74,8% de las exportaciones totales, el resto de los capítulos se ha beneficiado de una variación del 11%. Es reseñable el aumento de las exportaciones de los productos de fundición, hierro y acero, y de las frutas/frutos sin conservar con una variación con respecto al 2020 del 39 y 34%. 

Por el contrario, los vehículos automóviles y tractores sufren la mayor caída con un 11%. Las importaciones españolas de Francia están también muy concentradas en los renglones de automóviles y maquinaria, que suponen casi el 35% de las mismas. Además, tan solo los diez primeros capítulos ostentan más del 78% de las importaciones, lo que muestra una concentración mayor que en las exportaciones. En 2021, las importaciones han sufrido una disminución del 8%, siendo más notable en los tres primeros capítulos. Es importante destacar el retroceso de los vehículos automóviles y las máquinas y aparatos mecánicos con una variación del -3%. Se salvan de esta caída las materias plásticas y sus manufacturas y los combustibles y aceites minerales que se benefician de una subida de más del 40%.

Y en materia de turismo, en 2021, 5.819.630 franceses visitaron España; esta cifra supuso un incremento del +49,7% en relación a 2020. Respecto a 2019, último año antes del inicio de la pandemia, los turistas franceses en 2021 han disminuido un -47,8%. En 2021, Francia fue el primer mercado emisor internacional para España, por delante de Alemania y Reino Unido, con una cuota del 18,7%. Francia fue también el primer mercado emisor para España en 2020, en esta ocasión también por delante de Reino Unido y Alemania.Respecto al territorio nacional francés, los turistas españoles han ocupado tradicionalmente el quinto puestos dentro de los mercados emisores internacionales para Francia (según datos de la Dirección General de Empresas francesa (DGE) no actualizados desde 2017).