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La política se va de vacaciones entre bronca, insultos y ruido

La política se va de vacaciones entre bronca, insultos y ruido

Desde el "Sánchez ha enloquecido" a decir que al FGE hay que pedirle perdón por "los bulos", nuestros políticos no vuelven a los parlamentos hasta el mes de febrero.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.EFE

"Pedro Sánchez ha enloquecido". La frase la pronunciaba Isabel Díaz Ayuso este viernes, tras el último pleno en la Asamblea de Madrid del año. Con los pasillos de la Cámara de Vallecas llenos de adornos navideños. la presidenta de la Comunidad de Madrid se despedía de la actividad parlamentaria hasta febrero cargando contra el Gobierno.

Ni la llegada de la Navidad ni las 'vacaciones' en la primera línea que las autoridades van a tener al no haber sesiones en los parlamentos durante el mes de enero da una tregua. "Sánchez y su Gobierno", decía Ayuso, están aplaudiendo que el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, borrase "los mensajes de su teléfono móvil a cero" para "engañar a la Guardia Civil con el único fin de ocultar la comisión de un posible delito por el que está imputado".

Daba igual que la UCO apuntara a que no había ningún mensaje de ningún tipo y que la Fiscalía, con poca transparencia, explicara que se borran por seguridad ya que la información que maneja García Ortiz es muy delicada y corre el riesgo de perder el móvil o sufrir un robo. El mensaje con el que los madrileños se iban a la presidenta hasta la Nochebuena es que su gobierno asegura que "altos cargos de Moncloa y de Ferraz están involucrados en la operación de Estado contra un adversario político, contra un presidente autonómico", cosa que, como no, es "propia de un régimen bolivariano.

Unas horas antes, y desde Bruselas, Sánchez consideraba que quienes acusaron "sin pruebas" al fiscal general del Estado de haber cometido un delito deberían ofrecerle una disculpa una vez que la Guardia Civil no hubiera encontrado mensajes en su dispositivo y del ordenador quedara constancia de que recibió el famoso correo en el que el novio de Ayuso confesaba haber cometido dos delitos por fraude fiscal después de que se filtrara a medios. 

"¿Quién va a pedir perdón al fiscal general del Estado, quién lo va a hacer?", indicaba denunciando una cacería contra el fiscal "sin pruebas, con falsas acusaciones, con bulos y desinformación".

"Ahora dicen, no, es que los mensajes se borraron. Pero, por favor elevemos un poco el debate público y exijamos a aquellos que han acusado sin pruebas, que ahora mismo se están comprobando que no existían pruebas, que pidan disculpas y que asuman su responsabilidad", llegaba a decir. Mientras tanto, y según denunciaban los periodistas presentes en esa rueda de prensa, el presidente había vetado las preguntas de varios medios conservadores e incluso 'reprendiendo' a un periodista de Informativos Telecinco por preguntarle por esos mensajes de WhatsApp que, sencillamente, no están. "¿Y usted me está preguntando por unos whatsapps? Hombre, yo creo que es que la dimensión es otra completamente", le decía.

Moncloa lo negaba. El ministro para la Transformación Digital y de la Función Pública, Óscar López, aseguraba que es "absolutamente" incierto porque esa noche "cuatro medios de comunicación" publicaron esa información y mencionaban el texto "literalmente. "Fin", ha tratado de zanjar López.

Cabe mencionar que los medios a los que se refiere el ministro publicaron parte del texto, pero no fue hasta el día siguiente cuando otro diario digital publicó íntegramente el correo electrónico con datos fiscales del novio de Ayuso que según la UCO estaba en poder de varios cargos socialistas. Precisamente este detalle hace sospechar a los agentes que la documentación salió de Moncloa ya que ninguno había publicado una captura del correo que se publicó una hora más tarde de que su jefa de gabinete se lo mandara a Juan Lobato.

"Hay periodistas, hay compañeros suyos de algunos medios de comunicación que están diciendo que ese documento lo tenían 500 personas la noche anterior. Yo no lo sé. Lo están diciendo compañeros suyos. Pero lo cierto es que cuatro medios de comunicación se hacen eco y lo sacan la noche anterior", indicaba justificando a la que era su mano derecha, Pilar Sánchez Acera.

En un paréntesis, el nuevo secretario general del PSOE-M, acusaba al juez que dirige la causa contra Begoña Gómez, Juan Carlos Peinado, de "prevaricador" y de haber "mentido en sede judicial" para imputar al directivo del Instituto de Empresa (IE) Juan José Güemes, después de que este negara que se había contratado a la mujer de Pedro Sánchez para dirigir África Center por el simple hecho de ser su esposa.. "El señor Peinado ha mentido en sede judicial y ha utilizado una mentira para imputar a otra persona", ha sostenido. "Parece ser que el juez ha mentido en sede judicial y ha utilizado una declaración que no se produjo", añadía.

Mientras tanto, la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, pedía desde Logroño a Sánchez que "respete a los españoles y a su inteligencia" y que no les tome "por tontos" porque "lo que se demostró este jueves no es que no hubiera mensajes, sino que han sido borrados, dos cosas muy distintas". Y advertía: la democracia estaba en riesgo porque el Gobierno pretende "utilizar las instituciones contra el adversario político". Uno de los motivos, se sobreentiende, parte del móvil de Juan Lobato, que voluntariamente entregó el móvil al juez para que la UCO se topara con los nombres de quiénes habían hecho movimientos contra Ayuso. Es decir, Moncloa y el PSOE compartiendo estrategia conjunta de cara a hacer oposición al PP de Madrid. "El colmo del descaro" para Gamarra que el Gobierno y el partido del Gobierno compartan estrategia y equipos.

Mientras la bronca en el eje PSOE-PP y Moncloa-Sol continua, el Congreso y la frágil mayoría que sostiene al Gobierno comenzaba a lanzarse puyas. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, arremetía este jueves contra la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, por mantener una posición "imprudente" de "amenaza" a la estabilidad parlamentaria del Gobierno y ha sugerido que los 'morados' únicamente quieren una convocatoria electoral por su "duelo particular" con Sumar. Belarra respondía llamándole "diputado de Repsol"

Al margen de la bronca que no descansa ni en la víspera de Navidad, hay dos actores que no terminan de enzarzarse. Al contrario, mejoran día a día su relación. El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, aseguraba este miércoles que está dispuesto a apoyar en el Pleno del Congreso la proposición no de ley que ha presentado Junts exigiendo al jefe del Ejecutivo que se someta a una cuestión de confianza, ya que, según ha subrayado, él no tiene "interés en confirmar al Gobierno" de Pedro Sánchez. De hecho, ha confirmado que no contempla registrar una moción de censura porque aunque ve muchos motivos, le faltan "cuatro votos".

Feijóo sabe que la legislatura depende de socios como Junts, que estos días han lanzando un nuevo órdago exigiendo a Sánchez someterse a una cuestión de confianza. Paralelamente, este guiño a la formación del expresidente Carles Puigdemont coincide con la alianza que han visualizado en el Senado esta misma semana PP y Junts durante el debate y votación de la reforma fiscal, que se aprobaba como quería el PP este jueves.  "Coherencia", decían que era el motivo por el que PNV, Junts y PP pactaban una nueva derrota al Gobierno. Una utopía para muchos, la de hacer caer el Gobierno, que tendrá que esperar a resolverse después de Navidad.