Sémper desata otro incendio en el PP: "Esto no puede ser un carajal"

Sémper desata otro incendio en el PP: "Esto no puede ser un carajal" 

Fuertes críticas por la decisión del portavoz de usar el euskera en el debate sobre las lenguas cooficiales cuando él mismo dijo que sería hacer "el canelo" y Gamarra exigiera a Armengol que no lo permitiera

Borja Sémper, durante su intervención en el debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en el CongresoEFE

Las aguas vuelven a bajar revueltas en el PP. El debate sobre el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, un campo a priori propicio para sus intereses, derivó de nuevo en tensión y desconcierto en buena parte de la bancada popular. Muchos de los diputados han manifestado en estas últimas horas de forma privada que no entienden la decisión de Borja Sémper de usar el euskera durante parte de su intervención cuando minutos antes, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, exigía por su parte a la presidenta de la Cámara que no permitiera las lenguas cooficiales al no haberse aprobado todavía el cambio de reglamento.

Sémper, estirando quizá demasiado su posición de moderado dentro del PP, empleó en su discurso de forma reiterada el euskera para criticar que se usara "nuestro" patrimonio lingüístico "como moneda de cambio político de una manera torticera y manoseándolo". Además, el diputado reconoció que en su casa vive rodeado de euskera porque sus hijos lo hablan y lo leen, al tiempo que aseguró que no aceptaría "lecciones de nadie sobre el respeto y promoción de las lenguas oficiales españolas". 

El sorprendente uso de esta lengua por parte de Sémper, después de que él mismo dijera que sería hacer "el canelo" si lo empleaba, generó revuelo entre sus filas - Cayetana Álvarez de Toledo no aplaudió su discurso -, provocó envenenados halagos de los contrarios - "Ojalá la derecha se pareciera más a usted que a Ayuso", le dijo Rufián desde la tribuna - e hizo que los 33 diputados de Vox abandonaran por segunda vez el pleno al negarse a escuchar cualquier intervención que no fuera en castellano. 

En mitad de la resaca del debate, una parte importante del grupo parlamentario cree que Sémper se equivocó en su estrategia y que gracias a su intervención “estamos ante un nuevo incendio”. “¿La prueba? Estamos hablando de nosotros y no del disparate de los pinganillos. Sánchez estará encantando”, dice uno. 

También hay sorpresa entre buena parte de los barones.  “Tenemos que dar un empujón a la convocatoria. La gente tiene que estar tensionada, alerta ante la amnistía. Se entiende mejor a Ayuso con lo de los pinganillos que a Sémper… O una cosa o la otra, esto no puede ser un carajal”, aseguran a El HuffPost. Otro líder territorial añade: “Cada día tenemos algo nuevo. A ver si marcan un rumbo claro”. 

El presidente del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, ha sido el único en dejar caer de forma pública su descontento ante la acción de Sémper. "Hay un concepto en el tenis muy útil para cualquier ámbito de la vida: evitar los "errores no forzados", escribió ayer en Twitter. 

Sémper se defiende: "Una buena idea"

El entorno del portavoz trata de defenderle asegurando que la dirección sabía que usaría el euskera y que el asunto se abordó en el comité de dirección: “Ha intentado darle otro enfoque y defender nuestros argumentos evidenciando que el problema no son las lenguas, sino el manoseo partidista de los nacionalistas”, dicen sus más próximos. 

Este miércoles, en Onda Cero, el propio Sémper ha dicho que usar el euskera fue una "utilización retórica" para "evidenciar que había un elefante en medio de la habitación que todos veían pero que nadie señalaba". Además, pese a las críticas, considera que fue una "buena idea". 

"Entiendo que haya quienes puedan tener una opinión diferente a la que yo creía ayer que era algo brillante y esto forma parte de, bueno, de los peajes, de las circunstancias por las que atraviesa un portavoz. Es mucho más agradable, lógicamente, que tus compañeros te digan que qué bien lo has hecho, pero cuando hay algunos que no lo comparten pues hay que asumirlo con la misma deportividad y naturalidad", ha reconocido.