El italiano Andrea Ferretto, un empleado de supermercado de 43 años de la localidad italiana de Nizza Monferrato, ha hecho de su camino habitual al trabajo un auténtico infierno de multas.

Pese a que el hombre se dirigía al supermercado en el que trabajaba siempre por la misma ruta, fue al cabo de unos meses cuando se dio cuenta que en el trayecto existía un radar en el que el límite de velocidad era de 70 kilómetros por hora.

En su defensa, Andrea Ferretto, ha asegurado en declaraciones al medio de comunicación italiano La Stampa que el radar estaba instalado detrás de una curva y un seto de tres metros de altura, bien camuflado en una farola.

En cualquier caso, la realidad es que el hombre nunca respetaba el límite de velocidad al pasar por ese punto, por lo que fue multado dos veces al día (en la ida y en la vuelta) hasta que se dio cuenta de la existencia del radar, algo que, según él mismo ha reconocido, ocurrió "demasiado tarde".

El triste desenlace de esa situación para Andrea Ferretto es que le llegó una multa acumulada de nada más y nada menos que 28.000 euros. El hombre, que gana 1.100 euros netos al mes, tendrá que destinar más de dos años de su sueldo a pagar la sanción por sus repetidas infracciones.

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