Bolsonaro vuelve a Brasil para liderar la oposición a Lula da Silva

Bolsonaro vuelve a Brasil para liderar la oposición a Lula da Silva

El expresidente brasileño vivirá en una mansión cedida por su partido mientras la Justicia resuelve los asuntos en los que está implicado.

Jair Bolsonaro asistía hace un mes a un evento de Donald Trump en FloridaJoe Raedle

El expresidente Jair Bolsonaro llegará este jueves a Brasil después de permanecer tres meses en Estados Unidos. El líder de extrema derecha, que enfrenta varias investigaciones en diferentes instancias judiciales, ha esperado hasta acabar marzo para trasladarse al aeropuerto de Orlando (Florida) y tomar un vuelo regular para que lo lleve hasta Brasilia. 

Desde allí, Bolsonaro se dirigirá a la sede del Partido Liberal (PL), donde será recibido en un acto privado por su esposa Michelle y por autoridades de esa fuerza política en la que, a partir de la semana que viene, asumirá el cargo de presidente de honor con el propósito de encabezar la oposición al Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

Bolsonaro no tiene ofrecerá discursos públicos ni en el aeropuerto de salida ni en la sede del Partido Liberal, aunque es probable que sus seguidores se acerquen hasta allí para darle la bienvenida o, en cambio, se desplacen a la mansión cedida por su partido en la que va a residir y a la que ya se mudó Michelle en febrero.

Un fuerte esquema de seguridad

Las autoridades regionales de Brasilia han anunciado que este jueves establecerán bloqueos en torno a los edificios públicos en la Explanada de los Ministerios, donde se encuentran las sedes de los tres poderes, para evitar disturbios.

El pasado 8 de enero, miles de bolsonaristas radicales causaron cuantiosos daños en las sedes de la Presidencia de la República, del Congreso Nacional y del Tribunal Supremo, en un intento de golpe de Estado, perpetrado una semana después de la investidura de Lula.

A pesar de ello, el Gobierno de Lula aseguró este miércoles que no tiene ningún tipo de "preocupaciones" con el eventual regreso del líder de la ultraderecha. "El Gobierno y el presidente Lula no tienen opinión ni ninguna preocupación" con la vuelta al país de "un ciudadano que se dice de oposición", aseguró el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha.

En una entrevista concedida esta semana, Bolsonaro dijo que "jamás" pasó por su cabeza dar un golpe de Estado. "Si quisiera dar un golpe, lo hubiera dado mientras era presidente, pero jamás pasó por nuestra cabeza", afirmó Bolsonaro en alusión a los sucesos del 8 de enero, cuando él ya se encontraba en su retiro en Florida, donde ha estado rodeado del apoyo de sus seguidores entre la numerosa comunidad brasileña en Orlando.

Tres meses de retiro en Estados Unidos

Bolsonaro llegó a Orlando dos días antes de dejar el poder con un visado especial A-1 para un mes de estancia que cambió antes de que venciera, por otro de turista para seis meses.

Durante su estancia en Orlando, Bolsonaro se ha hospedado en casa de un luchador de artes marciales mixtas, José Aldo, y ha hecho una vida normal con visitas a supermercados, restaurantes y templos, según los videos colgados en las redes por sus seguidores.

También tuvo un encuentro multitudinario con sus seguidores, que le gritaron "quédate, quédate", en un restaurante de Orlando y participó como orador principal en un foro político conservador en Miami. Al margen de ese foro, en el que se reunió con Donald Trump, se ha cuidado de no hacer declaraciones que pudieran alarmar a las autoridades de EE.UU.

Un expresidente investigado

En estos meses, se han agravado sus problemas con la Justicia, que le ha incluido en una investigación sobre los sucesos del 8 de enero, que tramita en la Corte Suprema.

En las últimas semanas, los jueces han abierto otro caso por unos regalos de joyas que recibió por parte de Arabia Saudí y que no declaró en la aduana. La Policía Federal ya lo convocó para el próximo 5 de abril a declarar sobre el asunto, según medios locales, aunque los abogados del exmandatario podrían pedir postergar ese trámite.

En el Supremo permanecen cinco procesos, pero en los tribunales de primera instancia, ahora como ciudadano común, tramita una decena de causas, aunque de momento no está formalmente imputado en ningún caso.