¿Cómo se está usando en la contraofensiva de Ucrania el armamento de Occidente?

¿Cómo se está usando en la contraofensiva de Ucrania el armamento de Occidente?

Zelenski cuenta ahora con medios y formación que no tuvo en su reconquista de otoño. Sin embargo, las defensas rusas y sus minas complican la operación. 

Un grupo de soldados ucranianos, en un tanque Leopard de origen alemán, el pasado mayo, en una base de entrenamiento.Serhii Mykhalchuk / Global Images Ukraine via Getty Images

"El apoyo de la OTAN está marcando la diferencia en el campo de batalla". El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, afirmaba hace unos días, orgulloso, que la ayuda occidental a la Ucrania invadida por Rusia estaba funcionando. Es evidente que así ha sido desde que comenzó la guerra, hace 16 meses porque, más allá de la tenacidad de la resistencia de Kiev, no habría ido muy lejos con sus carros y aviones de combate, su artillería o sus equipos de la época soviética. ¿Pero lo está siendo también en la nueva ofensiva?

Hace un mes que Ucrania confirmó que lanzaba su famosa contraofensiva de primavera -casi metida en verano- y lo hacía en condiciones muy diferentes en cuanto a ayuda exterior porque, no sin intensos debates, había logrado armamento aliado de mayor calado. La reconquista sigue en sus primeras etapas y el presidente Volodimir Zelenski ha reconocido que va "más lenta" de lo que le gustaría, que la resistencia de las defensas rusas está siendo dura de romper, con kilómetros y kilómetros minados y blindados. 

La batalla es especialmente feroz en torno a Bajmut, donde las posiciones cambian de mano varias veces al día, y también sigue el empuje de las fuerzas ucranianas en el sur del país, uno de los frentes prioritarios de la contraofensiva, que ya ha permitido a Kiev recuperar más de 158 kilómetros cuadrados de su país. 

Nada es rápido ni fastuoso. Como dijo el propio Zelenski en la BBC, "esto no es una película de Hollywood". "Me cabrea", reconoció Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las fuerzas armadas de Ucrania. "Esto no es un espectáculo. … No es un espectáculo que todo el mundo esté viendo y apostando ni nada por el estilo. Todos los días, cada metro se da con sangre". Los pasos son los que son, pero el mes de ofensiva sí que puede ya ofrecer una idea de si los nuevos sistemas de armas han fortalecido la capacidad de Kiev para hacer frente a Rusia y en qué medida. La lectura de los analistas, por ahora, es relativamente optimista. 

"La posición de Ucrania es mucho mejor para poder llevar a cabo una guerra de armas combinadas, respecto a lo que tenía en febrero de 2022", señala el coronel español retirado Manuel Gutiérrez. "La coalición liderada por EEUU que apoya a Ucrania ha reabastecido y vuelto a entrenar a sectores del ejército ucraniano para luchar como una fuerza occidental moderna. Si esas tácticas y ese equipo, incluso en números menores de los que querían los ucranianos, son suficientes para romper las formidables líneas rusas es ahora mismo un gran experimento. Aún no sabemos si impedirá que se cronifique", indica.

Destaca sobre todo el sofisticado lanzacohetes de fabricación estadounidense enviado a Ucrania, que le han dado dieron a las fuerzas de Kiev "la capacidad de alcanzar objetivos más lejanos y con mucha mayor precisión que los diseñados por los soviéticos".

Hay lagunas, no obstante. En la exitosa contraofensiva de otoño, los HIMARS, que actualmente brindan a las tropas la capacidad de atacar un objetivo a una distancia de hasta 80 kilómetros y luego avanzar rápidamente, se utilizaron para destruir puentes cerca de la ciudad sureña de Jersón, cortando el paso de las tropas rusas. entre sí y sus rutas de suministro. Desde entonces, Ucrania ha clamado por misiles de mayor alcance que también pueden ser lanzados por HIMARS y podrían alcanzar hasta 300 kilómetro de distancia. Pero Estados Unidos y sus aliados se han mostrado reacios a proporcionarlos. Y Zelenski se desespera. 

Washington acordó en febrero enviar bombas de pequeño diámetro lanzadas desde tierra, que tienen un alcance de 150 kilómetros cuando son disparadas por HIMARS, y el Reino Unido anunció la entrega de misiles de crucero Storm Shadow, con un alcance de 550 kilómetros. Es un premio de consolación, en comparación, pero que ya han sido vistas en combate, extendiendo el alcance de Ucrania, según confirma el tanque de pensamiento norteamericano del Instituto de Estudios de la Guerra (ISW).

A lo largo de la guerra, Rusia ha arrojado incontables misiles sobre las ciudades e infraestructuras de Ucrania, casi a diario. Ataques que podrían ser constitutivos de crímenes de guerra, porque tan tenido como diana a la población civil y sus servicios esenciales, de la electricidad al agua. Para defenderse de esos bombardeos, Occidente ha enviado a Ucrania los sistemas de defensa aérea Patriot y Avenger. A cuatro millones de dólares la ronda (según datos de la agencia AP), los Patriot están destinados a proteger contra ataques de misiles balísticos de gran tamaño, dejando armas más simples para hacer frente a los aviones no tripulados iraníes, más baratos, con menos carga y de vuelo lento, que son los que suelen utilizar los rusos.

"Incluso con estos nuevos sistemas de defensa aérea, Ucrania ha luchado por proteger su territorio contra los ataques rusos diarios, lo que da cuenta de la fiereza del ataque", expone el militar.

Rusia se ha apoyado en misiles balísticos y de crucero de largo alcance para atacar objetivos en las profundidades de Ucrania, evitando el riesgo para sus aviones de combate, después de perder muchos de ellos en las etapas iniciales de la invasión. El fracaso de Moscú en ganar el control del espacio aéreo ucraniano fue una de las mayores sorpresas de la guerra, de hecho. 

Ucrania también ha logrado mantener su fuerza aérea, mucho más pequeña, de forma digna, con aviones Sukhoi y Mig-29 de fabricación soviética. Los ha mantenido lejos de la línea del frente, destinados a lanzar misiles desde grandes distancias para minimizar las pérdidas.

Ucrania ha presionado durante mucho tiempo por los aviones occidentales, pero no se espera su entrega en el corto plazo. "Ucrania estaría mucho mejor posicionada para una victoria más decisiva y un éxito en un plazo más corto si se tomaran decisiones mucho más rápido, pero es entendible la prudencia de un salto mayor", explica el veterano.  "Ni siquiera se trata de la ventaja de Ucrania en el cielo sobre los rusos", enfatiza en cambio Zelenskiy. "Se trata solo de ser iguales. Los F-16 ayudan no sólo a aquellos en el campo de batalla a avanzar. Es simplemente muy difícil sin cobertura desde el aire". No se esperan hasta principios del año que viene, aunque el entrenamiento del personal está en marcha. 

Los sistemas de artillería, por su parte, son clave en cualquier guerra, pero especialmente en esta. Las tropas rusas se han atrincherado en todo el sur y el este del país. "Expulsarlos requerirá una artillería significativa", dice el militar. La artillería puede derribar edificios y armas enemigas desde distancias notables y causar tal caos que las tropas enemigas se ven obligadas a retirarse. Las fuerzas ucranianas están haciendo un uso intensivo de la artillería en las batallas alrededor de Zaporiyia, donde se están desarrollando los comienzos de la contraofensiva.

Ucrania tenía mucha artillería, pero ahora tiene obuses M777 estadounidenses y Panzerhaubitze 2000 alemanes, los cuales son más precisos y poderosos que con los que comenzó la guerra.

En cuanto a tanques y vehículos blindados, Ucrania necesita su fuerza de ataque si quiere atravesar las líneas rusas. Los tanques entregados hasta ahora, que incluyen múltiples modelos de Leopard alemanes y Challenger británicos, son más sofisticados que los tanques T-64 y T-72 de diseño soviético en los que confiaba Ucrania al comienzo de la invasión. También tienen una armadura mucho mejor y pueden atacar con mayor precisión que los tanques de Rusia.

EEUU ha enviado, igualmente, vehículos de combate Bradley, que ofrecen una mejor protección para las tropas que transportan y tienen una mejor potencia de fuego en comparación con los vehículos blindados de la era soviética que ha utilizado Ucrania. Todos estos vehículos pueden infligir muchas bajas y destruir otros sistemas de armas, lo que los hace preciosos para una contraofensiva.

El New York Times constata que "curiosamente, Ucrania ha avanzado en los dos lugares donde las tropas recibieron menos armas occidentales nuevas y se estancó donde se desplegaron las armas nuevas más sofisticadas: los tanques Bradley estadounidenses y Leopard 2 alemanes. No está claro si eso se debe a que el armamento occidental se desplegó intencionalmente en áreas donde había defensas rusas más rígidas".

El equipo occidental ha dado a los ucranianos también ventaja en la lucha nocturna, lo que ahora hacen cada vez más. Según el ISW, se han podido infligir daños a los blindados rusos con sus propios vehículos de combate de infantería más ligeros. Tales ventajas pueden parecer pequeñas, pero son parte de un esfuerzo general para identificar las debilidades en la defensa rusa y luego acelerar los ataques contra ellas. "La guerra en Ucrania ha sido lenta y desgastante hasta ahora, pero también lo fue la Primera Guerra Mundial hasta que las potencias centrales llegaron a un punto de ruptura en 1918", indica el militar. 

"Sin embargo, quizás lo más crucial para el éxito de Ucrania han sido los propios ucranianos", sostiene Gutiérrez. La experiencia y el entrenamiento de las tropas ucranianas, y no sólo las armas provistas por Occidente, son las que los han convertido en un bloque resistente y letal. 

El éxito de Ucrania ahora depende ahora de cuántos tanques, vehículos blindados y soldados "pueda conservar antes de llegar a la línea defensiva principal y en una batalla para abrirse paso". Durante el invierno, Ucrania y los aliados occidentales entrenaron y equiparon a unos 40.000 soldados para el ataque. No es poco, pero es que la guerra quema vidas y municiones a un ritmo que hasta ha vaciado los arsenales de los países aliados

Rusia sostiene que en los diez primeros días de ofensiva ya había acabado con el 30% del armamento enviado por Occidente a su adversario, un dato que las Inteligencias de EEUU y Reino Unido han negado. Pero bajas también hay. Funcionarios estadounidenses han filtrado a la prensa local que, por ejemplo, de los 113 Bradley comprometidos, al menos 17 han sido dañados o destrozados. Llaman a ser "pacientes" y a entender que estas primeras semanas son "aleccionadoras" sobre el estado del terreno y las fuerzas, que no es una ofensiva rauda como la del pasado otoño, sino que va a por todas, y que hay que "reevaluar" constantemente en función de fuerzas y resistencias. 

Las operaciones ofensivas son casi siempre más difíciles que las defensivas y quedan semanas hasta ver la verdadera evolución de la reconquista.