costumbres
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Imagina que has quedado en un restaurante para una reunión de negocios. Se trata de algo importante, por lo que sientes nervios; en ese momento, despiertan tus instintos. Una parte de tu cerebro, llamado cerebro reptiliano, toma los mandos y empieza a buscar peligros: ¿es éste un lugar seguro? ¿Se trata de un potencial enemigo?
Por qué nos gusta tanto Portugal
Este no es un artículo de viajes, pero después de cinco años de visitas periódicas al país de Pessoa, me permito la osadía de destacar algunas de las costumbres y curiosidades más chocantes para esos viajeros primerizos, aunque se me acuse de caricaturizar. Porque Portugal no es un país fácil de entender para nuestra mente carpetovetónica.
España es
España es ante todo colectivismo y fiesta. La mesa reservada en el chiringuito para 18 personas, sentarse en la piscina o en la playa durante seis horas sin abrir un libro, los chavales que juegan al fútbol, salen a la discoteca, se conectan a internet y se beben un calimocho juntos el mismo día.
La nada "humanitaria" crisis griega
¿Aporta algo el uso del término "humanitario" para referirse a la crisis griega? El tema no es nuevo. El crítico literario francés Sainte Beuve escribió aquello de "cada siglo tiene su manía y éste tiene la manía humanitaria". Y lo hacía en el siglo XIX, en el que ya la palabreja apuntaba a la confusión.
Contra el café para todos
La lógica del café para todos es entender que ser iguales va mucho más allá de que la ley debe ser igual para todos y debemos gozar de similares oportunidades. Entiende que la igualdad es un fin en sí mismo y siempre preferible a la libertad.