No hay ruido capaz de tapar los avances y el progreso

No hay ruido capaz de tapar los avances y el progreso

Los españoles no pueden entender que la derecha se oponga a revalorizar y subir las pensiones sólo porque la propuesta surge del Gobierno de Pedro Sánchez.

María Jesús Montero y Pedro Sánchez, en la sesión de este miércolesEuropa Press via Getty Images

El pasado miércoles 10 de enero ganamos todos los españoles y perdieron las derechas. La convalidación en el Congreso de los Diputados de la prorroga del escudo social demostró que la oposición no tiene más proyecto de país que destruir todo aquello que impulse el Gobierno de Pedro Sánchez aunque eso signifique ir en contra del interés general de nuestro país.

Solo así se entiende que el próximo 28 de enero el Partido Popular haya vuelto a convocar una manifestación tras la convalidación de las medidas que protegen a la mayoría social de la ciudadanía. ¿Van a manifestarse en contra de subir la pensión un 3,8% a más de 11 millones de pensionistas? ¿Van a manifestarse en contra de que los estudiantes puedan usar el transporte público de forma gratuita? ¿Van a manifestarse porque seguimos ayudando a los canarios afectados por el volcán de La Palma o porque ponemos en marcha medidas contra la sequía?

Es inexplicable la espiral de crispación, de insultos y de mentiras de la que Alberto Núñez Feijóo no sabe salir, asfixiado por Isabel Díaz Ayuso y VOX que le marcan el paso, lo que ha llevado al Partido Popular a no poder diferenciarse de la extrema derecha y a llevar a cabo postulados radicales en contra de los principios básicos de la convivencia y del espíritu de la democracia.

La posición responsable, coherente, rigurosa y útil de una organización política como el PP, que representa a una amplia mayoría de ciudadanos y que es la alternativa al Gobierno, debería haber sido la abstención si no querían dar su voto a favor de las medidas para no salvar a Pedro Sánchez, como llegaron a decir. Lo que es inexplicable es votar en contra de la gratuidad de la red ferroviaria de Cercanías, las bonificaciones al transporte urbano e interurbano, la aplicación de tipos reducidos de IVA en la electricidad y el gas o la reducción al 0% del IVA en alimentos básicos y del 5% en el aceite o la pasta.

Lo que es a su vez incalificable e inexplicable es que el principal partido de la oposición no haya aprendido nada de la historia y se oponga a la revalorización de las pensiones conforme al IPC, conforme al coste de la vida real, que se sitúa este año en el 3,8% para las pensiones contributivas y que beneficia a más de 11 millones de personas. ¿Acaso quieren decirnos que su propósito si gobiernan algún día es recuperar la congelación de las pensiones con aquella injusta dictadura del 0,25%?

Todo ello a la vez que votaban en contra de mantener los impuestos a las grandes empresas energéticas y a las entidades financieras que han terminado 2023 con récord de beneficios extraordinarios o el impuesto de solidaridad a las grandes fortunas. ¿Acaso quieren decirnos que su alternativa si gobiernan es suprimir estos impuestos con los que se avanza en justicia fiscal, en redistribución de riqueza y justicia social, es recuperar copagos farmacéuticos y privatizaciones de servicios públicos para sostener las cuentas públicas?

No podemos predecir que haría la derecha más irresponsable de la Unión Europea si gobernara pero si sabemos lo que no están dispuestos a hacer, que es proteger a los españoles y a las españolas en un contexto económico global tan incierto. En democracia, las diferencias políticas son necesarias, las alternativas son saludables, pero lo que no es asumible es la oposición por la oposición a todo lo que proponga un gobierno legítimo simplemente porque tu opción política no puede gobernar. Cuando ocurre eso, como ahora hace el PP de Feijóo, demostrando que antepone sus intereses partidistas, el fomento del ruido y la crispación al interés general, se recuperan los fantasmas del fanatismo que los demócratas llevamos combatiendo unidos desde hace décadas.

Esa estrategia del PP es equivocada pero, sobre todo es perjudicial para nuestro país y para la confianza de la ciudadanía en la política y en las instituciones. Los españoles no pueden entender que la derecha se oponga a revalorizar y subir las pensiones sólo porque la propuesta surge del Gobierno de Pedro Sánchez. Pero, además de equivocada y perjudicial, es absurda porque no les conduce a nada como ha quedado demostrado el 23 de julio pasado tras cinco años de mentiras, bulos e insultos. No hay ruido capaz de tapar el progreso de este país y el Gobierno de España va a seguir trabajando para garantizar el bienestar de los ciudadanos demostrando que no hay más proyecto de país que defienda el interés general en la actualidad que el que representa el PSOE.

Pedro Casares es secretario de Política Económica y Transformación Digital del PSOE y Portavoz de Economía en el Congreso