La zona hadal: el misterio oceánico que la ciencia sigue sin poder explicar

La zona hadal: el misterio oceánico que la ciencia sigue sin poder explicar

El director de cine, James Cameron, ha sido uno de los pocos que ha podido sumergirse a estas profundidades.

Submarinista explorando los misterios del marFreepik

Los océanos del mundo albergan un misterio aún no desvelado: la zona hadal. Este territorio enigmático, situado bajo la zona abisal, representa uno de los desafíos más grandes para la exploración submarina.

Iniciando a partir de los 6.000 metros de profundidad y alcanzando abismos de hasta 10.000 metros, la zona hadal es un reino de oscuridad perpetua, temperaturas extremadamente bajas y una presión abrumadora.

A pesar de los avances tecnológicos en la investigación oceánica, alrededor del 80% de la zona hadal permanece inexplorada. Hitos notables de la exploración submarina incluyen la inmersión del batiscafo Trieste, que bajo el comando de Jacques Piccard y Don Walsh, descendió a aproximadamente 10,923 metros en la Fosa de las Marianas en 1960. Años después, en 2012, James Cameron alcanzó 10,898 metros a bordo del Deep sea Challenger, proporcionando valiosa información sobre este enigma submarino.

Aunque estos esfuerzos han revelado fragmentos de información, el conocimiento sobre la zona hadal sigue siendo limitado. Sin embargo, se han identificado algunas especies fascinantes en estas profundidades extremas.

Entre las criaturas observadas se encuentran el águila abisal, un pez adaptado a la vida en aguas profundas que ha sido registrado a profundidades de hasta 8.000 metros en la Fosa de las Marianas. Los anfípodos hadales, pequeños crustáceos similares a camarones, han sido observados alimentándose de materia orgánica en descomposición que desciende desde la superficie.

Los poliquetos gigantes, gusanos tubulares adaptados a las duras condiciones de la zona hadal, se alimentan de detritos y microorganismos que se encuentran en el fondo marino. Otros habitantes incluyen pepinos de mar, moluscos como los poliplacóforos y bivalvos adaptados a esta extrema región, así como una diversidad de microorganismos adaptativos, incluyendo bacterias y arqueas.

A pesar de estos descubrimientos, la comprensión completa de la vida en la zona hadal sigue siendo un desafío colosal. La investigación actual se centra en desarrollar tecnologías avanzadas que permitan explorar y comprender plenamente este ecosistema único y misterioso, recordándonos lo mucho que queda por descubrir en los abismos de nuestros océanos.