Ni Sánchez ni Feijóo: ¿qué pasaría si el rey no propone candidato para la investidura?
El monarca podría dar más margen a ambos para 'amarrar' sus apoyos, aunque el reloj de la democracia no comenzará a correr hasta que haya debate
El rey Felipe VI ha iniciado este lunes su ronda de consultas con los representantes de siete de los grupos parlamentarios -no acudirán ERC, Junts, EH Bildu y BNG-, para designar al candidato que deberá someterse al debate de investidura.
Esta nueva consulta del monarca a los partidos políticos se produce en una situación inédita en democracia: hasta dos líderes, Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez, aspiran a ser los elegidos por el rey pese a que ninguno de ellos tiene articulada, a día de hoy, una mayoría para sacar adelante la votación.
La Constitución no establece qué criterios debe seguir el rey para elegir al candidato. El artículo 99 de la Carta Magna sólo marca que después de cada renovación de la Cámara Baja, el jefe del Estado, previa consulta con los grupos políticos, "propondrá un candidato a la Presidencia del Gobierno". Por tanto, no señala si el rey debe elegir al ganador de las elecciones, a quien presente más apoyos en el momento de la ronda de consultas o al candidato que pueda formar una mayoría necesaria para sacar adelante la investidura.
Este martes por la tarde, una vez que el rey se haya entrevistado con todos los partidos, el monarca deberá comunicar a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, su decisión. Podría elegir a Feijóo, a Sánchez... o no elegir a ninguno de ellos.
Esta última opción sería inédita en democracia. Nunca el rey ha dejado 'desierta' la elección después de una primera ronda de consultas tras las elecciones. Tanto Don Juan Carlos I como Felipe VI siempre han designado a un candidato para la investidura una vez los españoles han hablado en las urnas.
Todos los 'elegidos', además, aceptaron el encargo a excepción de Mariano Rajoy, quien en 2015 rechazó someterse a la investidura al no contar con los apoyos suficientes para ser investido presidente del gobierno. Nueve días después, el rey organizó otra ronda de contactos para elegir entonces a Pedro Sánchez como candidato.
En aquella ocasión, el socialista fracasó en su intento y el rey puso en marcha una tercera ronda justo antes de que se disolvieran las Cortes y se convocaran nuevas elecciones. Fue entonces, por primera vez, cuando el Jefe del Estado no propuso ningún candidato para acudir a la investidura. Situación que volvería a repetirse en 2019, antes de que España quedara abocada a otras elecciones adelantadas.
Sin embargo, es poco probable que el rey pueda optar por esta vía a las primeras de cambio dado que ya designó en el pasado a un candidato aun sin contar con los apoyos suficientes y porque el reloj de la democracia no empieza a correr hasta que no se celebre dicho debate de investidura.
La Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) estipula que sólo tras la primera votación se iniciará un plazo de dos meses para convocar nuevos comicios si ningún candidato consigue ser investido como presidente. Pasado esos dos meses, si no se ha formado gobierno, las cámaras quedan disueltas y al día siguiente se publica el real decreto de convocatoria de elecciones, que deben celebrarse en un plazo exacto de 47 días.
Pero para poner en marcha todo este proceso se necesita un debate de investidura. Y para que haya debate, tiene que haber candidato designado por el rey. Por tanto, parece poco probable este escenario salvo que el monarca decida organizar una segunda ronda de consultas en una o dos semanas para dar algo más de tiempo a los candidatos a amarrar los apoyos necesarios y, así, poder decantarse por uno de ellos.
