El Departamento del Interior de los Estados Unidos compartió en Twitter el pasado viernes una foto de una belleza siniestra en la que se veía a varios peces atrapados en una pared de hielo.
En la imagen parece que los peces están congelados fuera del agua, como si los hubieran pillado a mitad de un salto.
Sin embargo, según la profesora de preescolar Kelly Preheim, quien hizo la fotografía en el Parque Natural de la ciudad de Lake Andes, en Dakota del Sur (Estados Unidos), el motivo de que se formara esa pared de hielo fue la falta de oxígeno en el lago. Preheim le explicó su teoría a Fish and Wildlife Service National Wildlife Refuge System (el Refugio Estadounidense de Vida Silvestre), que compartió la fotografía en su página de Facebook el mes pasado.
"Cuando se forma una capa gruesa de hielo en la superficie de un lago (especialmente si luego se cubre de nieve), la luz solar no llega al agua y las algas y las plantas subacuáticas no hacen la fotosíntesis ni producen oxígeno, lo que disminuye los niveles de oxígeno del agua", aclara Preheim en un comentario que publicó bajo la foto. "Si las plantas acuáticas y las algas se mueren y se descomponen, también consumen oxígeno, por lo que los niveles de oxígeno del agua disminuyen aún más y, básicamente, los peces se ahogan por la falta del mismo".
Los peces muertos se quedan flotando en la superficie. No se sabe con seguridad cómo acabaron en la posición en la que aparecen en la fotografía, pero Preheim tiene un par de teorías al respecto.
"Cuando las temperaturas bajaron aún más, el hielo se expandió hasta chocar con la orilla, donde se dobló y siguió creciendo verticalmente. También puede ser que se quedara así debido a un viento muy fuerte", opina.
Preheim también contó que los peces congelados atrajeron al lago a "cientos de águilas calvas, gaviotas y cuervos", que se acercaron a disfrutar del oportuno festín. La profesora publicó un par de fotografías más del suceso en su blog, y en una de ellas se ve un águila de pie sobre el hielo.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.
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