Clima “irrespirable” en el Congreso

Clima “irrespirable” en el Congreso

Varios diputados y dirigentes políticos hablan de la espiral de agresividad verbal que vive la política en los últimos días.

Diputados del PP reaccionan a las palabras de Irene Montero, ministra de Igualdad.Europa Press News via Getty Images

La gran mayoría de los diputados y senadores no son broncos. Presentan sus iniciativas, hacen sus preguntas y en los pasillos suelen despachar con normalidad con colegas de otras formaciones políticas. Pero esa no es la imagen que las Cámaras, principalmente el Congreso, está ofreciendo a los españoles. La espiral de agresividad verbal es tal que está haciendo el clima “irrespirable”, según la opinión coincidente de distintos dirigentes consultados por El HuffPost.

“Su único mérito es haber estudiado en profundidad a Pablo Iglesias”. La andanada de Carla Toscano, de Vox, contra Irene Montero la pasada semana encendió las alarmas. Según el Ejecutivo, se cruzó “una línea intolerable” que llevó a la práctica totalidad de las formaciones políticas representadas en el hemiciclo a censurar estas palabras. “Nadie tiene derecho a ofenderla y entrar en su vida personal. Ni en la suya, ni en la de nadie. El respeto es imprescindible en política”, dijo Cuca Gamarra, la portavoz del PP.

Montero pasó de estar contra las cuerdas por la rebaja de pena de delitos sexuales, en aplicación de la ley del sólo sí es sí, a encontrar el respaldo que antes no había tenido de la parte socialista del Gobierno, con Pedro Sánchez a la cabeza. Si bien, prácticamente una semana después, fue ella quien elevó el tono, en esta ocasión contra el PP. Acusó a los de Alberto Núñez Feijóo de “promover la cultura de la violación”, y la bronca en el pleno fue descomunal. Los diputados populares estallaron con gritos de “vergüenza” y “dimisión”.

El socialista Patxi López radiografió la situación: “Precisamente ella, que ha sufrido esta agresividad verbal, no debería jugar con esto”. Y censuró la declaraciones de la ministra, como así hizo también la inmensa mayoría, a excepción del núcleo duro de Unidas Podemos, que la respaldó.

Parlamentarios de distintas formaciones políticas admiten su desasosiego ante “la deriva” que está tomando el debate político. “Ya no se habla de de la ley en cuestión, de las medidas o de los argumentos de unos u otros, solo hay ruido”, en palabras de un destacado parlamentario. En el ala socialista incidían precisamente en ello para reprender a la Montero. “En su batalla con Yolanda Díaz está haciendo daño al propio Gobierno”, admiten las fuentes consultadas.

En la Mesa del Congreso, la preocupación es cada vez mayor. “Les pido respeto en las expresiones que se utilizan y contención en el lenguaje”, exigió Meritxell Batet a quienes ocupan un escaño, tras censurar formalmente la expresión de Montero. Un día después, tuvo que volver a insistir ante el ruido parlamentario: “No hieran ni ofendan. Subir a la tribuna tendría que ser algo sagrado. “El desapego de los españoles con sus representantes en el Congreso es total, la gran mayoría detesta la imagen de bronca ”, según un integrante del órgano de gobierno de la Cámara.

“Ya no se habla de de la ley en cuestión, de las medidas o de los argumentos de unos u otros, solo hay ruido”, lamenta un destacado parlamentario

No parece fácil la labor de la Presidencia. De hecho, sus integrantes no parecen tener claro qué términos deben ser retirados del diario de sesiones y cuáles no. El martes, Alfonso Rodríguez y Gómez de Celis, que ejercía de presidente en sustitución de Batet, llegó a expulsar a una diputada de Vox por decir que el Ejecutivo pacta con “filoetarras”, provocando otro momento de gran tensión política que acabó con una comparecencia urgente de Santiago Abascal en el Escritorio. Pero el miércoles, Batet sí permitió al propio Abascal usar ese término en la sesión de control. Y el jueves, dependiendo de quién presidía, se retiró o no del diario de sesiones.

“Es una vergüenza que en este Parlamento se te quite la palabra por llamar a los de Bildu filoterroristas y que luego la ministra pueda decir a todo el mundo que somos fascistas, y que aquí se promueve la cultura de la violación”, se revolvió Inés Arrimadas, de Ciudadanos, visiblemente enfadada. En el PP también creen que la Presidencia se pasó de frenada con Vox. Y a ello se acogió Isabel Díaz Ayuso en su tradicional pulso con Sánchez, en unos términos también durísimos. “Vamos camino de una dictadura sometidos por un tirano que pone en peligro el estado de derecho”, dijo en una comparecencia en Sol.

¿Comparte la dirección nacional del PP que Sánchez es un “tirano”? “Hay hipérboles en el lenguaje actual que yo no utilizo”, respondió Feijóo en La Vanguardia cuando la presidenta de la Comunidad de Madrid aseguró que Sánchez trata a la oposición como lo hace Daniel Ortega en Nicaragua. Y así lo explica un alto cargo del PP: “Ella quiere sacar del mapa a Vox en Madrid en las elecciones de mayo pero también pone en una situación delicada a Génova”. La consigna allí es no confrontar con la líder autonómica.

"Los españoles leerán la prensa y se echarán las manos a la cabeza", resume un destacado diputado

“Es la política del barro que hace imposible que se argumente nada ni que se hable de las cosas importantes. Los españoles leerán la prensa y se echarán las manos a la cabeza”, según el resumen de un destacado diputado. Debates de “tasca de mala muerte”, en palabras de Aitor Esteban, del PNV. Un clima que también se trasladó a los pasillos del Congreso: “¡Blanqueadores de terroristas!”, espetó un diputado de Vox a los periodistas, cuando estos preguntaban a un parlamentario de Bildu.

No son pocos los diputados y senadores de distinto signo político que reconocen que en el transporte público o en la calle se les han acercado ciudadanos para reprocharles la bronca en el pleno. Y aún queda medio año para las elecciones autonómicas y locales, convertidas en un “plebiscito” para los principales actores políticos.

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Corresponsal político de El HuffPost.