¿Crisis pasajera o algo más? Las claves del mal momento del fútbol español

¿Crisis pasajera o algo más? Las claves del mal momento del fútbol español

El hundimiento del Barça en Champions (junto con el Sevilla) alimenta el debate de la caída financiera, de juego y resultados de LaLiga y sus clubes.

Piqué, desesperado, en una imagen que se repite en los últimos tiempos en Can BarçaQuality Sport Images via Getty Images

Estrellas que se van, audiencias que bajan, títulos que se escapan... y ahora lo del Barça. El hundimiento culé en la Champions League es el último episodio de un problema del que prácticamente nadie escapa. El fútbol (masculino) español está en crisis y su comparación con otras ligas lo atestigua.

Hace no tanto, España dominaba Europa en resultados, en audiencias y en inversión. LaLiga era un producto estrella, referencia mundial al calor de la rivalidad Cristiano Ronaldo-Messi. Ninguno está ya, como tampoco la mayoría de los grandes cracks, a la espera de Mbappé (si es que viene). Los buenos tiempos por ahora han pasado y han cambiado de lugar.

“Hay que asumir que España está en la parte baja de un ciclo que ha sido excelente. Si se mira el palmarés se ve que nuestro fútbol ha sido predominante. Ahora no lo es; ahora lo es el inglés, pero hace un tiempo sus equipos no se comían un rosco”, razona para El HuffPost Juan Manuel Surroca, especialista en deporte.

Cuando en 2018 el Real Madrid se alzaba con su tercera Champions consecutiva, cuarta en cinco años, España se movía en la cima del mundo a nivel de clubes. Todos los ojos miraban aquí. Tres años después, la foto es completamente diferente. El espectáculo se ha resentido, la financiación de los clubes también. Y la pandemia global ha sido la guinda a la crisis del balompié nacional.

Talento a la fuga

Pero el covid no tiene la culpa de todo. Las grandes estrellas se están yendo a otras ligas. Los galácticos de Madrid o Barça han dejado paso a jóvenes proyectos que se van fogueando, con mayor o menor éxito. Pero los Neymar, Ronaldo, Messi o Ramos se han ido y sus sustitutos no llenan sus huecos.

Que emigre el talento no es únicamente un lastre competitivo. Con los datos del portal TransferMarkt, laLiga pelea por mantenerse en el podio de los grandes campeonatos, a la baja en su cotización y sus ingresos. Manda por mucho la Premier inglesa, con más de 9.000 millones de valor de mercado, por los 4.980 de la española y la italiana. La Bundesliga alemana o la Ligue-1 francesa aparecen por detrás, amenazantes (apoyados en el Bayern y el PSG, principalmente) y con unos ingresos anuales superiores a los cosechados aquí, de acuerdo con Nius.

El reinado inglés es una realidad viendo el top-ten de clubes según su valor de mercado:

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Sin embargo, cuenta Surroca, la urgencia del fútbol español no pasa tanto por sumar talento a LaLiga a cualquier precio, porque un fichaje a la desesperada podría comprometer su futuro. “Los clubes tienen que adaptarse a los cambios de la sociedad, las nuevas generaciones están viviendo el fútbol de otra manera, más desconectada. Esa ‘gallina de los huevos de oro’ no siempre iba a ser así y toca replantearse el sistema”.

Por ejemplo, con un pensamiento más a largo plazo de lo que ha funcionado en los últimos años. El ‘caso Messi’ como paradigma negativo. “Los problemas de los clubes españoles no se resuelven solo con estrellas. Evidentemente, te dan muchos éxitos, pero también tapan cantidad de problemas que cuando se van aparecen de golpe. Lo de Messi es el ejemplo perfecto. Le ha dado muchísimo, muchísimo al Barça; es el mejor jugador de la historia, pero mantenerlo supuso un esfuerzo que ahora se ha vuelto en contra. Porque no es solo su ficha, sino que todo lo que le rodeaba se infló. Para sostenerlo entonces y para no caer en la ruina total ahora el equipo ha tenido que desprenderse de piezas fundamentales para funcionar. El resultado, ya se ve”, comenta Surroca.

El fracaso de la Superliga con ‘adn’ español

Uno de los intentos por revitalizar el fútbol lo presentó en sociedad Florentino Perez el pasado abril. Se llamaba Superliga y duró unos pocos días hasta que 9 de los 12 socios firmantes se bajaron del barco. La idea de una especie de Liga de Campeones entre los históricos del continente ha quedado en el baúl de tareas a medio hacer entre borradores para replantear su formato a una competición más abierta a todos y con un reparto de ingresos más equitativos.

El presidente del Real Madrid (y del germen de Superliga) defendía su proyecto como una solución de urgencia para “salvar el fútbol, que atraviesa un momento crítico”. “Todos estamos arruinados”, explicó Florentino, que de inmediato se topó con el rechazo de las altas instituciones, el resto de equipos y los seguidores. En su banco solo quedaron la Juventus y, cosas del negocio, el Barcelona de Joan Laporta. El ‘adn’ español de la Superliga tampoco funcionó, al menos por ahora.

“Esto es lo que hay”

Esta temporada, España se las prometía muy felices al contar con cinco equipos en Champions, los cuatro primeros de Liga y el Villarreal como ganador de la Europa League. Pero de la alegría casi se pasa al drama. Solo el Real Madrid ha pasado a octavos como primero de grupo y, en el último suspiro Atlético y el propio Villarreal se han metido como segundos. Por el camino, con estrépito, se han quedado Barcelona y Sevilla, relegados a la segunda competición europea.

En España, si no fuera por los ingresos televisivos esta ruina hubiera sido mucho peor, la hecatombe
Juan Manuel Surroca, periodista especializado en deporte

Lo difícil no es llegar, sino mantenerse, reza el dicho. España, por coeficiente, siempre va a tener una amplia representación en la Champions. El problema es hasta dónde se llega. En los últimos tres años, solo el Madrid ha pisado unas semifinales, sin fortuna. Caso opuesto al de la Europa League, que, ese sí, continúa siendo feudo español.

Ese es el nuevo objetivo del Barcelona, aunque muchos reniegan de él por suponer un desdoro al palmarés blaugrana. Las proféticas palabras de Ronald Koeman, “esto es lo que hay”, las ha hecho suyas el nuevo técnico, Xavi Hernández, tras consumar su fracaso europeo. No es que no estén para pelear por la Champions, como admitía Messi años antes de marcharse, es que no están ni siquiera para permanecer en ella. Fracaso tras fracaso hasta caer a la antigua UEFA, inimaginable desde hace 17 años. Sin Messi, con menos calidad grupal y con una deuda milmillonaria, al Barcelona solo le queda resistir, también en Liga, donde ahora mismo pelea con el Rayo Vallecano por entrar en puestos europeos. El efecto Xavi, si existe, se empezará a notar dentro de un tiempo.

Surroca, que cuenta que sigue al Barcelona “desde el 71”, pide calma, porque en ese medio siglo ha visto “de todo”, también al Barça a punto de irse a pique. Por ello, no le pilla de nuevas una crisis como esta, aunque advierte que los problemas no son exclusivos de ‘Can Barça’ ante el gigantismo que sufre el espectáculo.

El ‘salvavidas’ de los ingresos televisivos de CVC

“El fútbol en España y en todas partes está sobredimensionado. Si el dinero del que se habla fuera físico... pero no siempre aparece. Y la pandemia ha demostrado los puntos flacos de un sistema tan sobredimensionado”, apunta. En ese contexto de obligada reconversión asegura que otros países tienen ventaja, especificando el caso inglés: “Su fútbol parece más fuerte porque estructuralmente tienen otro patrón, dependen de capitalistas importantes que siguen inyectando millones”, entre ellos magnates y estados árabes, además de un reparto de derechos televisivos mucho más rico que en España.

“Aquí, si no fuera por los ingresos televisivos esta ruina hubiera sido mucho peor, la hecatombe”, remata en plena polémica por el nuevo reparto de ingresos tras el acuerdo aprobado este viernes con el fondo británico CVC. El pacto, al que se oponen Madrid y Barça, repartirá casi 2.000 millones a cambio del valor del 9% de los derechos audiovisuales durante 50 años.

La lluvia de dinero es condicionada, pero una inmensa mayoría (37 de los 42 equipos de Primera y Segunda) han dado luz verde a un posible salvavidas. De hecho, el contrato obliga a que cada club invierta al menos un 15% para satisfacer su deuda y otro 15% para fichajes, con el 70% restante para infraestructuras, desarrollo de marca y posicionamiento internacional.

Primero sobrevivir a los malos tiempos para que el ciclo vuelva a cambiar.