Un 8-M con mascarilla

Un 8-M con mascarilla

Las feministas han dado una lección de civismo manifestándose lo más descentralizadas y seguras posibles.

MAdridEFE

Concentraciones pequeñas y estáticas, acciones en los barrios, sentadas, carteles en los balcones y un grito a las 20:00 horas desde los portales y las ventanas. Este 8 de marzo, Día de la Mujer, ha sido el más extraño de los últimos años. Las mujeres han tenido que reinventarse y toda España se ha teñido de morado de forma descentralizada y lo más segura posible. Un 8-M muy diferente en el que hasta las mascarillas han sido reivindicativas.

El día ha comenzado amargo para el movimiento feminista después de que la ultraderecha machirula haya saboteado murales feministas como el de Ciudad Lineal y Alcalá de Henares. Sabotajes que llegan después de un año entero de criminalización al movimiento por celebrar la manifestación de 2020. Un error derivado de la ignorancia que había entonces sobre la incidencia del coronavirus.

A pesar de eso, las grandes protagonistas de la jornada han sido precisamente las mujeres que han estado cuidando y luchando en primera línea contra la covid-19: sanitarias, cuidadoras, cajeras de supermercado, limpiadoras... Instituciones y asociaciones feministas les han rendido homenaje y han denunciado que la pandemia ha agudizado la desigualdad y las violencias machistas. De hecho, el lema de las movilizaciones este año era: “Ante la emergencia social, el feminismo es esencial”.

Desde primera hora de la mañana, la ministra de Sanidad Carolina Darias ha llamado a celebrar el 8M “de otra manera” y sin aglomeraciones: “Es absolutamente necesario evitar cualquier tipo de actividad que implique concentraciones de personas. Existen muchas razones para reivindicar el 8M, pero queda mucho trecho para vencer al virus”, ha incidido.

El movimiento feminista lleva meses reuniéndose en asambleas para hacer lo que ha hecho hoy en muchas partes de España: salir de manera segura, respetando las medidas y la distancia de seguridad en la medida de lo posible. La violencia machista, el desigual reparto de los cuidados, la dificultad para conciliar, la precariedad de las trabajadoras y la situación vulnerable de las mujeres migrantes han sido las cuestiones más denunciadas esta jornada.

Madrid ha salido, a pesar de la prohibición

A pesar de eso, en Madrid no estaban previstas las concentraciones debido a que la Delegación del Gobierno prohibió todos los actos en la calle por motivos de “salud pública”, una decisión ratificada el fin de semana por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y que no ha revocado este lunes el Tribunal Constitucional. Por eso muchos grupos han decidido salir vestidas de morado a reivindicar, empapelar Madrid con carteles o hacer otro tipo de acciones y homenajes.

A partir de las 18:00, un grupo de manifestantes se ha reunido en el Parque del Retiro y ha marchado por el centro de la ciudad hasta llegar a reunir a cientos de personas. Han cortado varios carriles del Paseo de Recoletos y la calle Alcalá, coreando proclamas como “no es una fiesta, es una protesta”, “libertad de expresión y de manifestación” o “aquí estamos las feministas”.

Una vez en la Plaza de Neptuno se ha leído el manifiesto de la Comisión 8-M y algunas de sus integrantes han sido identificadas por la Policía. Después se han vuelto a reunir en la Puerta del Sol hasta dispersarse.

No ha sido la única concentración no autorizada en la capital. Por la mañana, ha tenido lugar una concentración del Sindicato de Estudiantes y la asociación Libres y Combativas en la Puerta del Sol. Protesta en la que han irrumpido cuatro personas que han provocado un pequeño enfrentamiento con empujones, insultos y cánticos de ‘Cara al Sol’. 

Redes y acciones simbólicas

Pero, aunque en muchas ciudades se hayan concentrado varios centenares de personas (como Barcelona, Santiago o Valencia), respetando las distancias de seguridad; este año las reinvindicaciones se han transformado y se han centrado también en las redes sociales y acciones simbólicas.

Zamora ha amanecido con sus aceras repletas de huellas de color morado, en Madrid muchas estatuas de figuras masculinas han sido cubiertas con imágenes de mujeres y en Valencia la Coordinadora Feminista ha organizado un acto que se retransmitirá en redes sociales y recreará las cuatro olas del feminismo, desde la Ilustración a la actualidad.

“Menos lazos morados y más dinero para los cuidados”, ha pedido el Movimiento Feminista de Pamplona, ciudad en la que varias jóvenes se han encadenado al Parlamento de Navarra en señal de protesta.

  Un grafiti del que es autora la artista jienense Mercedes Debellard recordará desde este lunes en Ponferrada (León) a Nevenka Fernández como símbolo de la lucha contra el acoso sexual. EFE

Un grafiti recuerda desde hoy en Ponferrada (León) a Nevenka Fernández como símbolo de la lucha contra el acoso sexual. El trabajo, de la artista Mercedes Debellard, muestra su rostro y frases de aliento de la sociedad, que aplaude su valentía y pide perdón por los reproches que se le hicieron en el momento de denunciar al alcalde  la ciudad, Ismael Álvarez, quien fue condenado por la justicia.

El Gobierno se ha mostrado unido

Los socios del Gobierno de coalición han dejado de lado sus diferencias y han escenificado unidad en torno al feminismo en este 8-M en un acto institucional en el que han participado el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero.

  Irene Montero y Pedro SánchezEFE

Sánchez ha apelado a la unidad de un movimiento feminista “en el que no sobra nadie” y ha reivindicado su lucha como la forma de avanzar hacia un futuro justo y sin privilegios. “La del feminismo es una lucha colectiva, no solo de las mujeres. Debe ser la lucha de todas y especialmente de todos; estamos hablando de derechos humanos y en esta lucha no sobra nadie, todos son bienvenidos”, ha destacado, para añadir que este batalla pone el foco en el racismo, la homofobia, la transfobia, la explotación y la opresión de género, en la pobreza estructural que sufren millones de mujeres.

También Montero ha lanzado un mensaje conciliador, después de un año de tensiones en el Gobierno de coalición, sobre todo por la ley del solo sí es sí y la ley trans. “España debe seguir siendo un referente internacional de políticas públicas feministas, debemos estar a la altura de las mujeres de nuestro país y de su movimiento feminista”, ha aseverado la ministra.

PP y Vox en su línea

Desde la oposición, el líder del PP, Pablo Casado ha intervenido en un acto del 8-M en el que ha señalado que este día se ha convertido en un “símbolo” de lo que se hizo mal en 2020. Además, ha considerado “difícil que un Gobierno dividido pueda estar unido en la causa de la defensa de las mujeres” y ha advertido de que, si se arroga la representatividad del feminismo, sería absurdo, ridículo y prepotente.

El Gobierno madrileño, por su parte, ha decidido prohibir una visita de la ministra de Igualdad a un instituto de la capital con el argumento de que no va a permitir “ningún evento de adoctrinamiento en centros educativos públicos en horario escolar”, objetivo que niegan desde Igualdad recordando que Montero fue invitada por la comisión de igualdad del centro escolar.

En solitario, Vox ha vuelto a reivindicar que el 8M sea el Día Nacional de las Víctimas del Coronavirus; mientras que la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ha apostado por un feminismo inclusivo y liberal frente al “negacionismo carca de Vox” y el “sectarismo desbocado” por el que apuesta Podemos.

Lejos de actos institucionales, la violencia no cesa. Dos mujeres de Valencia y La Rioja han sido este lunes agredidas por sus parejas y se encuentran hospitalizadas.