En qué se diferencia y en qué se parece a las anteriores: radiografía de la última ola covid

En qué se diferencia y en qué se parece a las anteriores: radiografía de la última ola covid

España vive un importante repunte de coronavirus que ya se nota en los hospitales. Los expertos analizan lo 'nuevo' y lo que sigue igual con las subvariantes BA4 y BA5.

Primer día de playa tras la retirada de la mascarilla en exteriores. En Barcelona, el 26 de junio de 2021.  Robert Bonet/NurPhoto via Getty Images

El último gran repunte de covid ha sorprendido (o no tanto) a la mitad de la población española, que se disponía a disfrutar del verano entre festivales, cañas y viajes. En una semana, la incidencia en mayores de 60 años –la franja en la que se aporta ahora este dato– ha subido 230 puntos, llegando a los 1.225 casos por 100.000 habitantes

Como en cada onda epidémica, los positivos primero se hacen notar en la debilitada Atención Primaria, y esa presión se extiende después hacia los hospitales. En cuestión de una semana, ha crecido un 21% el número de personas hospitalizadas por covid y un 16% las ingresadas en UCI en el país.

También, como en cada ola, la situación varía mucho por comunidades: mientras que en Andalucía la incidencia acumulada en mayores de 60 ronda los 480 casos por 100.000, La Rioja supera los 2.200 puntos, y Madrid y Cataluña le siguen a la zaga con más de 1.600 por 100.000 habitantes. Son también estas tres comunidades las que muestran una mayor tasa de ocupación de camas UCI, que en España se sitúa, de media, en torno al 6%.  

Pero también hay ‘novedades’ en esta última ola a la que ni siquiera los expertos se atreven a poner número (¿sexta?, ¿séptima?, ¿octava?). La aparición de nuevos sublinajes de la variante ómicron, conocidos como BA4 y BA5 y predominantes ya en España, ha cambiado ligeramente el comportamiento del virus, aunque no así las reglas del juego que, en general, ya conocíamos. 

Unos sublinajes “extraordinariamente contagiosos”

Óscar de la Calle, profesor de Inmunología de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Inmunología, explica que estos sublinajes son “extraordinariamente contagiosos”, “mucho más que las anteriores” variantes. Para De la Calle, ese es el principal “problema” que trae consigo la actual ola. 

Hay, además, otros aspectos que no son positivos. “Se están dando muchas nuevas infecciones en personas que habían pasado previamente la enfermedad con ómicron”, apunta el inmunólogo. “La infección por ómicron no protege en absoluto contra las nuevas variantes, incluso puedes tener enfermedad grave”, advierte.

La infección por ómicron no protege contra las nuevas variantes, pero las vacunas sí

Esto es: ahora las reinfecciones son más comunes, y personas que pasaron covid en navidades se están volviendo a contagiar, sin que los anticuerpos de ómicron repelan a los nuevos sublinajes. No obstante, hay algo que no cambia: las vacunas siguen protegiendo frente a la enfermedad grave. “Si estás bien vacunado, la enfermedad es leve o asintomática en la mayoría de los casos”, apunta De la Calle. 

En todo caso, las personas que se vacunaron hace más tiempo, o aquellas inmunodeprimidas, se ven más vulnerables ahora ante el contagio. Mientras que la incidencia acumulada en España en la franja de 60 a 69 años se sitúa en unos 940 casos por 100.000, en personas de más de 80 años ese mismo indicador alcanza los 1.640 positivos por 100.000 habitantes. 

“Ha decaído la inmunidad”

“Se observa un decaimiento de la inmunidad, especialmente en personas más vulnerables vacunadas hace más de seis meses”, constata Daniel López Acuña, epidemiólogo y ex directivo de la OMS. “El colectivo de personas mayores que viven en residencias deberían, desde mi punto de vista, recibir ya la cuarta dosis”, sostiene.

Esta cuarta dosis está ya aprobada en España para personas que viven en residencias geriátricas y mayores de 80 años, pero no ha comenzado aún a administrarse. La ministra de Sanidad, Carolina Darias, deslizó esta semana que probablemente se esperará a septiembre para hacerlo, a la espera de recibir las nuevas vacunas adaptadas a la variante ómicron.

Para la cuarta dosis, es preferible esperar a las vacunas adaptadas a ómicron

“Poner una cuarta vacuna diseñada para un virus que no está en circulación no tiene mucho sentido desde el punto de vista inmunológico. Es preferible esperar a las vacunas adaptadas a ómicron”, opina Óscar de la Calle, que, al mismo tiempo, considera “impresentable” que las grandes empresas farmacéuticas no hayan empezado a distribuir fórmulas específicamente diseñadas para hacer frente a nuevas variantes. “Ómicron apareció en el mundo a finales del año pasado. A Pfizer le llevaría 6 o 7 horas sacar nuevas vacunas. No entiendo por qué llevamos ocho meses esperando”, critica. Si se trata de rentabilizar las que todavía tienen en los congeladores, me parece muy mal”, comenta el inmunólogo.

Los síntomas han “cambiado” ligeramente

La parte ‘positiva’ que traen las nuevas variantes es que, a priori, parecen menos agresivas. Los expertos apuntan que esto puede deberse no sólo a las mutaciones en sí, sino también a la inmunidad adquirida por la población, ya sea a través de la vacuna o mediante infección natural. 

La sintomatología ha ido “cambiando un poco”, reconoce Óscar de la Calle. “La enfermedad pulmonar grave, la neumonía bilateral, prácticamente no se ve, mientras que en las primeras olas era lo que predominantemente producía la muerte a los pacientes covid”, señala. El inmunólogo explica que actualmente esta es una complicación bastante “rara”.

Vuelven la anosmia y la tos, y aparecen vértigos e incluso síndrome confusional

En cuanto a los síntomas menos graves, también se observa que “cambian pero a veces vuelven”. “La anosmia [pérdida de olfato], que antes era una característica bastante extendida entre los pacientes, desapareció prácticamente con ómicron, y sin embargo ahora ha reaparecido”, comenta De la Calle. Con las nuevas variantes, muchas personas reportan también que les queda “tos durante unas semanas”, e incluso que tienen “vértigos y síndrome confusional” –enumera el experto–, lo cual no es un cambio “precisamente para mejor”. 

Por qué nos ‘sorprende’ esta ola

Cuando se le pregunta al epidemiólogo Mario Fontán, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, por qué esta ola parece más explosiva que las anteriores, alude a distintos aspectos. En primer lugar, compara el verano actual con el de 2021, que fue cuando se reactivó el ocio y se retiró la mascarilla en exteriores. Ahí “hubo un primer momento de contención”, sostiene Fontán, reforzado además por el temor tras los macrobrotes registrados en varios viajes de fin de curso al comienzo de la temporada estival. 

Este verano está habiendo una situación más parecida a la normalidad, y eso tiene un impacto en el aumento de la circulación

El epidemiólogo considera que el año pasado no existía tanto la sensación de una ‘normalidad prepandémica’ que sí se da aparentemente este verano, cuando ya han desaparecido prácticamente todas las restricciones –excepto la mascarilla en transporte público y centros sanitarios– y se está retomando la celebración de festividades que llevaban dos años de parón. 

“Está habiendo una situación más parecida a la normalidad, y ese factor, añadido a la influencia que pueden estar teniendo las nuevas variantes, tiene un impacto en el aumento de la circulación”, explica Fontán. 

  Una pareja se besa el día del 'Chupinazo' en San Fermín, Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez via Getty Images

¿Qué cabe esperar, entonces, del verano?

Daniel López Acuña augura una temporada en la que “seguiremos viendo aumentos en la incidencia y en la ocupación de camas”. Para hacer frente a esto, el epidemiólogo reitera su mensaje de acelerar el cuarto pinchazo para personas mayores y “hacer esfuerzos por vacunar a esos 15 millones de personas que no han recibido todavía la tercera”, añade.  

Por otro lado, el experto es partidario de “retomar la mascarilla en interiores, alentar su uso en exteriores cuando hay aglomeraciones, y aislar a las personas que den positivo, sean sintomáticas o asintomáticas”, señala López Acuña. El epidemiólogo, al igual que el inmunólogo Óscar de la Calle, apuesta por un refuerzo en la detección –más test– así como en el reporte de datos covid a nivel nacional, que ya no se comunican a diario. 

Es conveniente volver a ponerse mascarilla si vas a estar en un espacio cerrado durante más de media hora

De la Calle incide también en el tema de las mascarillas: “Es conveniente volver a ponérsela si vas a estar en un espacio cerrado durante más de media hora”, dice. Y si en ese espacio no se guarda la distancia y además hay alguien contagiado, probablemente una quirúrgica no sea suficiente ante las nuevas variantes, advierte. “Hay que volver a ser prudentes”, recomienda.

Por su parte, a Mario Fontán le cuesta ser categórico sobre la vuelta o no del cubrebocas. El debate le parece “muy complicado”, ya que “aquellas actividades que conllevan un mayor riesgo” tienden a darse en entornos donde es muy difícil imponer el uso de mascarillas, como hostelería y festivales. E incluso si se recuperara la mascarilla en ciertos interiores, el epidemiólogo se pregunta “si sólo reforzar el uso de mascarilla va a tener un impacto real cuando el resto de la actividad social y económica no tiene ninguna medida implementada”.

  'Chupinazo' de San Fermín en Pamplona.Pablo Blazquez Dominguez via Getty Images

Otra cosa es que la gente lleve a cabo acciones “personales, puntuales” y conscientes cuando va a estar con una persona vulnerable, por ejemplo, en cuyo caso sí debería ponerse mascarilla sin dudar. “No me gusta apelar tanto a la responsabilidad individual, pero está claro que debemos tener especial cuidado con personas vulnerables, y tomar precauciones sobre todo si hemos estado con alguien con síntomas”, recuerda Mario Fontán.  

Debemos tener especial cuidado si vamos a estar con personas vulnerables

¿Su análisis sobre lo que viene? “Tenemos a mucha gente vulnerable con tres dosis, y eso a priori es positivo, pero cuantos más casos haya de covid, más incremento habrá en términos hospitalarios, y probablemente también en cuestión de muertes”, resume Fontán.

El epidemiólogo reconoce que “habrá que ver hasta dónde llega la curva de positivos y cómo se traduce eso en casos graves, cosa que ahora mismo no sabemos”. Lo que se repite ola tras ola es la coletilla final: “Probablemente habrá que repensar ciertas medidas si se superan determinados umbrales”.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es