Gobernar en días de pandemia

Gobernar en días de pandemia

Moncloa ultima ya una desescalada lenta y asimétrica en medio de rectificaciones, choques internos y duras críticas de la oposición.

SánchezEFE

La España confinada empieza a ver un poco de luz. Ese reloj que parecía haberse detenido se moverá un poco desde este domingo con la salida de los niños y a partir del 2 de mayo con la posibilidad de hacer deporte y salir a dar paseos. Pero será una desescalada muy lenta y asimétrica. La nueva normalidad, los ritmos ya no serán como los de antes.

Y en la política pasa algo similar. La semana no empieza los lunes, ahora los ritmos, si existen como antes los conocíamos, arrancan los sábados, el día que suele comparecer ante los medios desde La Moncloa el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.  Un Ejecutivo que durante esta semana ha tenido que rectificar, pedir perdón y ver cómo se caía su modelo de nuevos Pactos de La Moncloa, pero que empieza a vislumbrar y diseñar la fase de desescalada -que será aprobada en una parte el próximo martes en el Consejo de Ministros-.

Los dos últimos sábados han marcado el péndulo de los españoles y de la política. Hace ocho días llegaba el primer “alivio”: el anuncio de que los niños podrán salir. Pero esa buena noticia no se gestionó bien en el Gobierno.

Pecó de prudencia en un primer momento. Lo confesó el propio Pedro Sánchez con el tema de los niños. Tuvo que rectificar después de que el propio Gobierno hubiera creado muchas expectativas sobre la salida. Una promesa del propio jefe del Ejecutivo que desembocó luego en un intento de que solo fueran a supermercados, farmacias y bancos.

Cuando precisó la medida la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, el martes al mediodía casi nadie daba crédito. Fueron unas horas de máxima tensión por la indignación que empezó a verbalizarse desde el resto de partidos y en las redes sociales. Los grupos de Whatsapp ardían. Había habido debate antes dentro del propio Gobierno y a muchos les extrañó que la medida no fuera comunicada por el vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, a quien le corresponde la competencia de infancia.

  Sánchez y Casado por videoconferenciaEFE

Un huracán que se tuvo que parar cinco horas más tarde, con la presión social y de las redes y con la vista puesta también en que apenas unas horas después el Gobierno necesitaba el miércoles el aval del Congreso para prorrogar hasta el 9 de mayo el estado de alarma. Un error reconocido por la propia Moncloa, que ya ha advertido de que vendrán más rectificaciones durante las próximas delicadas semanas en las que se irán aprobando algunos “alivios más”.

Y es que el Gobierno no se cansa de repetir de que se está todavía en una fase de confinamiento general y que sólo se podrá pasar a la siguiente cuando los datos lo permitan. Pero también es consciente el Ejecutivo del cansancio de muchos ciudadanos y del factor psicológico cuando ya se empiezan a ver medidas menos restrictivas en otros países de Europa.

Esto ha llevado a que este sábado Sánchez haya avanzado otro “alivio”: los ciudadanos podrán salir a pasear y hacer ejercicio a partir del próximo 2 de mayo. Será el martes en el Consejo de Ministros cuando se conozcan todos los detalles y se le dará importancia máxima a ese diseño de desescalada, que será presentado por el propio presidente.

Será lenta esa fase y “gradual”. Además, se está terminando un plan “asimétrico”, por zonas, provincias e islas.

A partir de ahora, para este nuevo tipo de medidas recaerá el peso en el ministro de Sanidad, Salvador Illa, al que se le ha habilitado para dictar órdenes con nuevos “alivios”. Esto ha irritado a un parte de la oposición que entiende que así no pasarán las medidas por el Parlamento y a la vez las autonomías están enviando ya sus planes a Sanidad.

Objetivo Iglesias y choques internos que no calan la unidad

El Gobierno internamente sigue sumando choques entre sus bloques: la renta mínima vital, los alquileres, las medidas de infancia… Pero, según fuentes gubernamentales, el Ejecutivo de coalición es sólido y se mantiene unido. En el entorno de Podemos comentan que se han vivido momentos en los que desde la derecha política y mediática se ha intentado desestabilizar para echar a los morados de La Moncloa. Objetivo Iglesias, básicamente. Pero en UP se ven reforzados y valoran las muestras que ha dado Pedro Sánchez respecto a su vicepresidente segundo. Una muestra es el respaldo público del presidente al ‘morado’ tras las críticas del Poder Judicial por sus palabras sobre la condena a Isa Serra.

  Pablo IglesiasEFE

Lo que se le ha escapado de los días de sus manos a Sánchez ha sido esa idea de nuevos Pactos de La Moncloa y de una Mesa para la Reconstrucción Social y Económica. Después de una quincena de máxima tensión entre los principales líderes, el pasado lunes se veían las caras por videoconferencia Sánchez y Casado. Al final llegaban a un acuerdo de mínimos: reconvertir esa Mesa en una comisión parlamentaria. “Luz y taquígrafos”, le exigía el popular al presidente, aunque detrás lo que de verdad había era negarse a hacerse una foto con partidos como ERC y Junts y dejar que ese gran acuerdo lo pudiera manejar el presidente desde su escenario de La Moncloa.

Los nuevos Pactos de La Moncloa se han esfumado y la comisión parlamentaria ni se ha creado

No era una mera reconversión de lugar. El PP ha empezado a jugar ya fuerte en el Congreso. La Comisión ni siquiera se ha llegado a crear o consensuar por las discrepancias. Los populares presionan para presidir ellos este nuevo órgano y además tienen en mente que pueda servir como una comisión de investigación que fiscalice y dicte acta sobre lo hecho por el Ejecutivo. Los socialistas entienden que debe ser un órgano que lleve a alcanzar grandes consenso y no están dispuestos a cederle esa Presidencia a los populares, por eso han registrado su iniciativa solo junto a Unidas Podemos.

Por el momento el Gobierno se ha asegurado el estado de alarma hasta el propio nueve de mayo. El presidente planea ir renovando cada quince días, por lo que si se alarga otra quincena más tarde ya se iría al 24 de mayo; podría ser la fecha de esa fase de desescalada. Un momento en el que se desarrollará por territorios según la situación.

Lo que ha comprobado Sánchez durante estos días también es que alguno de sus socios se alejan de él, como ERC que se ha abstenido pero que dice que es casi un “no”. Cataluña vuelve a ser la comunidad más crítica y está diseñando su propio plan de desconfinamiento. Se han escuchado incluso esta semana afirmaciones tan duras como la de la portavoz de la Generalitat, Meritxell Budó, que dijo que en una Cataluña independiente habría habido menos muertos. También le ha dado un toque de atención el PNV, que ha aseverado que no apoyará la próxima prórroga si no se tiene en cuenta a las autonomías.

  RufiánEFE

Mirando hacia dentro y hacia fuera. Sánchez está obsesionado con el papel que debe jugar la UE, esencial para la durísima crisis económica que ya empieza a reinar en España. No es solo un drama macro, ya hay miles de españoles que no pueden pagar el alquiler y empiezan a verse las colas para recoger comida en centros e iglesias. La UE ha acordado crear un fondo de reconstrucción, pero todavía no hay más detalles. Posiblemente se conozcan en la primera semana de mayo y el futuro de España pasa por ese cauce.

Una semana política entre errores, rectificaciones, tensiones y una comisión que no sabe ni cuándo nacerá.