Iglesias estudia no acudir a ningún acto con Vox ante sus dudas por las cartas amenazantes

Iglesias estudia no acudir a ningún acto con Vox ante sus dudas por las cartas amenazantes

“Es gravísimo que una fuerza que hace abiertamente apología de la dictadura ponga en cuestión” esta amenaza, dice el líder morado, y por eso le pide que se retracte.

Pablo Iglesias, el pasado 18 de abril, en un mitin en Lavapiés. SOPA Images via Getty Images

El candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, dice que ya basta. Que el blanqueo a la ultraderecha debe cesar. Después de que este viernes Rocío Monasterio, la cabeza de lista de Vox, haya dicho que no se acaba de creer que Iglesias haya recibido cartas amenazantes con balas dentro, el líder morado ha confirmado que se han a “replantear” estar con Vox en ningún espacio, como los debates, si no se “retractan”.

En una entrevista en La Hora de la 1 (RTVE), Iglesias ha dicho que “es gravísimo que una fuerza que hace abiertamente apología de la dictadura ponga en cuestión” una amenaza semejante, es “inaceptable, no se puede normalizar esto”, repite. “Ante una amenaza terrorista”, añade, que se tome esta postura demuestra, dice, es “una muestra más” de que están “fuera de los marcos constitucionales y democráticos” y la necesidad de que se ponga fin al “blanqueamiento mediático” del que se ha beneficiado Vox.

Iglesias no ha concretado aún qué pasos van a dar, los van a “valorar”, pero estar en un debate con ellos “no es aceptable” y “los propios medios deberían pensar” en qué hacer al respecto. Recuerda que es un suma y sigue, que al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, lo acusan cada semana en el Congreso de “auténticas barbaridades”, de ser responsable “de asesinatos de ETA”. “A mí ya me llaman chepudo y rata”, lamenta Iglesias, pero el episodio de las balas va más allá, “no se les puede blanquear más”.

El que fuera vicepresidente segundo del Gobierno centran ha confirmado que va a poner la denuncia sobre la carta amenazante esta mañana, cuando acabe un debate que ha de tener en la Cadena SER, y se declara “preocupado” porque se señala a sus padres y a su esposa. “Espero que esta vez se produzcan detenciones”, ha confiado, tras señalar que han quedado sin pena los ataques a la sede de Podemos en Cartagena o el caso del hombre que disparaba contra fotos de dirigentes de la formación.

Al ser preguntada en RNE, Monasterio ha dicho que condena “toda la violencia” y que le hubiera gustado que todos hubieran condenado lo ocurrido hace días en Vallecas, pero ha subrayado que del Gobierno “no se creen nada”.

 

Como en la Alemania nazi

Iglesias, en TVE, también se ha mostrado enfadado con la decisión del juez que ha rechazado retirar el cartel de Vox contra los niños desamparados, contra la opinión de la fiscalía. “Increíble”, así lo ve. “Es un cartel claramente inspirado en carteles de la Alemania nazi. ‘Esto es una familia sana, esto es un tarado’, decían. Es ese mismo tipo de mensajes, señalando a niños menores de edad. Mucha gente cree que hay un problema con una parte de la judicatura en España. Lo que está ocurriendo en este país no tiene nombre”, se duele.

Ha planteado por ejemplo, la posibilidad de que cualquiera que “asuma una responsabilidad”, como es su caso, pueda recibir cartas con balas en su casa o despacho “y si después denuncia, puede que los jueces digan que no es para tanto”.

“Rectificación positiva”

Valorando el debate del miércoles entre todos los candidatos madrileños, Iglesias ha insistido en que es una “rectificación positiva” la del socialista Ángel Gabilondo, tendiéndole la mano para pactar. No han hablado desde entonces, confirma, pero entiende que ese es el camino correcto, en vez de lanzar mensajes que a veces parecían buscar “aliados en la derecha y no en la izquierda,”. “Yo entiendo la estrategia de campaña, pero eso es lo que nos acerca mucho más a lo que va a pasar, a un gobierno de coalición de izquierdas”, añade.

Iglesias, en pura clave electoral, ha enfatizado que la desigualdad es el principal problema de la comunidad, que su apuesta esencial es con la sanidad pública, que convertirá el Zendal en un verdadero hospital y que Madrid le evoca, sobre todo, la palabra “orgullo”.

Y ante la polémica por si fue o no fue responsable de la ayuda que la UME prestó en residencias de ancianos en los peores meses de la pandemia, ha insistido que he hubo 4.400 actuaciones, solicitudes de asistencia, que pasaron por su departamento; él no daba órdenes, que son militares, sino “indicaciones”, y está dispuesto a mostrar los whatsapp que cruzó con la ministra de Defensa, la socialista Margarita Robles, para demostrarlo.