Marlango: "En este país, la cultura es la última de la fila y la música, la última"

Marlango: "En este país, la cultura es la última de la fila y la música, la última"

El dúo formado por Leonor Watling y Alejandro Pelayo celebra sus 15 años con un concierto.

La actriz y cantante Leonor Watling y Alejandro Pelayo durante el 150 aniversario de la firma 'IWC' en 2018.G3GTRES

La ansiada normalidad poco a poco va volviendo a los eventos. Y los músicos, aunque han sido los más rezagados se encuentran ilusionados. “Va a ser muy emocionante, un concierto otra vez así en un teatro con gente alrededor”, cuenta Leonor Watling, vocalista del dúo Marlango, que celebra este jueves 30 de octubre con un concierto en los Teatros del Canal sus 15 años en la música—sin contar los casi dos de la pandemia, en los que no han salido de gira como tenían planteado pero sí han actuado en formatos reducidos— con todo el aforo completo. 

La actriz y cantante habla junto a su dupla Alejandro Pelayo sobre estos nuevos proyectos que reciben con ilusión tanto para ellos como para el público. Se consideran “afortunados” por haber podido seguir tocando este año y medio de pandemia con aforos reducidos y en formato piano y voz, aunque estaban deseando volver a cambiar de formato.

Tras el lanzamiento de su single La Cruda y este concierto aniversario, que tuvo que ser pospuesto en 2020, el dúo se dará un tiempo para repensar su nueva ruta y ver hacia dónde van a enfocarse sus caminos. Pero algo dejan entrever: Queda Marlango para rato.

Habéis tenido que parar la gira por la pandemia y posponer este concierto aniversario... Ahora volvéis con una normalidad más parecida a la anterior, pero con un concierto que no es al uso, habéis sacado La Cruda, pero no planteáis un disco, ¿cómo lo enfrentáis?

Leonor Watling: Íbamos hacer el 1 de abril el concierto por los 15 años, en realidad ya son más. Ha cambiado todo tanto que dijimos vamos a hacerlo como un punto y seguido. Vamos a parar, a hacer este concierto que tenemos muchas ganas de tocar con los músicos que vienen y canciones del primero al último disco, pero queríamos parar y pensar. 

No va a haber artistas invitados, pero habrá guitarras, vientos y percusión, que teníamos muchas ganas porque llevamos mucho tiempo tocando solo con piano y voz y nos hace mucha ilusión.

¿Cuál es el ingrediente de Marlango para seguir después de tantos años?

LW: Seguimos teniendo una necesidad que siempre crees que se va a saciar. Cuando escribimos una canción siempre pensamos como ‘venga, ya está’, pero es como los coleccionistas, es una especie de vicio. Nos reímos mucho y hay una tensión también, somos muy distintos. Por eso siempre hay una canción que nos falta por escribir.

No sabemos cuándo ni cómo. Por eso queremos parar un poco y que entre el aire porque hemos tenido mucha suerte, hemos tocado muchísimo, incluso en estos dos años tan complicados. Pero eso también es una trampa porque cuando tocas mucho te sacia mucho tocar, no necesitas quedar para componer canciones. Por eso vamos a parar a ver qué ocurre en ese hueco.

Alejandro Pelayo: Si hay alguno es el gusto por las canciones y el escenario. Nos encanta escribir canciones y tenemos la suerte de que hay gente cuando vamos a tocarlas y eso es muy halagador. Nos hemos dado cuenta también de que es un regalo enorme poder ir por ahí tocando canciones que tú has escrito en tu casa por una cuestión personal o íntima. De repente, lo estás compartiendo con un montón de gente que no conoces. Ese pequeño milagro es maravilloso y muy adictivo. Queremos cuidarlo y hacerlo bien, descansar y repensarlo todo, pero para volver mejor.

Somos muy vergonzosos, en general en España hay mucha vergüenza ajena muy metida en el ADN
Leonor Watling

¿Cómo habéis vivido este año y medio de pandemia? ¿Habéis aprovechado más para componer, para hacer otros formatos de directos?

AP: Hemos tenido la oportunidad de tocar con aforos muy reducidos, en formato piano y voz, cada concierto ha sido un pequeño triunfo para todos. Para los que estábamos en el escenario y para los que nos estaban viendo en el público. Con las mascarillas, con la distancia, las medidas y todo, pero bueno, había música y canciones y eso era muy importante para todos los que estábamos ahí.

Ya parece que vamos a volver al 100% del aforo el día 30 y también va a ser muy emocionante. De repente estar en un teatro lleno de gente. Estamos ya todo vacunados y volvemos todos a esta normalidad que tanto tiempo hemos estado esperando.

La cultura y, en especial, la música ha sido lo último en volver a la normalidad. Parece incluso que se ha criminalizado a la música en directo.

AP: Siempre hemos sido un país muy hostil con todo lo cultural y, en concreto, con la música no estamos tan bien visto como otros gremios, pero espero que eso vaya cambiando.

¿Ha habido apoyo suficiente a la cultura desde el sector público durante la pandemia como a otros sectores como la restauración o el turismo?

AP: No, en cualquier comparativa saldríamos perdiendo. Nosotros desde muy muy pequeños sabemos que si te vas a dedicar a la música estás solo. No puedes esperar nada que no salga de tu música o de tus canciones. Las canciones te acaban llevando y poniendo en el lugar en el que mereces estar. En este país, la cultura es la última de la fila. Y dentro de la cultura...la música es la última, sí.

Todavía al cine se le tiene mucho más en cuenta, mucho más cuidado, pero la música no sé si igual con los mimos… no sé si habrá alguien por debajo de los músicos (risas).

En este país, me da la sensación de que cuando hablas de cultura tienes en la cabeza la imagen de un actor o un cantante superfamosos
Leonor Watling

Leonor, ¿qué diferencias has notado en este último año y medio trabajando en los dos sectores?

LW: Muchísima. Hay una parte que es verdad que un rodaje es mucho más controlable que un concierto, pero también es verdad que hay unas organizaciones mucho más fuertes en el cine. Han hecho el mismo esfuerzo todos. Ha sido durísimo para todos, para promotores y para productores. La inversión que han tenido que hacer en protocolos, millones de pruebas a todos los actores. Todos los días nos hacíamos PCR, eso es equivalente en la música al despliegue de gente ayudando esterilizando las sillas, guardando, las distancias... Ha requerido un esfuerzo muy gordo, pero mi sensación es que el cine y la televisión tienen una estructura y grupos más fuertes de comunicación y de apoyo.

En la música estamos todos bastante solos, la manifestación que hicieron los backliners y los tour managers, los técnicos de Alerta Roja fue alucinante. Yo lloré cuando lo vi, fue de una organización y de una precisión, una humildad… Estuvimos muchísimo más desprotegidos en la música, en el cine tienes la Unión de Actores, la Academia de cine, un montón de sitios a los que llamar para ayudar o para que te ayuden. En la música hay asociaciones y cada vez más, pero los técnicos están supervulnerables. Hay un montonazo de oficios dentro de la música. Además, en este país me da la sensación de que cuando hablas de cultura tienes en la cabeza la imagen de un actor o un cantante superfamosos, no tienes la imagen de una orquesta, un cuarteto, un técnico de monitores, un ayudante de producción, es un ecosistema muy muy grande.

No solo viven de la música las caras conocidas.

LW: Nosotros somos el 0,001% de la cultura. A los que tenemos la suerte de que les vaya bien, porque tampoco nos conocerían. Es todo. 

¿Se ha notado eso en las reuniones del Ministerio de Cultura en cuanto a las medidas de la música? Las ha habido con la Academia de Cine, con la Unión de Actores, pero apenas se ha contado con la música en vivo.

LW: Tiene más músculo el audiovisual, a eso me refiero.

Hace ya muchos años, concretamente desde 2012, que Marlango cambió de idioma, ahora lo han hecho grupos como Fuel Fandango. ¿Hay una tendencia a reivindicar lo nuestro?

LW: Cada uno a su tempo y a sus necesidades, de cómo lo hagas y cómo te apetezca transmitir lo que estás haciendo. Pero sí, creo que tenemos menos miedo a nuestras lenguas y a que nos entiendan. Somos muy vergonzosos, en general en España hay mucha vergüenza ajena muy metida en el ADN y el hecho de cantar en otro idioma te ayuda mucho a quitar esa parte de vergüenza de “bueno, el que quiera saber qué estoy diciendo lo puede saber, pero yo lo voy a esconder un poco”. 

Vosotros sois de los que no habéis olvidado nunca las raíces, habéis tomado desde siempre influencias desde Albéniz a Granados pasando por una versión de Pena, Penita, Pena o tangos argentinos

LW: Eso ha sido siempre por la base musical de Alejandro. Siempre ha habido mucho de Granados y de música española.

Habéis lanzado recientemente la canción de cabecera y la banda sonora de la serie RTVE Ana Tramel. El juego. ¿Como actriz y cantante crees que hay una revitalización del sector audiovisual español a nivel de series y producciones que abre un hueco a la música?

LW: Siempre han estado muy unidas, acuérdate de las bandas sonoras de las películas siempre eran discos que estaban entre los más vendidos. La de Pretty Woman y así. Siempre lo ha habido pero también antes.

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Marina Prats es periodista de Life en El HuffPost, en Madrid. Escribe sobre cultura, música, cine, series, televisión y estilo de vida. También aborda temas sociales relacionados con el colectivo LGTBI y el feminismo. Antes de El HuffPost formó parte de UPHO Festival, un festival urbano de fotografía en el marco del proyecto europeo Urban Layers. Graduada en Periodismo en la Universidad de Málaga, en 2017 estudió el Máster en Periodismo Cultural de la Universidad CEU San Pablo y en 2018 fue Coordinadora de Proyecto en la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE. También ha colaborado en diversas webs musicales y culturales. Puedes contactarla en marina.prats@huffpost.es