Necesitamos tiempo

Necesitamos tiempo

Para una mayoría de la sociedad urbana, una de sus principales dificultades en el día a día, radica en la falta de tiempo para dedicarlo a quien y cómo consideremos más oportuno.

Teletrabajo.EFE

Ir dejando atrás la pandemia nos permite plantear otras cuestiones que marcan nuestra vida cotidiana. Creo conveniente abrir un debate público sobre aspectos que apenas han sido abordados con la intensidad y precisión que requieren; la gestión del tiempo de cada ciudadano/a que esta directamente vinculado con el modelo de sociedad en el que habitamos y hacia dónde queremos encaminarla en el futuro.

Vivimos en un proceso constante de individualización que nos atrapa en un modo impuesto de vida, donde la urgencia y la falta de tiempo son reivindicados incluso como un rasgo identitario en algunos territorios como Madrid, cuando en la practica supone la imposición de forma indirecta de un modelo de vida que nos atrapa hacia la insolidaridad y el aislamiento social que ha sido presentado por el pensamiento ultraliberal como ascensor económico y estatus de clase media. Mi valoración es distinta, nos sitúa hacia un modelo muy distinto al establecido en otros países de Europa y tratado de homogeneizarnos al estilo norteamericano sazonado de algunas cuestiones autóctonas.

Hemos interiorizado que las jornadas laborales sean prolongadas, que los desplazamientos para acudir a tu puesto de trabajo supongan horas, que la conciliación sea una quimera y este cargada de desigualdad o que los cuidados familiares sean muy reducidos. Ha sido un trabajo continuo y planificado desde planteamientos ideológicos ultraliberales que arrancan desde la planificación urbanística de nuestras ciudades y municipios, pasando por la política de vivienda que se aplicaba, con el deterioro de las relaciones laborales y la depreciación de las administraciones públicas como cartera de servicios básicos al ciudadano. En su metódica hoja de ruta han pretendido aplicar nuevos valores y conceptos sobre que es la calidad de vida y cuál es el verdadero estándar de bienestar.

La gestión de nuestro tiempo puede ser distinto y debe ser mejor. El primer paso es abordar con determinación un nuevo marco de jornada laboral con respecto al que actualmente tenemos, que nos limita oportunidades y reduce el tiempo para conciliar, cuidar o usarlo donde estimemos. Hay que actuar sobre la reducción de los días laborales en semana, establecer un menor horario laboral o perfeccionar la flexibilidad horaria, estas cuestiones junto a la llegada del teletrabajo, son elementos a tratar y mejorar sin que ello rompa la negociación colectiva ni se pueda utilizar para mermar el empleo por estas razones. 

Por mi parte, considero que mejoraría la productividad, uno de los defectos de nuestro sector económico, y conllevaría a la creación de más empleo dando oportunidad laboral a los y las jóvenes. 

No solo es en el ámbito de la jornada laboral donde empezar a ganar tiempo, hay que abrir el debate a todas las cuestiones que señalaba inicialmente como causa de la escasez de tiempo y sus consecuencias. Tener una visión global que nos permita aplicar acciones conjuntas y transversales que nos permitan generar ese tiempo para nosotros y los nuestros.

La socialdemocracia tiene una oportunidad y un reto afrontado este debate que tanto afecta a la sociedad urbana actual, creo que es el momento de hacerlo.

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Daniel Viondi (Madrid, 1975) es diputado del PSOE por Madrid