Cuando el enemigo no está en la política

Cuando el enemigo no está en la política

El PSOE ve una campaña impulsada por sectores empresariales para desgastar al Gobierno.

Shannon Stapleton / Reuters

"Torra acaba de apoyar la kale borroka de los CDR. Sánchez ya no tiene excusa para no activar el articulo 155 o convocar elecciones generales. Si no lo hace, es un incompetente o es cómplice de los golpistas. Y en ambos casos queda inhabilitado para gobernar España".

La cita es de Pablo Casado. La pueden encontrar en su cuenta de Twitter. La escribió mientras en Cataluña el independentismo de los CDR tomaba las calles para ¿celebrar? el primer aniversario del 1-O, poco antes de sugerir la ilegalización del PDeCAT, ERC y la CUP por no condenar la violencia y exigir un Ulster catalán, esto es un 155 "sine die" que recupere competencias en Educación, Seguridad y Sanidad.

Ahí es nada. La derecha, que pedía colaboración y sentido de Estado para con ella cuando gobernaba y la crisis catalana alcanzaba su punto más álgido, sabe hoy cuál y cómo es el asunto con el que más puede desgastar al Gobierno, a Pedro Sánchez y al PSOE.

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Objetivamente, ¿pueden sostener hoy el PP y Ciudadanos que la situación catalana es peor que hace un año? ¿Está unido hoy el independentismo? ¿Ha cruzado el Govern desde que lo es la línea de la ilegalidad? ¿Ha vuelto la desobediencia y la unilateralidad? Ningún análisis honesto y objetivo puede responder afirmativamente a ninguna de estas preguntas, aunque el problema permanezca y no haya visos de solución en un año ni en un lustro.

Pero suele pasar que los dirigentes políticos movidos por la pasión tienden a confundir deseos con realidad. Y eso es lo que le ocurre a un Casado, que además de no hacer una valoración objetiva de la situación, subestima las posibilidades del adversario al tiempo que sobrestima las propias con afirmaciones como la que sigue: "El Gobierno no da más de sí, es un Gobierno agotado. (...) Estoy convencido de que cada día que pasa los españoles echan de menos al PP en el Gobierno".

El PSOE ve una campaña impulsada por sectores empresariales para desgastar al Gobierno

No dicen eso los sondeos. Ni los del CIS ni ningún otro. Pero el presidente del PP, aun sabiendo que no está en su mejor momento, que necesita tiempo para consolidar su liderazgo y reconstruir los desperfectos ocasionados por Ciudadanos, no se cansa de exigir elecciones anticipadas. Un escenario que el presidente del Gobierno ha vuelto a rechazar en las últimas horas, esta vez ante la Ejecutiva Federal del PSOE y de forma si cabe aún más categórica: no habrá elecciones antes de municipales y autonómicas, esto es antes de mayo.

Sánchez es resistente a las agresiones vengan de donde vengan. Experiencia no le falta en su exigua vida política para demostrar capacidad de aguante y una extraña habilidad para reponerse a las adversidades. Tantas veces le han matado como ha resucitado. La última: hace dos años cuando un Comité Federal del PSOE provocó su dimisión como secretario general para dejar gobernar a Rajoy. Volvió en loor de multitudes, con el apoyo mayoritario de las bases y, tras sobrevivir a todo tipo de embates políticos, económicos y financieros.

Sánchez se reafirma ante los suyos: "No habrá elecciones antes de mayo"

Ajeno al ruido mediático, al 155 que piden Rivera y Casado, a las polémicas que salpican a sus ministros y a los vaivenes de su propio Gobierno, el presidente ha vuelto de su viaje a Canadá y EEUU más seguro que nunca de que cuenta con una mayoría parlamentaria que le apoya y que apuesta por el cambio. Ayer se presentó ante la dirección del PSOE, dicen que más tranquilo que nunca, cargado de optimismo y levitando tres pasos por encima del suelo tras comprobar un reconocimiento internacional que ni en sus mejores sueños imaginaba hace un año.

Todo lo demás es una barahúnda, sostienen los socialistas, en la que los medios de comunicación esta vez "no son más que actores secundarios que se han sumado a una estrategia de desgaste orquestada desde determinados medios financieros y empresariales" con el propósito de hacer caer al Gobierno.

"No quieren un nuevo modelo fiscal ni energético, ni que se apueste por el sector del taxi en detrimento de las VTC, ni la prohibición de que los fondos buitres puedan comprar vivienda social.. Esto es lo que está en juego y lo que hay detrás", añaden desde la calle Ferraz.

La derecha sabe hoy cuál y cómo es el asunto con el que más puede desgastar al Gobierno

El marco, según los mismos interlocutores, es casi idéntico al ya vivido por Sánchez durante las últimas primarias socialistas, cuando algunos dirigentes territoriales pretendieron instalar una especie de realidad virtual sobre Susana Díaz y contra Sánchez que en el entorno del hoy presidente del Gobierno sabían que era falsa desde el principio, como luego se demostró. Ni la andaluza era imbatible ni el socialismo creyó jamás en sus posibilidades, más allá de Despeñaperros, aunque ahora todos defiendan que nunca creyeron en ella como futura lideresa.

Si la clave de Sánchez entonces fue generar una complicidad con los militantes que tótem y cuadros del partido no supieron tejer, ahora la empatía a lograr es con los ciudadanos, y no con los poderes resistentes al cambio que tratan de crear un clima de caos y descomposición que el PSOE no cree en absoluto que esté en la calle ni en las conversaciones de los bares.

Así respira el Gobierno y el PSOE ante una nueva y supuesta teoría de la conspiración contra Pedro Sánchez.